No me dejes solo [Junjou Romantica]

Capítulo 1 - Nos vemos luego

Narra Misaki

Ya llevo 2 horas sin poder dormir, ¡dos jodidas horas!
Una y otra vez me trato de volver a acomodar en mi cama, pero todo se me antoja increíblemente incómodo, las almohadas, mis sábanas, incluso mi pijama.

Trato de conciliar el sueño y entregarme a Morfeo, pero las palabras y la charla de hace unas horas con mi casero asaltan mi cabeza y hacen ruido, un ruido molesto; hacen que vuelva a abrir mis ojos frustrado, nunca me había sentido tan nervioso por el simple hecho de un nuevo "trabajo" de Usagi.

Cierro una vez más mis ojos y me concentro, tal vez si pienso en eso tranquilamente, puede que el dios del sueño se apiade de mí y me otorgue unas cuántas horas de paz.

Flash Back

-Misaki...- susurró Usagi detrás de mí, mientras tocaba y acariciaba sin descaro alguno mi cintura.

-¡Usagi! No me dejas cocinar, por favor- reclame mientras me removía intentando alejarlo.

-Eres tan delgado y lindo...- siguió hablando suavemente en mi oreja haciendo que un escalofrío subiera por mi espalda -te amo...Misaki- mordió mi cuello para después darle una lamida al lugar, como si estuviera pidiendo permiso para seguir.

Se siente... bien...

Finjamos que nunca pensé eso, ¿si?

-¡Ya suéltame! ¡Déjame cocinar!- grité un poco molesto.

-Cómo digas- me contestó mientras me soltaba y se alejaba.

Me sorprendió bastante que se detuviera, siendo que siempre se lo digo...es inusual que me obedezca.

-¿Usagi?- volteé, quería saber si estaba bien. Odio cuando se deprime.

Que gran error.

Usagi se lanzó sobre mi, haciendo que perdiera el equilibrio y cayéra hacia atrás, cerré los ojos asustado, el golpe sería más que fuerte.
Pero no fue así, mi conejo colocó sus brazos detrás de mí, amortigüando mi caída.
Abrí mis ojos lentamente, y con un poco de miedo abraze involuntariamente a Usagi.
Si que me había asustado.

-Idiota...- dije en un suspiro mientras unía mis manos por detrás de su espalda.

-¿Creíste que te dejaría caer? Sabes que nunca lo haría- me dijo con su tono entre burlón y cariñoso que lo caracteriza.

-...-

-¿Misaki?-

-Tengo que cocinar, ayuda a pararme-

Por un momento... tuve muchas ganas de besarlo, muchas.

-No te enojes, solo quería "recargar"-

-Si, siempre quieres eso, maldito pervertido- me puse de pié antes de que el lo hiciera. -la cena estará lista en un momento, por favor no hagas escándalo- dije limpiando el polvo de mi delantal.

-Sólo no le pongas pimientos- me besó rápidamente y se alejó antes de que pudiera reaccionar.

Bufé molesto y me puse a cocinar, Usagi se fue a sentar al sofá y comenzó a leer el periódico mientras fumaba.

Cuando terminamos de comer yo recojí los platos y los lavé.
Ni idea de donde se metió ese pervertido.

-Misaki- llamó desde el segundo piso.

Hablando del rey de Roma.

-¿Si?- subí las escaleras y entre a mi propia habitación, Usagi estaba sentado en mi cama con una expresión un poco triste -¿estás bien?-