No me dejes solo [Junjou Romantica]

Capítulo 3 - Sakura

Narra Misaki

Me desperté con mucho dolor en la muñeca, me senté en la cama y con sumo cuidado retiré la venda de mi mano derecha, estaba completamente roja e hinchada.

Tuve que haber ido al hospital de inmediato, pero estaba demasiado ocupado pensando en lo que pasó... con Haruhiko-san.

-¡Ah!- grité frustrado mientras tomaba mis cabellos y sacudía mi cabeza de lado a lado intentando que esos recuerdos desaparecieran de mi memoria, pero obviamente, me es imposible.

"Debiste pegarle más duro" mi conciencia volvió a intervenir.

-No molestes por favor-

No dijo nada, y eso bastaba. No tengo tiempo para hablar conmigo mismo.

Me puse de pie, saltaré toda esa parte en la que me bañaba, comía y demás. Pues no pasó nada importante digno de mención.

Salí rumbo a tomar el autobús, la molestia de mi mano aumentaba con cada segundo que pasaba y la hinchazón seguía, sin mencionar el dolor que sentía.

Al llegar me senté en la sala de espera, me puse a escuchar música con mi celular, era un hospital conocido, menos de 1 hora no iban a tardar en atenderme.

Y mis predicciones se hicieron realidad, ya llevaba 1 hora y un poco más, cuando una linda chica se me acercó.

-Buenos días joven- sonrió tiernamente.

-Buenas- respondí, también sonriendo.

-Sigame, lo llevaré donde el doctor para que le cuente su problema-

-Muchas gracias-

Seguí a la chica, caminamos por unos largos pasillos, todos blancos y limpios.

Seguimos por un largo rato, ese hospital si que es grande.

-Entre por favor- me pidió al mismo tiempo que se paraba al lado de una puerta y me indicaba que abriera.

-Si, con permiso- dije bajo al abrirla.
La enfermera se fue y desapareció por otro blanco pasillo.

Yo entré en silencio, no vi a nadie en la oficina.
Pero sí escuché unos murmullos desde el baño de la habitación.

Eran un poco rápidos y no entendía, así que me acerqué a la puerta, y coloqué mi oreja en ella.

-Creo que llegó alguien, ¡rápido! ¡sále! ¡sále!-

-No escuche nada, Hiro-san-

-¡Pues yo si!-

-Está bien, pero si no hay nadie seguiremos jugando ¿verdad?-

-¡Mejor cállate y ve a revisar!-

En ese momento me alejé lo más posible de esa puerta y me devolví a la puerta principal (de la habitación) para que pareciese que yo había llegado hace sólo un segundo.

La puerta del baño se abrío, dejándome ver a un médico con el cabello azulado al igual que sus ojos. Venía arreglandose la bata y la ropa.

¡Dios mío! ¡Estaba teniendo "eso" con quien sabe qué persona!

-Ho-hola do-doctor- sentí mi rostro arder de vergüenza, hace mucho que no temblaba tanto frente a un desconocido.

-Hola, ¡veo que hay alguien en mi consulta que ACABA de llegar!- cuando gritó lo último di un pequeño salto, de seguro quería avisarle a la persona dentro del baño.

-Emm...si- respondí mirando al suelo con los ojos llorosos de tantos deseos de que la tierra me tragára.
No estoy exagerando...

¡Solo miren la maldita situación!
¡Voy a explotar!
Definitivamente me desmayaré.