Recuérdame [Larry Stylinson]

c i n c o

Louis frunció el entrecejo con disgusto cuando Harry le anunció que debía irse. ¡Él la estaba pasando muy bien con su nuevo amigo (que no era tan nuevo) y no quería que se fuera!

—Te prometo que mañana vendré a verte. —Harry hacía todo un esfuerzo para no sonreír y lanzarse sobre Louis a devorarle la boca. Le producía tanta ternura ver al muchacho enojado.

—¡Pero quédate un rato más! Nada te apura, y yo estaba muy entretenido conociéndote otra vez. —Louis hizo un puchero con sus labios rojos, logrando acelerar el corazón del rizado. Siempre había sido terriblemente débil en cuanto a los pucheros que hacía Louis.

—De verdad que me encantaría quedarme contigo. —Afirmó, Harry mordiéndose el labio inferior. —Pero mañana tengo que levantarme temprano. Así que, tengo que irme...

—Vale. Está bien. —Aceptó Louis, mirando el suelo con tristeza. —Te espero mañana. Así que más te vale venir. —Susurró mirándolo amenazante.

—Claro que vendré. —Le aseguró el castaño.

El rizado caminó hacia su abrigo que había dejado a los pies de la cama de Louis, y se lo puso. Miró a su "amigo" y se acercó tímidamente hacia él. El de ojos azules lo miró tiernamente, por lo que Harry no se pudo aguantar, y dejó un tímido y suave beso en su mejilla.

Los colores subieron rápidamente al rostro del más bajo, quien desvió la vista, algo confundido por el mar de sensaciones que lo golpearon cuando los labios de su amigo tocaron su rostro.

—Adiós, bebé. —Murmuró, antes de salir. Cerrando la puerta.

Louis se dejó caer hacia atrás, y colocó ambas manos en su rostro, intentando serenarse y encontrar una respuesta coherente para todo lo que estaba sintiendo.

Vale. Tenía que admitir que Harry era lindo. Está bien, muy lindo. ¡Vale ya! Era hermoso. Mucho más que hermoso, era perfecto, divino y un montón de adjetivos más.

Diablos... Le estaba gustando. Y le estaba gustando mucho. ¡¿Y es qué como no lo iba a hacer?! Con sus ojos tan jodidamente verdes, con esos rizos tan hermosos, con esos labios tan malditamente antojables, y con ese cuerpo... Maldita sea.

—Coño, que es demasiado lindo para mí...

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—Por lo animada que suena tu voz, supongo que todo salió mucho más que bien con Louis. —Harry sonrió de oreja a oreja.

Se encontraba en su departamento. Bueno... De hecho en el departamento que compartía con Louis. Había llegado muy contento del hospital. Se había duchado y comido para luego llamar a Niall y contarle todo lo que había sucedido con Louis.

—¡Salió genial! —Exclamó con excesiva felicidad. Escuchó la risa de su amigo rubio, y también la de su amigo castaño. Niall seguramente tenía el teléfono en altavoz. —¡Me ha pedido que le cuente como nos conocimos! Así que yo le dije la verdad, dije que había ido a su casa, buscando alquilar un cuarto y todo lo demás. ¡Se rió mucho! Es tan lindo cuando se ríe así...

—Pareces una de esas típicas niñas de quince años con su primer amor. — Harry soltó una alegre carcajada por la comparación. —Pero me alegro mucho de que ya hayan hablado y se conozcan un poco mejor. Aunque sólo sería que te recordara, porque estoy seguro de que Louis conoce todo de ti...

Harry se rió con vergüenza sintiendo sus mejillas colorearse.

—¡Se ha enfadado cuando le dije que me iba! — contó con emoción. El rubio soltó un suspiro. —Me dijo que estaba obligado a ir mañana, porque quería verme y seguir hablando conmigo. ¡Tal vez no me recuerde, pero creo que todavía me quiere!