Capítulo 1: Mía.

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Había sido un día como cualquier otro para Mía, la joven pelirroja, de piel pálida con pecas en la nariz y mejillas y con unos bonitos ojos verdes,  había ido a la escuela, iba a la preparatoria PGC (Preparatoria General de Crambell) en la mañana, está en quinto semestre, por lo que ya estaba por salir, sus notas van muy bien, tiene un promedio de 9.3, en cuanto a amigos, tiene tres mejores amigas a las cuales iba a extrañar demasiado cuando entre a la Universidad.

También había ido a trabajar de niñera, el cual era un trabajo que hacía para ayudarle a su madre a pagar los gastos de sus estudios, ya que su situación económica no era muy buena desde que su padre las abandonó cuando ella tenía 7 años de edad.

Y ahora mismo Mía se encontraba descansando viendo la televisión cómodamente en el sofá; en realidad no es como que fuera algo realmente agotador su trabajo, ni mucho menos difícil, Mía solo tenía que seguir las reglas que las madres le dijeran y hacer que el niño las cumpla también, son cosas simples como: que el niño se lave los dientes antes de dormir, que se duerma antes de las 8:00 pm, que haga su tarea, cuidar que no le pase nada al niño, o que el niño no destroce la casa, lo único complicado era cuando los niños eran rebeldes, solían agotar la paciencia de Mía a veces a tal punto en que le daban ganas de darles sus nalgadas, pero no lo hacía, ya que siempre había creído que no hay nada que no se pueda resolver con algo de atención y cariño, y si lo lograba, lograba que los niños la vean como a una amiga o una hermana mayor, luego tanto ella como los niños se encariñaban, a pesar de que no le gustaba hacerlo porque siempre viene el momento de decir adiós, eso era lo más difícil del trabajo de Mía.

En fin, lo único que quería Mía era descansar un poco, esta vez había ido a cuidar a un bebé de 1 año de edad, era el primer bebé que cuidaba, ya que no aceptaba trabajos así, porque no toleraba la idea de cambiar pañales, o no sabía como hacer que se durmieran, pero la necesidad de dinero la habían llevado a aceptar cuidar al bebé.

Justo cuando iba a la mitad de su serie de televisión favorita su madre le hablo para decirle que tenía una llamada, Mía contestó el teléfono, una mujer del otro lado de la linea habló con ella diciéndole que una amiga la recomendó como niñera para sus dos hijas, para ser más exactos la madre del bebé al que fue a cuidar ese mismo día, entonces le dio la información que necesitaba para que cuide a sus dos hijas: una jovencita de 15 años y su hermanita menor que tiene un año, además de pedirle que recoja a la joven de la escuela, según lo que le dijo la mujer, la joven va en la misma escuela que Mía, puede ser curioso que tan chico es el mundo, Mía aceptó algo nerviosa, era la primera vez que iba a cuidar a una joven de 15 años, y aunque ya había cuidado a un bebé de un año por un día no tenía nada de experiencia con los bebés, normalmente cuidaba niños de entre 5 y 12 años, al mismo tiempo estaba emocionada por saber quien era la joven, puede que la conozca, Mía conocía a varias jóvenes de primer semestre, a la mejor podrían volverse muy buenas amigas.

Mía colgó el teléfono después de aquella plática con la señora, por alguna razón estaba muy feliz, y se mantuvo así por el resto del día, era tan notorio, tanto así que su madre le preguntó que si ya tenía novia, porque bueno, Mía es lesbiana, lo supo desde que tenía 12 años de edad cuando se enamoró de una de sus compañeras de la escuela en la secundaria, nunca le habló y ella le hablaba muy rara vez, para Mía era muy linda, era rubia, blanca y de ojos miel; la madre de Mía lo sabía, de hecho no tuvo ningún problema con aceptarlo, sólo le me dio el consejo de sólo contárselo a quienes le tuviera más confianza, ya que siendo como es la sociedad, le podrían cerrar muchas puertas si se sabe, la verdad es que hasta ahora su madre era la única a quien se lo había dicho, sus amigas de la preparatoria tampoco lo sabían.

Mía rió por el comentario de su madre y le contó lo del nuevo trabajo, luego merendó y se fue a la cama, pensó mucho en el día de mañana, y no sólo por lo de su nuevo trabajo, sino también porque mañana le declararía su amor a una de sus amigas, Emily, tenía la esperanza de que su Emily también fuera lesbiana y la aceptará, la mayoría pensaba que lo era, pero es porque la mayoría se deja llevar por los estereotipos de que ser lesbiana es ser una mujer poco arreglada, a la que le gustan los deportes, a la que le gusta la música pesada, que tiene personalidad ruda y un físico muy parecido al de un hombre (sin curvas pero con músculos),  y aunque Emily cumplía con todo eso, excepto por lo de sin curvas, ya que Emily si tiene curvas, existía la gran posibilidad de que no fuera lesbiana, por que siempre había hablado de que le gustan los hombres fuertes, igual podría aparentar que le gustan los hombres, o podría ser que realmente si le gustaban, de todos modos sólo es un estereotipo, Mía no cumple con casi nada de eso y aún así es lesbiana.

Habían muchas dudas dentro de Mía, las cuales dejó pasar para poder quedarse dormida.

La niñera de Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora