Capítulo 7: La primera vez.

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Mía apenas si pudo dormir en la noche, pues no podía creer todo lo que le había pasado con Ella; necesitaría conseguir el dildo con arnés antes que Ella.

Al día siguiente en la escuela, Mía estaba muy distraída, se encontraba pensando en que había una sex shop no muy lejos de su escuela, pero le daría demasiada pena entrar a comprar, además temía que no le vendieran por ser menor de edad.

-¿Te encuentras bien Mía?- preguntó Emily sacándola de sus pensamientos

-¿Qué?-

-Que si te...-

-Si-

-Estás muy distraída-

-Es sólo sueño, no pude dormir anoche-

-Alguien está enamorada- dijo Karla en tono alegre e insinuante haciendo que Mía se sonrojara

-Hahaha no- trató de negar Mía pero no pudo evitar pensar en Ella y soltar una sonrisa de enamorada

-Deja de negarlo y di cómo es él- dijo Samantha, aquella platica comenzaba a incomodar tanto a Mía como a Emily, a Emily porque seguía pensando que le gustaba a Mía

Samantha y Karla sólo se quedaron mirando a Mía esperando una respuesta; Mía no sabía si confesarles que no era un hombre el que le gustaba, sino una mujer

-Bueno yo... ¿puedo confiar en ustedes?-

-¡No puedo creer que hayas hecho esa pregunta! ¡Somos tus mejores amigas! ¡Ya casi cumplimos 3 años juntas!- respondió indignada Samantha

-¡Si, es obvio que si puedes!- respondió Karla

-Me gustan las mujeres- dijo en tono muy bajo

-No lo creo- dijo Samantha

-¿Es en serio?- preguntó Karla

-Si-

-Bueno pues está bien ¿no creen?- dijo Emily tratando de ayudarla y de saber que pensaban Karla y Sam

-Si...-respondieron al unísono sonando no muy convencidas de lo que acababan de decir, fingiendo ambas una sonrisa, el rostro de Mía se llenó de tristeza al saber que no estaban de acuerdo

-Amm... ¿y cómo es ella? ¡cuéntanos todo!- dijo Sam sonando emocionada de que su amiga estaba enamorada, al igual Karla terminó por aceptar a Mía al escucharla hablar de Ella tan enamorada, realmente le dio algo de ternura verla así, por otro lado Emily actuaba alegre y al mismo tiempo distraída

Al salir de la escuela Mía estaba muy alegre de como tomaron las cosas sus amigas, sin embargo al ver a Ella esperándola en la reja su expresión cambió a nerviosa, se escabullo entre los otros alumnos y fue corriendo a la sex shop, se quedó parada afuera pensando si se atrevería mientras tomaba aire, una vez más tranquila se dio cuenta de que no podía hacerlo, le daba vergüenza tan sólo la idea de que alguien la viera parada allí afuera, así que decidió ir por Ella.

Al llegar pudo notar a Ella cruzada de brazos observándola

-¡No me hagas esperar, sabes que no me gusta!- dijo molesta Ella -¿Se puede saber en donde estabas?- preguntó más calmada con una clara mirada de curiosidad -Lo conseguiste ¿no es así?- añadió al no recibir respuesta con cara llena de picardía.

-Sólo vayamos a la parada, tu chófer debe de estar preocupado- respondió Mía fríamente, pero al notar su voz hizo una sonrisa nerviosa queriendo demostrar que no estaba molesta.

Las dos jóvenes fueron a la parada, el chófer pasó por ellas, no les dijo nada por la hora y ellas tampoco dieron explicaciones.

Cuando llegaron a casa, como siempre ambas estaban solas, Mía fue a encargarse de la pequeña Rose (de darle de comer, cambiarle el pañal, etc) mientras Ella hacía tarea.

Al terminar su tarea Ella fue con Mía la cual estaba sentada en la sala terminando su tarea, Ella comenzó a besar el cuello de Mía haciendo que ésta se estremeciera.

-Yo sí lo conseguí- le dijo al oído mostrandole el dildo con arnés

-¿Cómo lo conseguiste?- dijo sorprendida

-Tengo mis contactos- dijo sentándose junto a Mía, besándola apasionadamente

-E.. Ella... no aquí- dijo Mía apenas pudiendo respirar, Ella se levantó y la tomó del brazo, la llevó escaleras arriba, abrió la puerta de su cuarto, la empujó en la cama y cerró la puerta con seguro, como evitando correr algún riesgo de ser cachadas en pleno acto o quizás no quería que Mía se escapara

Mía estaba nerviosa, jugaba con sus manos, su mirada estaba en el piso y sus mejillas estaban sonrojadas, Ella se sentó a su lado, acarició sus cabellos pelirrojos y los acomodó detrás de su oreja, besó su mejilla con delicadeza

-Relájate, no voy a ocupar el dildo, la verdad sólo fue como una especie de reto para ver quién era más atrevida-

-Está bien-

-¿Segura? porque no haré nada que no quieras, si te hace sentir mejor quiero que sepas que me importas, no voy a lastimarte-

-Gracias, significa mucho para mi-

Ella comenzó a besar a Mía mientras le quitaba sus prendas de vestir, comenzó a quitarse las suyas también, hasta que ambas quedaron desnudas, tocó sus bubis con delicadeza, sus manos temblaban un poco, observó a Mía por varios segundos, era perfecta para ella, parecía una hermosa obra de arte, besó su cuerpo suavemente como si fuera a desmoronarse, succionó uno de sus pezones con un poco más de pasión, mientras sus dedos índice y pulgar tocaban el otro, escuchó los fuertes gemidos de Mía diciendo su nombre, se pusieron en posición de tijeras, tuvo que guiar a Mía para hacerlo, luego rozaron sus vaginas, una contra la otra, hasta que ambas sintieron las convulsiones de sus labios vaginales y llegaron al orgasmo juntas.

La niñera de Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora