"The Walking Dead." Fifth Harmony [EDICIÓN]

Capítulo 08. | Accidente.

¿Matar? ¿Eso era lo qué teníamos que hacer? Siempre matamos caminantes, eso es totalmente claro, pero nunca matamos personas. Quizá era el tiempo de un cambio, matar por sobrevivir, por cuidarnos mutuamente. Habíamos dejado el cadáver de Morgan detrás de nosotros, en la carretera, ahora estábamos yendo hacia un lugar fuera de allí posiblemente encontrando un refugio. 

Ahora iba en nuestro vehículo con mi grupo, Lauren y los suyos venían detrás de nosotros en sus autos. Estaba sentada en el sofá que está junto a la mesa, Rosita me estaba curando la herida que tenia en el rostro y en la mano. 

—¿Entonces después de todo Lauren te salvó?—preguntó Bob.

—Si—respondí.

—¿Hiciste un tipo de amenaza para eso?

—No, ahora es parte de aquí, de nosotros.

El transcurso del viaje fue hablado, antes de irnos a un sitio debíamos buscar a Glenn y Daryl, ellos tenían la motocicleta quizá pudieron escapar además de ser fuertes físicamente. Tampoco sabíamos si estaban vivos o muertos, pero la esperanza ya no existía en estos últimos años. Ya se hacía dos años de que comenzó todo el fin del mundo, pero en un tiempo lejano podría volver todo como antes o quizá no. En un contexto debíamos morir y no habría excusas o culpabilidad tan solo nos tocaría cuando hayamos perdido la defensa de todo. 

Cuando algunas preguntas se referían a mi estado con Lauren, traté de no darle importancia porque no me interesaba mucho hablar sobre ella ahora. Volteé a mirar a Rosita, aún estaba curando la herida de mi mano. Era difícil tener a un hombre como Morgan en el grupo, era ese tipo de persona que podría hacer una locura y tendría la culpa de los asesinatos de los demás. 

"Solo proteges lo que quieres y si es necesario, tu mente se convierte en otra cosa."

Las palabras de Lauren habían llegado a mi cabeza, ella no me quería, no. Sólo me ayudo contra Morgan porque necesitaba personas fuertes en el grupo, pero ¿por qué quiso besarme? Realmente no sabía la respuesta, pudo ser un impulso del momento. Ninguna sabía lo que hacia, de todas maneras no es como si se repitiera de nuevo. 

—He terminado—sonrió Rosita, mientras guardaba el botiquín.—¿Estás bien?

—Si, solo pensaba—respondí.—¿Cómo esta Tara? Todavía no la he visto.

—Está descansando, no se siente bien aún. 

—¿Por qué  fue a la fabrica? Ella sabe defenderse, pero no puede hacerlo por Eugene.

—Le tiene afecto, pero el jodido idiota echó todo a perder. Hubiese muerto sino hubiese sido por mí.

—He dicho milésima vez que lo sentía—respondió Eugene mirándonos. 

Me puse de pie y fui con Andrea quien estaba conduciendo, ella me miró de reojo y volvió su mirada al frente. Luego de lo que había sucedido hace kilómetros atrás no había dicho ninguna palabra, así que decidí que podríamos hablar ahora.

—¿Dónde iremos ahora?—pregunté.

—No sé, no quiero irme de la ciudad todavía. Tenemos que encontrar a Glenn.

—Debería de estar cerca.

El vehículo de atrás toco bocina y Andrea detuvo el auto, miró por la ventana. Hizo un gesto y se puso de pie, cuando yo iba a ir detrás de ella, me detuvo.

—Quédate acá. No salgas—contesto seria. 

—¿Qué jodida mierda sucede?—pregunté.

—Quédate acá—volvió a repetir.

Ella salió del vehículo y sin obedecer fui detrás de ella. Solamente Camila y Lauren estaban allí, mientras me miraban confusas, quizá tampoco querían que bajara del auto. Andrea se dio vuelta y se paró delante de mí. 

—Te he dicho que te quedaras en el auto—contestó.

—No puedo obedecerte. Deja las idioteces para otro momento.

—Bien, te diremos lo que sucede—respondió Camila.—Hace unos días un grupo nos está atacando, sólo era con nosotros. Ahora que saben de ustedes, también los quieren atacar.

—¿Están cerca?—pregunté.

—Lo están, pueden estar acá en tan solo unos minutos—contestó Lauren.—Venían detrás de nosotros.

—Entonces debemos irnos ahora, no estamos bien de armas.

—Verdad, estamos de mal en peor con lo de Morgan—resoplo Andrea.

Cuando nos íbamos a ir de nuevo al vehículo, un disparo se incrustó en el cráneo de Andrea y murió al instante. Todos nos alarmamos y miramos hacia todos lados. Un hombre a tan solo unos metros de nosotros tenía el arma en alto.

—Nadie irá a ningún lado.