"The Walking Dead." Fifth Harmony [EDICIÓN]

Capítulo 22 | Celos.

Abrí los ojos lentamente sintiendo un leve mareo, giré mi cabeza encontrándome con Lauren quien dormía plácidamente. Me di cuenta que estábamos desnudas, pequeños recuerdos de lo que pasó en la mañana llegaron a mi mente. Observé por la ventana que estaba anocheciendo, al parecer hemos dormido todo el día. Me levanté de la cama y me vestí con, al parecer, la ropa de Lauren que estaba en la mesita de luz. Salí del cuarto cerrando la puerta por detrás y me encontré a Rosita sentada en el sofá, mientras yo bajaba las escaleras.

—¿Cómo te sientes?—preguntó con un tono burlesco.

—Supongo que bien-respondí, y ella negó riendo.—¿Dónde están los demás?

—Si, sobre eso. No te preocupes, los demás están en la otra casa y los de aquí siguen trabajando en sus ocupaciones. Daryl y Michonne fueron a buscar provisiones a un pueblo—dijo mientras dejaba su libro en la mesa.

—¿Crees que los demás me odian?—pregunté de repente.

—Los dejaste por cinco chicas, __. Creo que es una razón, se te nota enamorada aunque no quieras aceptarlo. No lo sé, hasta casi mueres por ellas.

—¿Y tú? ¿Me odias?

—No tengo motivos para hacerlo. Sabes que estoy con Tara hace semanas, ambas nos queremos pero ninguna ha cambiado. Sí quieres estar con cualquiera de las chicas, solo no dejes que el amor te afecte—me abrazó y se levantó.-Iré a la casa, te veo luego.

—Espero que eso no suceda—murmuré. Ella sonrió y se fue de la casa.

Desvíe mi mirada levantándome de mi lugar, volví a subir las escaleras. Fui al baño y al entrar me metí en la ducha, dándome un baño rápido. Salí y me vestí con la misma ropa que tenía puesta, me fui de la casa lo más rápido posible para no encontrar a Lauren. No quería hablar con ella en ese momento, caminé por las calles. Saludé con la mano a Beth, quien estaba sentada en el porche de la otra casa. Ella sonrió y también me saludó.

Encontré a Camila hablando con Spencer, ambos estaban hablando alegres y riendo. Fruncí el ceño, y me acerqué a ellos. Él al verme, le dio una sonrisa y le dijo:

—¿Te veo en la noche, Mila?

-Claro, en la noche estaré ahí—sonríe.  

Lo miré mientras se iba, y me acerqué a Camila que justamente ahora me había mirado y su rostro estaba serio. Su sonrisa reciente desapareció. 

—¿Dónde irás  en la noche? ¿Y por qué te llama Mila?—pregunté firmemente.