III

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Me levanto ya que los rayos del sol están traspasando la cortina de mi ventana, miró el reloj, ¡7:46!, salto de la cama y maldigo, tomo el uniforme, me lo coloco, dejo mi cabello rebelde, cepillo mis dientes, tomo mi maleta, bajo los escalones, salgo corriendo por la puerta, ¿mis padres?, seguro trabajan como siempre. Corro hacía la escuela, observo que llego a tiempo por unos minutos, sonrío, me adentro en el aula miro que mi nuevo amigo esta sentado esperandome, ¡solo a mí!, tres chicos se le acercan lo levantan del brazo, mi sangre comienza a tomar calor, voy en ayuda de mi amigo, un choque de mi puño contra la cara de uno de los tipos, el dolor no lo siento, me siento tan bien, esto no lo había sentido, golpeo a los otros dos chicos, los tres caen al suelo, los de la escuela solo me miran, me dicen mounstro y cosas así. Miro a mi amigo, el se llama Steven, es muy bueno conmigo, vive con sus padres. Me ha dicho que soy su mejor amigo. Ayudo a mi amigo, el me sonríe y yo a él, siento como algo arde en mi costado, miro hacía atras, uno de los chicos me ha encajado una navaja, con mi mano izquierda saco la navaja, mi rostro no muestra ningun dolor, mi amigo me mira preocupado.

— No te preocupes Steven. — con una sonrisa.

— Pe~pero Zack... — se escucha asustado.

— No te preocupes, iremos a la enfermería. — sigo con mi sonrisa.

Caminamos normal en la escuela, algunos me ven como una bestia, un mounstro, un ser de otro mundo, lamentablemente no lo soy, simplemente soy una persona que soporta el dolor. Llegamos a la enfermería, la enfermera de ahí me atiende la herida, me miraba demasiado el abdomen. Me siento raro con la mirada de la enfermera en mi abdomen, Steven se ha marchado a clases ya que el timbre esta sonando. La enfermera pone un vendaje alrrededor de mi cuerpo.

— Listo joven, me gustaría saber como te la has hecho. — mira directamente a mis ojos.

— Pues un chico me apuñalo con una navaja. — evitó su mirada.

— ¿Qué?, jajaja, eso es una tontería, pero ya es hora de que entres a clases. Y sigue con esa línea. — me giña el ojo.

Me coloco la camiseta, salgo de la enfermería, saliendo veo que a los chicos que les di una paliza entran al baño, me acercó rapido y entró detrás de ellos cuidadosamente. Miró que en la orilla del baño hay ácido, sonrío. Tomó el ácido y comienzo a regarlo por encima de los chicos, menos mal están dentro de los baños.

— ¿Qué carajos? — escucho a uno de ellos.

— ¡Quema, quema! — comienza a gritar.

— ¡MIERDA! — su desesperación crece, al igual que su dolor.

Salgo de los baños, coloco algo de jabón, los alumnos aún siguen en los salones. Dejo jabón en la entrada de los baños de hombres, riego todo el jabón, rápidamente corro hacía mi aula, entro y me siento con tranquilidad. El maestro me mira y yo le doy una sonrisa simpatica, el maestro me da una pequeña sonrisa. Gritos de los tres chicos se oyen, todos se levantan de sus pupitres excepto yo, sigo con mi tarea. El maestro corre por los pasillos para ver a los chicos. Todos salen, los gritos pararon, me levanto de mi pupitre, tocan el timbre, todos salen. Camino y todos estan alrededor mirando a tres chicos con partes de sus cuerpos en carne viva todos se resbalaron y se golpearon la cabeza causandoles la muerte instantanea. Steven pasa alado mío y me jala del brazo, caminamos hacía la salida.

— Es raro que esos chicos hayan muerto después de molestarme. — coloca su mano en su mentón.

— ¿Lo hubieras hecho tu? — preguntó y el me mira.

— Si tuviera el valor suficiente, sí, lo hubiese hecho. — forma puños en sus manos.

— Tranquilo Steven, yo estare contigo siempre y cuando seamos buenos amigos.

Acompaño a Steven a su casa, miro que sus padres estan en el coche, el mira confuso y yo lo miro. Nos acercamos y entramos a su casa, hay cajas llenas con sus cosas, abro los ojos como platos al ver que Steven se irá. Volteo y lo miró, él me mira aún más confuso. Sus padres se acercan, le ponen la mano en su hombro, Steven comienza a llorar, me acerco y lo abrazo, mis lágrimas caen igual. Siento como la rabia se apodera de mí, esta vez lo contengo aún más, dejo de abrazar a Steven y lo miro a los ojos.

— Tu y yo siempre seremos amigos, ¿cierto Zack? — está chillando.

— Siempre seremos amigos, pase lo que pase.

— ¿En serio? — me mira con más lagrimas.

— Si. — quito las lagrimas, lo abrazo y me acerco a su oido y comienzo a susurrarle. — Yo sere tu amigo mientras me digas así, yo estare contigo siempre. Yo cuidare de ti. ¿Recuerdas a los tres chicos que te molestaron? — hago un breve silencio. —-Yo los mate. Por ti, solo porque eres mi amigo.

Dejo de abrazarlo, me mira a los ojos, yo mantengo una mirada sería, Steven se lanza contra mi y me abraza aún más. Él si es un buen amigo, sonrío al ver que el si me aprecia, aprecia lo que he hecho por él, siempre lo ayudare mientras este conmigo. Se separa de mi.

— Gracias Zack, eres mi mejor amigo. — seca sus lagrimas.

— Tu eres mi mejor amigo Steven. Mandame una carta cada dia, ¿sí? — le sonrío.

— ¡Si! — dice entonando alegría.

Ayudo a llevar sus cosas al auto, los padres me agradecen, yo solo les sonrío, Steven sube al auto, se despide de mi con su mano, yo hago lo mismo. Miro como mi mejor amigo se marcha, lo he dejado vivir porque él lo merece. Camino por las calles hasta mi casa, abro y observo toda la casa, mis padres aún no estan, entro a la cocina y veo comida servida, solo para mí. Subo los escalones y entro a mi habitación, comienzo a terminar tareas pendientes. Mi teléfono comienza a sonar y contesto.

— Habla Zack, ¿quien habla?

— ¿En realidad te llamas Zack? — la voz de un mayor está del otro lado.

— ¿Quien habla? — pregunto nuevamente.

— Alguien que sabe la verdad. ¿Por qué mataste a Rita, a Yerry, a Carlos y a Tomás?, ¿por qué?— la voz se olle más seria.

— Deja de jugar conmigo. — contestó fríamente.

—-¿Temes qué te delate?, o ¿qué le pase algo a Steven? — lo dice en forma victoriosa.

— ¡NO TE ATREVAS BASTARDO!

— ¿Z-zack? — una voz conocida suena por el teléfono.

— S-steven. — mis nervios se ponen de punta.

— Zack, tu y yo no somos amigos. Y-yo, yo. Yo sabia que matarías a esos chicos. Te he usado para mi bien, eres...eres...eres un....un i-ingenuo. — se escucha muy seguro.

— ¿Escuchaste Zeik? — nuevamente habla el mayor.

— ¿Z-zeik? — Digo con voz temblorosa.

— Si niño, te llamas Zeik, ¿Zack es tu nombre?, no lo creo, tus padres reales te pusieron ese nombre, te preguntaras que les paso. ¿Cierto? — se escucha tan serio, se burla de mí.

— S-si, quiero saber.

— Tus padres fueron asesinados por los que ahora llamas mamá y papá.

— N-no, es mentira, ¡estas mintiendo, ellos me adoptaron!

— Zeik, abre los ojos muchacho, ya es tiempo.

El hombre cuelga. Siento que todo se desvanece, mi supuesto mejor amigo, mis padres los asesinos de mi verdadera familia, mi nombre es falso. Entonces ¿qué puedo hacer?, no se que hacer, tengo que acabar con ese hombre al igual que con Steven, tengo que matarlos a ambos, esto no se quedará así, por ahora me conseguiré a un nuevo amigo, pero Steven y el hombre no quedarán libres del todo, Steven vas a sufrir demasiado haré que grites por piedad, sufrirás y vivirás el mismísimo infierno, te esperaré Steven.

Soy su amigo psicópata.

Mi Amigo Psicópata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora