V

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Un año nuevo, varios de mis amigos se han ido, no es mi culpa el ser diferente, deberían aceptarme como soy, no puedo ser algo más que yo mismo. Yo actuó a como soy en la realidad, me gusta ver sufrir a las personas, disfruto su sufrimiento. Aún sigo pensando en Steven, no se si siga vivo ahora, pero cuando lo encuentre, morirá. Sonrío al observar a la gente pasar a mi lado, el poder verlos morir a todos me hace ser tan feliz. A lo lejos me saluda una chica rubia, ojos cafes oscuros y una sonrisa simpatica, su nombre es Melisa, me acerco y le doy un beso en la mejilla.

— Zack, ¿me acompañaras? — me agarra del brazo.

—-¿A donde Meli? — digo mientras caminamos.

—-¡Al centro comercial! — me hala del brazo.

— Pues no me darían permiso. — la miro a los ojos.

— ¡Vamos Zack!, eres mi mejor amigo, no puedes dejarme sola. — pone cara de perro a medio morir.

— Ahhh, esta bien, tienes suerte. — le doy una cálida sonrisa.

— ¡Eres el mejor Zack! — me da un beso en la mejilla.

Le sonrío aún más, caminamos hacía la escuela, algunas personas nos ven confusos, no entiendo nada. Entramos al aula que nos corresponde, camino hacía mi lugar, observo que unos chicos murmuran, tomó asiento y miro hacia la ventana. Siento que algo extraño pasara ahora, no tengo idea de que sea, pero si pudiera ver a alguien entre mis brazos, cubierto de sangre, quisiera que fuera Steven. Tocan mi hombro y volteo, me levanto rápidamente ya que veo al chico con el que peleé por última vez.

— ¿¡Qué quieres Alan!?

— Solo te quería decir que es mejor que no estes con esa chica. — evita el contacto de nuestros ojos.

— ¿Por qué lo haría? — me cruzo de brazos.

—-Porque ella no es normal. — guarda silencio. — Dicen que ella mato a sus padres y que tiene cambio de personalidad. — me susurra.

— ¿Por qué tendría que creerte? — lo miro aún más a los ojos.

— Porque ya he probado tus palizas, no quiero volver a tener problemas contigo, ni siquiera somos amigos, mejor agradece. — se da la vuelta y se aleja.

Me vuelvo a sentar en mi pupitre, el estúpido de Alan me dejo pensando. Ella no puede ser así, Meli es una chica normal, ¿cierto?, ahora tengo dudas. Las clases comienzan, me concentro y termino todo lo que nos toca hoy. Me levanto y camino hacia la salida.

— ¿A dónde crees que vas joven Zack? — se quita sus lentes.

— ¿A dónde creé qué voy? — saco mi tono frío.

La campana suena, la profesora me queda viendo, yo solo sonrío, camino a la salida, no puedo quedarme aquí, siento como me altero, veo a muchos estudiantes, son perfectos para irse de este mundo, siento como me tropiezo con alguien, miro que hay una chica en el suelo, la ignoro y sigo mi camino, el sol se asoma y el aire acaricia a las personas, miro que hay un árbol que da buena sombra, camino hacia el árbol, me siento y me recargo sobre el árbol. No quiero imaginar que le dirán los profesores a los sujetos con los que vivo, cierro los ojos un momento y solo escuchó como la campana vuelve a sonar, abro los ojos y enfrente mio está Meli.

— ¿Faltando a clases Zack? — se cruza de brazos.

— Hola Meli. — digo mirandola. — ¿Es cierto qué tienes cambios de personalidad?

— ¿QUÉ?, como te atrevez a decirme eso, soy una chica, ¡¿cuál es tu problema?! — sus ojos se cristalizan.

—-Aún no obtengo la respuesta que quiero Meli. — me levanto.

Mi Amigo Psicópata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora