The Gray Garden es propiedad de Funamusea.
-*-*-*-La vida no podía ser más curiosa de lo que ya era, eso era lo que Yosaflame Kasai pensaba. Él ya había visto venir su ingreso a la academia Black y no se sorprendió cuando el gran Kcalb lo tomó como su mano derecha. Él no pensaba de esa forma por su propia vida, sino por la vida del señor Kcalb Mond, el diablo de la academia.
Yosaflame era su mano derecha, siempre estaba a su lado acatando sus órdenes, era el vicepresidente de su corte, sin embargo no era el único bajo su mando; Ater y Arbus eran las mascotas del albino, las dos otakus que fingían siempre ser mitad gatos podían ser las más precisas y crueles al momento de acatar una orden de su amo, luego estaban Cranber y Lost, ambos eran como los ojos del diablo... y por último todos sus vasallos, los estudiantes de la academia, todos y cada uno de ellos alababan a Kcalb de una forma que ciertamente era perturbadora.
Yosaflame además de ser su mano derecha, era uno de sus más íntimos compañeros, por eso mismo él sabía mejor que nadie el pasado y los pensamientos del señor Kcalb Mond, el joven que odiaba a su tío, el joven cuyo hermano lo traicionó, el joven que jamás esperó estudiar en Black y ser el presidente de ésta, y el mismo joven que con crueldad había conseguido igualar al instituto Blanc en todo: deportes, calificaciones, eventos...
No por nada lo llamaban el diablo negro, él había conseguido lo que en mucho tiempo la academia por sí sola no consiguió. Pero además de ser un diablo, también era un líder, de los mejores que Yosaflame había tenido el gusto de presenciar.
-¿Ya está arreglada la visita al instituto Blanc? -Preguntó Kcalb tranquilamente desde su escritorio de presidente estudiantil.
Era imponente, cabello plateado largo, oscuros ojos que amenazaban con robarte el alma, piel pálida haciéndole competencia a un cadáver y una mirada vacía y cruel que dejaba a cualquiera de piedra.
-Así es señor -asintió Yosaflame con total naturalidad, acomodándose sus lentes- y las disputas se han reducido en un 80%.
-Muy bien -dijo éste dejando los informes encima de la mesa-. Puedes retirarte a clase.
Y había algo más que comentar sobre el señor Kcalb, y eso era que últimamente había estado demasiado extraño, desde que había decidido entrar en un pacto de paz con la escuela Blanc, apoyado por la junta directiva de ambas escuelas.
Kcalb era conocido también por detestar las cosas sin sentido ni finalidad, todo lo que fuera un retraso lo aborrecía, pero últimamente parecía querer retrasar su visita a la escuela Blanc. Yosaflame no sabía mucho al respecto, pero sí que sabía que algo había pasado entre Kcalb y la diosa blanca de los Blanc: Etihw Shiraiwa.
Solamente la había visto una vez, por accidente en la calle, desafortunadamente ambas escuelas además de ser rivales tenían que compartir la misma calle, fomentando las discusiones; fuese como fuera, vio a Etihw cuando volvía de la escuela, era difícil no distinguirla, era alta, muy alta como una modelo, con cabello larguísimo y oscuro como el carbón, ojos vacíos como los de Kcalb y finalmente un precioso y frívolo rostro que la hacía lucir como una reina. Una del hielo.
Etihw era una piedra en el zapato de Kcalb, eso se hacía ver cuando cada vez que la mencionaban éste se enojaba o hacía una mueca de desagrado, pero jamás había preguntado al respecto, esperaba que con el tiempo, el presidente decidiera contarle sobre su pasado con tan imponente mujer.
-¿Pensando~?
Suspiró frustrado al escuchar esa voz juguetona detrás suyo, no tuvo necesidad de voltearse para saber de quién se trataba.
-¿Qué cosa abominable estás comiendo ahora?
-¡Pulpo con vinagre! Sabe delicioso~ ¡deberías probarlo!
-Paso.
Se volteó, encontrándose con unos ojos rosados, brillantes y atemorizantes acompañados por una perturbadora sonrisa manchada de vinagre. He ahí a Cranber, el demonio glotón.
Esa chica era aborrecible, comía cosas asquerosas haciéndolas pasar por deliciosas, siempre lucía una espantosa sonrisa sin importar la situación, la muerte de alguien y un cumpleaños era lo mismo para ella. Pero eso era un punto a favor, infundía tanto terror que al momento de salir a hacer sus cosas de ayudante del señor diablo nada era un obstáculo para ella.
-¿Y bien? ¿No deberías estar en clase?
-Al igual que tu, pero el maestro no está así que me he tomado un pequeño receso -explicó tarareando- ¿el señor Diablo te ha hablado algo sobre los diálogos con los Blanc?
-Nada nuevo -explicó con naturalidad- mañana será el día.
-Oh, entonces mañana veremos a esos angelitos, ¿no es así? -Preguntó Cranber con una sonrisa chueca.
-Desearía que tú te quedaras aquí -comentó una tercera voz. Lost apareció golpeando la cabeza de la chica con un grueso libro de historia- Solamente causarás problemas.
Cranber lejos de sentirse dolida, sonrió: -Bueno, ¿si no los hago yo quién los hará? -Sacó una bolsa de arañas fritas de su bolsillo y empezó a comer- Será interesante.
-No hay que dudarlo -asintió Lost mirando a Yosaflame.
Yosaflame solamente se acomodó sus lentes y se dio la vuelta. No iba a quedarse con esos dos ahí.
.-
A diferencia de muchos, Yosaflame no vivía en la academia, él tenía una casa a la cual volver, con una madre que lo esperaba siempre con una sonrisa y una cena casera preguntándole por su día.
-Estaré estudiando -dijo antes de dirigirse a su habitación.
-¡Buahhh! ¡No! ¡No! ¡Hermano jugar conmigo ya! -Exclamó una pequeña niña de cabello verde y brillantes ojos rojos.
-Yosafire, deja a tu hermano -pidió su madre mientras se dirigía a tomar a la niña.
-¡Pero si Yosa ya no me plesta atención! ¡Yosa todo el día en escuela y nada conmigooo!
Su madre le miró preocupada, esperando que la pequeña no estuviese molestándolo demasiado, sabía que su hijo venía cansado de la escuela, lo único que quería era facilitarle el trabajo.
-Descuida, mamá -se rindió Yosaflame tomando a Yosafire en brazos- Yosafire se quedará conmigo en mi habiacion. Callada. ¿No es así?
La niña de cinco años miró a su hermano mayor con una sonrisa, si al menos podía pasar tiempo con él... asintió enérgicamente, tanto que casi se mareaba.
-¿Seguro...?
-Debes estar cansada -le dijo tranquilamente a su madre entrando a su habitación-. Descansa, estaremos bien.
Yosafire festejó en brazos de Yosaflame y su madre sonrió agradecida. Sí, incluso él tenía momentos como esos.
-*-*-*-
DEBO DISCULPARME POR MI DESAPARICIÓN DE TANTOS MESES. La verdad, culpo enteramente a la escuela, pero aún así no es excusa para no haber informado antes. ¡Lamentó la tardanza y espero que les haya gustado el capitulo! (Que no se noté que voy de afán ^^U)
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Blanc-Black: The Great War
Teen FictionContinuación de Blanc-Black the firts years. El enfrentamiento entre las escuelas Blanc y Black de hace más palpable, en especial en las artes de guerra, donde dos enemigos jurados buscan destruirse a ellos y todo lo que les rodea.