3. Grora (2)

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Todos estaban nerviosos, hablaban entre ellos en susurros y otros parecían querer vomitar, Grora intentaba de verdad que el ambiente no la afectara, pero era complicado cuando hablaban de la exigencia de los jueces, claro, a ella no debería preocuparle en absoluto la exigencia de los jueces, después de todo ella había sido aceptada en aquella escuela gracias a sus dotes en la arquería. ¿Entonces? Posiblemente se trataba de la presión grupal.

—¡Muuuy bien! —Exclamó una voz llena de vida y emoción, por la puerta del gimnasio entraron cuatro personajes, una chica de largo cabello rubio, una chica de cabello castaño y mirada cruel, un joven de cabello castaño y aura intimidante y Sherbet Neige, el rubio de bufanda que le había invitado a hablar después de la introducción de la "reina". —Empecemos con las audiciones, me alegra que tengamos tantos aspirantes para Artes de Guerra este año... —Sherbet le dedicó una rápida mirada y sonrisa antes de proseguir— bueno, hoy tenemos el placer de tener presente a nuestro "ángel jefe".

—¿Ángel jefe? —Preguntó Grora con curiosidad.

El que respondió no fue Sherbet, sino el joven alto de cabello plateado, de fondo la castaña reía y la rubia la miraba tímidamente.

—Me presento, soy Wodahs Mond, el vicepresidente del club y no tienen permitido llamarme "ángel jefe"... nadie. —miró de reojo a Sherbet quién se encogió de hombros sonriente, volvió a mirar al frente— Prosigo. Van a mostrarnos sus habilidades, las áreas admitidas son esgrima, arquería, artes marciales (excluyendo las rusas, árabes y americanas) y habilidades con lanzas, si hay otro tipo de habilidades lo lamentamos pero no califican desde ya.

Algunos chicos se miraron entre ellos. —Eh... señor... ¿por qué sólo esos?

Wodahs miró al chico que había preguntado con tranquilidad, aunque lucía una mirada lúgubre y fría que incluso congeló a Grora.

—Son las artes más manejables, en Artes de Guerra la idea no es matar a tu oponente, si toman por ejemplo un arte marcial rusa terminarían trayéndole cargos innecesarios a la escuela. ¿Contesta eso tu pregunta? —El chico asintió y Wodahs se dio la vuelta— Si no hay más preguntas pueden irse los que no califiquen, los otros pasarán a la audición, solamente tenemos un puesto este año.

Para sorpresa de Grora, el 80% de los chicos que estaban allí de retiraron, quedando a penas quince chicos mayores que ella, probablemente de último año. Empezaba a cuestionarse si estar allí era una buena idea.

—Empiecen —dijo la castaña ya sentada en la mesa de jurado con los brazos y piernas cruzados— no tenemos todo el día.

Y así empezó, los primeros tres chicos lo hicieron fatal y los siguientes diez aunque no fueron tan terribles tampoco fueron deslumbrantes, un chico que practicaba capoeira casi se cae de cabeza, un esgrimista por poco le saca un ojo a la rubia y un arquero ni le dio a la Diana.

Los más decentes fueron los dos chicos que iban antes de ella, con karate y lanzas. Y cuando por fin llegó su turno ya nadie quedaba en el gimnasio.

—Eres... Alela Grora —dijo la castaña mirando con aburrimiento el listado de nombres— de primero... sabes en lo que te estás metiendo, ¿no es así?

—No creo que estaría aquí si no supiera, Rigatona —dijo Sherbet riendo un poco mientras miraba a Grora con algo de fascinación—. Como sea... ¿qué dice ángel jefe?

Wodahs suspiró con pesadez ante el apodo. —¿Qué maneja, Alela?

—El arco —respondió ella con sencillez levantado su propio arco— pero puedo usar ballestas también.

—¿Algún arte marcial que maneje?

—Judo.

Wodahs se inclinó hacía atrás cruzándose de brazos, asintiendo con la cabeza aburrido, dándole permiso para empezar. Grora observó a todos los jueces, estaban sentados en una amplia mesa blanca (como todo en esa loca escuela) y en el centro de aquella mesa había un asiento de cuero similar a un trono, pero estaba vacio, a su derecha estaba Wodahs sentado, siendo precedido por Rigatona, a la izquierda había se encontraba Sherbet y después de él se encontraba la chica rubia que no había pronunciado palabra desde que había llegado.

Se aclaró la garganta. —Eh... disculpen la pregunta pero, ¿por qué hay dos sillas de jurado vacías?

—¡Al fin alguien lo pregunta! —Exclamó Rigatona levantando los brazos al cielo— Muy bien, Wodahs, ¿por qué no respondes ahora sí?

El chico negó con la cabeza. —Limítese a realizar su audición.

—Uh, no, no creo que sea lo correcto —dijo Grora— sin ofenderles, por regla deben estar todos los jueces, si no, no es válido el voto que vayan a hacer, en especial si quién falta es el presidente del club.

Sherbet rió. —¿Y cómo sabes que falta el presidente?

—Creo que el enorme trono vacío del centro me dice algo —comentó Grora enarcando una ceja.

Rigatona y Sherbet estallaron en risa mientras la rubia miró nerviosa a Wodahs, el que no se veía muy alegre con la situación.

—Si no piensa presentar, está bien, no le tendremos encuenta.

—Para el carro, ángel jefe que no dije que no fuera a audicionar —Sherbet rió con aún más fuerza y Rigatona se inclinó agarrándose el estómago— simplemente lo mencionaba, uf, ¿son todos tan amargados en la escuela?

Cualquiera la habría tomado por impertinente, no obstante Grora tenía una muy buena razón para actuar como lo estaba haciendo: ese vicepresidente estaba irritándola. Un poco de amabilidad no vendría mal, ¿no?

—De acuerdo, chica, que ya me agradas —dijo Rigatona aclarando de la garganta— nadie le ha puesto en sus casillas desde la secundaria... Oh Dios —se secó una lagrimita—. Lo que pasa es que nuestra presidenta se encuentra algo ocupada en estos momentos, la otra silla es porque falta un integrante para el escuadrón Alfa del club, pero ese se escoge dentro de unas semanas... ahora... ¿Quieres esperar a la diosa o nos mostrarás tu acto?

Wodahs miró de mala gana a Rigatona, Sherbet sonrió y la rubia silenciosa se esforzó por hacerlo también. Grora suspiró. —No quiero hacerles perder tiempo, salgamos de esto.

Grora miró a las dianas, estaban bastante lejos y se movían, esa era la razón por la que tantos habían perdido en arquería, esas dianas eran en realidad parte de un completo sistema, estaban pegadas a la pared y se movían de forma aleatoria. Grora se alejó un poco más y tomó una flecha.

Disparó sin siquiera meditarlo, dio justamente en el centro de una de las dianas, haciendo que Rigatona ampliara su sonrisa y la rubia se inclinara hacía adelante.

Después Grora tomó dos flechas y las puso juntas en el arco, como hizo anteriormente, dio en dos blancos distintos de forma magistral y así siguió con más rapidez cada vez que aumentaba el número, cuando llegó a tener siete flechas en el arco Sherbet ya estaba prácticamente sobre la mesa riendo emocionado.

Alela Grora lucía como un ángel castigador.

Grora disparó, seis dieron en la Diana y la séptima de desvío un centímetro de la que le correspondía. Grora gruñó. —Demonios.

—¿Demonios? —Preguntó Sherbet incrédulo— ¡Si ha sido...!

—Le llamaremos —dijo Wodahs con tranquilidad indicándole la salida.

Grora le vio con una ceja enarcada, sin embargo obedeció. —Como diga... ángel jefe.

Y con arco en la mano se retiró. En cuanto estuvieron seguros de que ella ya no estaba allí, Wodahs miró con ira a Sherbet. —Si vuelves a hacer que un novato me llame Ángel Jefe vas a pagarlo.

—Je, je... como diga ángel jefe —dijo el rubio riendo, ignorando a su superior— estuviste muy callada Ciel.

La rubia inclinó la cabeza disculpándose.

—De toda esta basura sólo Alela de salva, ¡es asombrosa! —Exclamó Rigatona.

—Eso lo decidirá la presidenta —declaró Wodahs mirando las gradas.

Todos lo imitaron, allí, en la parte más alta, sentada como una reina estaba Etihw con su mirada imperturbable.

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¡Algo corto pero con acción! Espero les haya gustado y muchas gracias por leer, me encantaría decir más pero estoy algo de afán DX
Por cierto, ¡Ustedes deciden de quién se tratará el próximo capítulo! Él poner comentario diciendo el nombre del personaje será el ganador. ¡Nos leemos, muchas gracias por leer!

Blanc-Black: The Great WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora