6. Kcalb (1)

606 44 37
                                    

Cuando la vio no pudo evitar sentir que todo su mundo se resquebrajaba. No era miedo, no era odio, era el mismo sentimiento de estar acorralado en un puente a punto de caer, por un segundo, sólo por un segundo se sintió como el mismo Kcalb Mond que había llegado a la academia Blanc con grandes expectativas, el mismo chiquillo inocente que se coloraba siempre al ver la sonrisa de la presidenta.

Pero sólo duró por un segundo porque: 1, él no era ese mismo niño de hace años atrás y 2, Etihw Shiraiwa no estaba sonriendo.

Cuando Wodahs se fue solamente quedó un momento de silencio tremendamente incómodo, ambos se miraban fijamente, buscando diferencias, igualdades, algo que rescatar del pasado. Pero no había nada. Etihw, la misma chica elegante de quién se había enamorado de joven ya no existía, lo que tenía en frente era una preciosa y frívola mujer que lo miraba de forma despectiva, arrogante, justo como lo miró la última vez que se vieron.

La reunión fue entre todo un fracaso, aunque no era como si fuese a decirlo abiertamente a nadie. No había llegado a ningún acuerdo con la mujer y solamente había conseguido irritarse, enfurecerse, durante el camino sus compañeros lo notaron y fueron lo suficientemente prudentes como para dejarle en paz con sus pensamientos. Yosaflame en especial fue el más considerado (o precavido) al tener en cuenta mantener a las hermanas gato calladas en todo el transcurso de vuelta a la escuela.

—Señor, no olvide por favor que tiene una reunión con su tío —fueron las únicas palabras de Yosaflame antes de retirarse.

El día no podía ponerse peor.

Con irritación y de muy mal humor fue hasta su habitación y se puso el traje que su tío le había comprado, destinado a sus reuniones privadas en donde hablaban temas que a Kcalb no le importaban en absoluto, pero que al parecer, eran importantes.

Una vez cambiado su uniforme por el traje oscuro, se dirigió a la oficina del director, donde su tío Satanick le esperaba con una sonrisa afable y un palo de golf.

—¡Ah, pero miren quién vino! ¡Mi sobrino favorito! Pasa, pasa, que ya casi termino el juego... —cerró un ojo y golpeó la pelota de golf que tenía la cara de cierto hombre de cabello azabache con puntas rojizas.

—No tengo todo el día para tus estupideces, habla de una vez o me marcho —dijo el joven de cabello plateado seriamente sin moverse de su lugar.

Su tío bufó.

—No eres divertido —se quejó dejando su juego y recostando su palo de golf en su hombro—. Bien, como verás, sé que estás tratando ciertos asuntos con nuestra adorable academia vecina, sólo quería saber, ¿qué tal te fue con tu ex?

Kcalb tenía poca paciencia, paciencia que no pensaba perder en el adulto idiota que le miraba de forma sugerente.

—Di eso una vez más y te hago tragar la bola de golf —amenazó, su tío solamente se rió—. Aún seguimos en diálogos, tal vez se llegue a un acuerdo en un futuro.

—Pero no hay tiempo para el futuro, ¡así que planeé algo mucho más divertido! Verás, tengo un súper amigo que conoce muy bien a tu... eh... la presidenta Blanc —se corrigió inmediatamente al ver la mirada asesina de Kcalb—. Fummus, el fumador, ¿no te he hablado de él?

No, pero recordaba al hermano de Etihw que se había portado tan amable con él.

—Ve al grano —pidió no deseando desviarse del tema.

—Verás, hice como una medio apuesta con él... que rechazó, pero creo que podemos llegar a un acuerdo —Satanick se sentó en su escritorio y lanzó lejos el palo de golf—. Sé que tienes un equipo muy interesante en tu club de deportes, que curiosamente, coincide con el club de deportes de nuestros vecinos... vale, hacemos un concurso y el que gana se queda con ambas escuelas.

Lo dijo todo con una sonrisa tan alegre e infantil que de verdad parecía que creía que era una buena idea. Kcalb se quedó en silencio esperando a que su tío dijera que estaba bromeando, pero al ver que no era así, solamente se sobó el puente de su nariz, entre las dos cejas, preguntándose cómo podía caber tanta idiotez en una sola cabeza.

—Vuelve a sugerir algo como eso y te aseguro que te quedarás sin heredero —lo miró seriamente—. No estoy interesado en robarle la academia a esa presuntuosa familia de ricachones y no pienso meterme en problemas solamente para divertirte, no vas a volver a ni siquiera pensar en apostar la escuela, ¿entendiste?

—Cualquiera que te escuchara pensaría que estás asustado de perder contra los Blanc —comentó su tío con una sonrisa gatuna.

Kcalb miró a Satanick con el ceño fruncido. —No estoy asustado de esos ángeles estúpidos, solamente no entraré en tus tontos juegos, porque aunque odie a esos imbéciles, te conozco bien y sé que tienes un gato encerrado en todo este plan tuyo. No seré participe de tus juegos, y si eso es todo lo que tenías que decir, perfecto, gracias por gastar mi tiempo. Adiós.

Kcalb de dio media vuelta con todas las intenciones de marcharse, pero antes de que pudiese hacerlo, Satanick se rió.

—Como sea, sobrino, solamente te pido que no olvides mi propuesta.

Esas fueron las últimas palabras que escuchó antes de cerrar la puerta de un portazo.

.-

Kcalb no era bueno reprimiendo su ira, así que siempre que necesitaba calmarse antes de destrozar toda su habitación, iba al parque y golpeaba algunos árboles. Les daba puños y patadas que les dejaba una fea marca en el tronco, siempre terminaba herido, pero no era como si fuese algo que le importara demasiado.

—A-ah... ¿estás bien...? Tú... estás sangrando —una suave voz llamó su atención.

Giró su cabeza y se encontró con una joven de traje de marinera, reconoció el uniforme de la escuela Great Blue Sea, la chica llevaba el cabello suelto, era castaño y ondulado, sus ojos eran grandes y cafés, llenos de preocupación y nervios. Por muy enojado que estuviese, él no era descotes con las mujeres.

Hizo un esfuerzo (vano) por calmarse, pero sólo consiguió suspirar y sonar frustrado.

—No es nada, estoy bien.

—Pero... al menos... espere —pidió mientras rebuscaba en su mochila algunas cosas, luego, sacó unas cuantas vendas y se las extendió—. Al menos use esto, por favor.

Kcalb le miró de arriba a abajo y luego a las vendas, enarcó una ceja y preguntó casi gruñendo—: ¿Por qué me las das?

—Bueno... usted parece necesitarlas más que yo —murmuró mirando sus manos ensangrentadas. Kcalb tomó las vendas con algo de brusquedad y la chica lo miró fijamente—. Usted... es del Instituto Black, ¿no?

—Sí.

—Cielos, debe ser muy inteligente —dijo sonriendo con algo de vergüenza—, me llamó Mitsuha, soy de Great Blue Sea High School.

—Kcalb —respondió secamente—, Kcalb Mond. Gracias por esto.

Y sin decir nada más de marchó en dirección a su residencia, Mitsuha se quedó tartamudeando intentos de despedidas, pero finalmente sólo pudo gritar suavemente un "no es nada".

Lo que Kcalb no sabía era que se había encontrado con el motivo que le haría luchar contra la academia Blanc.

—*—*—*—
Y VOLVÍ.
Muchas gracias a todos por no lanzarme a la borda ni quemarme en la hoguera. ¡He traído un capítulo pronto! Espero que le guste, tal y como había pedido uno de los primeros comentarios, el capítulo es de Kcalb y el siguiente será de Sherbet. ¡Pero pueden comentar cual es el que quieren después de Sherbet! Muchas gracias a todos por leer y no se preocupen, Mitsuha no es un OC mío... o bueno, no se qué tan OC pueda ser, pero ya verán, todo tiene una razón de ser (?)
¡Nos leemos!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 25, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Blanc-Black: The Great WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora