Iesum Suburbia II.

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Episodio II: Melancolía.

"Todo a mi alrededor parece tan diferente de dónde soy, y a este ritmo pienso que mi destino ha sido sellado. Esta vida es tan imprevisible. Iremos, seguiremos viviendo una vida que nadie conoce. ¿Dónde va a ir esto?" 

—A Day To Remember, 'Homesick'.

Mike.

Aún recordaba el día en el que salió de casa, aquel fatídico septiembre del 1981, cuando apenas tenía dieciséis años. Sus manos manchadas aún de sangre, las palabras frías y despiadadas de su madre, ¿cómo podía decirle aquello cuando la había salvado de su dolor? Era ilógico, casi sacado del más profundo masoquismo. 

Aún recordaba la mirada asustadiza de su hermano, y como tuvo que decirle "volveré, nos volveremos a ver" y él le había contestado "no me dejes solo, por favor"... pero lo hizo. No se podía sentir más basura por aquello.

El día que llegó a Los Suburbios tenía a Christian a su lado, él estaba llorando, pero no quería admitirlo. ¿Tanto le había dolido separarse de sus padres? Los dos se sentían asustados. Nadie les había explicado como funcionaban Los Suburbios; ni las zonas, ni cómo conseguir comida o un lugar dónde dormir.... Miró a su amigo y se apoderó de él un gran dolor en el pecho. Parecía tan hecho polvo.

"Quédate aquí fuera, iré yo solo y volveré a por ti."

"N-No" contestó el joven Christian restregándose la nariz con la manga del suéter, Mike sonrió ante aquel acto. Podía ver, por aquellos pequeños gestos, aún al pequeño Christian de ocho años. Al que conoció por ser su vecino. El pequeño Christian al que había protegido desde entonces. "Déjame ir contigo."

"Hey, Christ" apoyó una mano en su hombro. "Sabes que no me marcharé sin ti."

Con aquella frase, el joven cedió y Mike pudo emprender su marcha dentro de los temidos Suburbios, dónde, nada más poner un pie, un chico se paró frente a él.

"¿Qué coño quieres, payaso?"

"Busco sitio dónde quedarme."

"¿No sabes dónde estás?" el extraño lo miraba con una sonrisa torcida. Tenía la cara rajada, aquello fue en lo único que se pudo fijar. Mike miró a todos los lados, era un lugar semi abandonado, y él solo quería entrar al bloque de pisos abandonado. "Dookie, estás en Dookie." Dookie era la zona más peligrosa de todos Los Suburbios. Era lo único que sabía de aquel lugar. Quiso romperse la cabeza el mismo por haber sido tan gilipollas. 

Observó las paredes detrás de aquel chico, llenas de pintadas; bombas cayendo en las que podía ver perfectamente escrito "Dookie", "Destroy Private Ale!"con símbolos que no llegó a entender demasiado bien. Private Ale era la zona rica y empresarial de la ciudad de la que él venía, la ciudad dónde estaban Los Suburbios (aunque estos se encontraban en el extrarradio). Supuso que todos los de allí odiaban Private Ale porque nunca podrían vivir allí, porque todos los peces gordos que se alojaban en aquel barrio los consideraban escoria. Y porque la policía les metería un tiro con solo poner un pie allí.

"Perdona, me voy."

"Eh, eh" le tomó del brazo. "¿Dónde crees que vas?" Mike no podía admitir que tenía bastante miedo. Los ojos del marginal destellaban lujuria. 

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