Capítulo 21: Alegrías y decepciones

33 1 0
                                    

Me encontré a Daniel apoyado en la puerta del copiloto con una sonrisa.

-Daniel ¿Qué haces aquí? -Pregunté un poco sorprendida de volver a verlo, y más tras lo que James le había hecho.

-Pues, estaba por la zona y vi el coche de Andrea, pocos segundos después te vi salir de una tienda con tus amigas y como vi que venias hacia aquí, decidí saludar. -Me contestó como si fuera lo más simple.

-Oh...- Dios este tipo parece un acosador. -Pensé que después de lo sucedido te alejarías.

-¿Crees que porque el animal del tu novio me de unos cuantos golpes ya me alejaré por miedo? Pensé que me conocías mejor -Fingió decepción, me hirvió la sangre al escucharle decir animal a James y apreté la correa de la cartera. -Eso que hizo James debe de abrirte los ojos, y darte a ver que James no es el correcto para ti. Es un agresivo, arrogante y te apuesto a que nada bondadoso.

-El que empezó la pele a fuiste tu en primer lugar. -Apreté la mandíbula con fuerza para no gritar en medio de la calle, y tratar de hablar con mi tono más pacífico posible. -En segunda, James no es ningún animal, es una persona muy civilizada. En tercera no conoces para nada a James para que describas a mi novio esos adjetivos. Si James fuera un salvaje como dices hubiese empezado la pelea y te abría dado una golpiza antes, como tenía ganas de. Esto me demuestra que tú no eres el indicado para mí, lo es James. James ni es arrogante, y menos salvaje. Así que, por favor quítate del vehículo de mi hermana y sigue tu camino, que ni a mi ni a mi novio nos gusta que nos anden molestando.

Lo mire con furia por haber insultado a James y creerse lo mejor para mí. Yo se lo que mejor para mi y lo que no.

-Apuesto a que aún no le has dicho... -Me miro seguro de su pregunta.

Me congelé en mi lugar y trate de descifrar como diablos había llegado hasta cierta conclusión.

-Yo... no... eso no es de tu incumbencia - Mierda, más obvia no puedo ser.

-No pero se porque no le has dicho. No te sientes con suficiente confianza para decirle. No lo amas como una vez me amaste a mi para ir a decirle la verdad. Temes porque no te comprenda y te...

-Abandone -complete su frase mirándole a los ojos.

-No, que te mire con lástima. -Completo seguro. -Debes dejar a ese chico atrás, el no te entenderá como yo, ni te apoyará como yo lo haré.

-¿Apoyarme? ¿Tú? Debes estar de coña -Reí con cinismo- ¿No recuerdas que fuiste tu quien me abandonó? ¿Que por tu culpa temo estar en una relación por mucho tiempo? Porque me dejaste poco tiempo después que te conté lo que me estaba pasando.-Lo miré con odio- ¿Sabes el daño emocional que me hiciste? -Alcé la voz por la rabia e ira que corría por mis venas. -No te haces una mínima idea. Me dejaste cuando más te necesité, cuando necesite el apoyo de alguien. Yo te amaba- Susurre con lágrimas en los ojos. - Y pensé que tu me amabas a mí. Pero que equivocada estuve, tan ciega, tan malditamente ciega para no poder darme cuenta a tiempo que tu no eras como yo pensaba.

-Ya cambié... -Susurro dolido.

-Tal vez hayas cambiado, tal vez no. ¿Cómo creerte tras lo que le hiciste a Celeste? La usaste. -Escupí la palabra con odio -¿Cómo creerte después de tus sucias jugadas? Entremetiéndote en mi relación pensando que me enamorarás. -Me trague el nudo de mi garganta y respiré hondo, retomando la postura. -Pero, que equivocado estas, pensando que lograrás conquistarme nuevamente. -Respiré hondo y solté con mi tono más altanero- Así que te sugiero que dejes de perder tu tiempo, porque mientras sigas así, nunca te haré caso. -Agarre con seguridad mi bolso y me encamine al auto.

El Arte De QuererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora