Capítulo 5.1

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Corrió.

Maldita sea, corrió.

El cobarde de Yui corrió, evitando el primer golpe de Hiker, pero no el segundo, cuando le aplicó una patada en la espalda, haciéndolo caer. La pistola voló un par de metros, para luego caer con un estridente sonido, opacado por el grito de dolor de Yui.

Hiker era demasiado rápido. Para todos. Ni siquiera Mark era lo suficientemente veloz para contrarrestarlo,y además ahora estaba tendido en el piso. 

Blane caminó hacia la Baby. La pisó, destruyéndola. Muchos que estaban cerca, se alejaron por temor a ser golpeados.

 —Gracioso movimiento, idiotas. ¿Creían que es posible engañarme con eso?

Me levanté. Corrí hacia él, completamente enfurecido.

Treinta metros.

Saqué el arma más secreta de la Omega Corporation, una navaja subcutánea que tenía debajo de la piel de mi brazo derecho.

Veinticinco metros.

Por una desconocida razón, vociferé un grito de guerra.

Veinte metros.

Hiker lo notó, y giró hacia mí. Maldición.

Quince metros.

Abrí los ojos al máximo, aterrorizado por su expresión de odio, y de superioridad sobre mí.

Diez metros.

No había vuelta atrás, debía hacerlo, aunque se me fuera la vida en ello. Aunque me asesinara, no podía llamarme un miembro de Omega si no lo hacía. No podría soportar la vida con la carga de no haber intentado algo para salvarnos.

Cinco metros.

Hiker se preparó para encajarme un fuerte puñetazo. Su expresión solo reflejaba odio. Mi brazo sangraba por la extracción de la navaja, pero en ese momento no lo noté. Los otros miembros del Alfa estaban atónitos, inmóviles, sin poder creer que pudiera ser tan temerario. O tal vez, idiota.

Un metro.

Mierda, esto es imposible; pensé. Pero no había forma de detenerme. Sentí el puño de Blane Hiker en mi rostro, mientras perdía la conciencia. Sentí que la navaja realizó un contacto. No supe con qué, solo que había logrado herir a Blane.

Antes de quedarme completamente inconsciente, escuché un fuerte golpe, con de un metal rompiéndose. Después un balazo, mas bien un disparo de arma, pero no había sido un balazo, el sonido fue similar al de una bazuka. El calor del proyectil llegó hasta mí. Luego, oíun quejido largo y terrible, como de alguien cuyos dedos son aplastados por una trampa para ratones. 

Sentí pasos que venían hacia mí. Alguien me decía que me calmara, que todo estaría bien, y que tan solo trate de tranquilizarme, y relajarme. Una voz rasposa, y extraña. Al menos para mi oído en aquel momento.

La borrosa imagen que tenía al frente, de pronto se hizo más y más oscura, hasta que, como un apagón, solo hubo oscuridad. No recuerdo nada más de aquel momento.

—Nick, Nick despierta por favor, despierta —fue lo primero que escuché, y pude reconocer que era la voz de Mark.

—¿Eh? —es todo lo que pude decir. ¡Vamos, despertaba de un desmayo!

—¡Despertó, señor Blake, despertó!

—¿Eh? —Repetí.

—Bien. Excelente, Mark, gracias por avisarme. Ahora si me permites, me quedaré con el pequeño Nick un momento a solas.

Mark me miró de soslayo, como requiriendo mi aceptación.

Le asentí. Él hizo lo mismo y salió, cerrando la puerta suavemente. Sentí el rechinar de sus zapatos. Tal vez resbaló.

Blake me miró, su expresión se tornó más seria, y dijo:

—Bien, muchacho. Es tiempo de que te enteres por qué, y cómo, sobreviviste.

Permaneció un rato en silencio, y empezó.

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