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Hale

Menos mal que había llegado aquel hombre.

Rememoré toda la escena mientras que cogía agua oxigenada , algodón y algunas gasas.

No pude evitar soltar unas lagrimillas. Aquellos días estaba muy sensible.

Me las sequé con la manga de la camisa y volví a la habitación , donde él se encontraba esperando.

Cambió la cara de dolor cuando entré , pero a mi no se me pasó desapercibida. Pobre caballero. Todo por haberme defendido.

- Quiero darle las gracias por haberme sacado de encima a ese maleducado. Mire lo que le ha pasado por ello - agradecí y me disculpé mientras que echaba el desinfectante en un poco de algodón.

- No fue un problema señorita - apretó los dientes cuando le apliqué el desinfectante en la ceja derecha.Me observó detenidamente mientras seguía curándole - ¿ Ha llorado , si me permite preguntarle ?

- Sí - admití esbozando una sonrisa triste - estos días estoy muy sensible. Y muy estúpida también. ¿ Cómo lo ha sabido ?

- Se lo he notado en la mirada.

- ¿ Es usted psiquiatra acaso ?- solté una risilla.

- En absoluto . Yo no tengo un trabajo normal.. voy cambiando , ¿ sabe ? me encanta cualquier cosa que tenga que ver con el mar . A veces hago surf y me patrocinan en algún concurso , natación , limpio el mar..

- Entiendo. Debe de ser entretenido trabajar así.

- Lo es - sonrió amablemente y le devolví la sonrisa.

- Voy a ponerle agua oxigenada en la herida del labio. Le advierto que estas suelen doler más. Y preste atención a no tragarse el desinfectante , ¿ si ?

- De acuerdo - me miró algo asustado y reí por ello.

- A la de tres . Uno , dos - presioné el algodón contra su labio inferior y él soltó un pequeño grito.

- Ah , pica - se quejó - me ha engañado.

- Lo siento , pensé que le dolería menos - me disculpé con una sonrisa.

Él sonrió y me miró a los ojos durante lo que me pareció mucho tiempo. Yo observé los suyos encandilada por su color. Eran preciosos. Casi parecia que estaban hechos con el mismo color que el agua del mar. Aparté la vista hacia la herida. Sus ojos eran hermosos si , pero me intimidaba la profundidad que transmitían.

Comencé a pensar en mis cosas y no me di cuenta de que me había quedado mirando los labios de aquel hombre mientras los acariciaba con el pulgar.

Su respiración algo entrecortada fue lo que me hizo reaccionar.

- Uy , lo siento - me sonrojé bajándo la cabeza y apartando la mano de su labio inferior rápidamente. Me percaté como él miraba los míos con las pupilas algo agrandadas. Señor.

Me levanté de la camilla y me alejé a guardar las cosas . Él se levantó detrás de mi y lo escuché gritar de dolor.

- ¡ Joder ! - me volví preocupada y observé como se tocaba el estómago con una mueca.

- ¿ Le duele ?

- Mucho - apretó los dientes intentando soportarlo.

- Recuestese en la camilla- le indiqué volviendo a entrar en la habitación y cerrando la puerta- ¿ Puede quitarse la camiseta ?

- Ehh si claro - reacciono elevando los brazos y dejando su musculosa a un lado.

Involuntariamente recorrí sus pectorales y abdominales con la mirada. Ay , por qué tenía que estar tan bueno.

- Como un dios griego - susurré con una voz casi inaudible , pero no se como , el lo oyó.

- ¿ Qué ?

- Nada nada - volví a sonrojarme y me concentré en mi trabajo - Ay dios mio. Menudo moratón que tienes.

Él se miró a si mismo confundido y se asustó al ver la mancha lila que se extendía por debajo de su ombligo.

- Ala .

- Te voy a tocar vale , avisame si te duele.

- Me duele - respondió enseguida.

- ¿ Te sientes raro por dentro ? Bebe este vaso de agua - se lo tendí y observé preocupada como se lo bebía. Afortunadamente , no vomitó , su estómago estaba bien , solo era un gran morado - vale , te voy a aplicar una pomada que con suerte te alivará el dolor ,es lo único que puedo hacer. Túmbate.

- Vale - me obedeció recostándose en la camilla y cerrando los ojos.

Saqué una crema del armario y tras comprobar que era la adecuada vertí un poco en mi mano y comencé a extenderla por el moratón con cuidado.

Él se inclinó hacia delante abriendo los ojos de golpe.Sentí que lo recorría un escalofrío y se le pusieron los vellos de punta.

- Lo siento , ¿ te he hecho daño ? - le miré preocupada.

- No - volvió a acostarse y me miró a los ojos - es que tienes la piel muy suave.

Me puse roja como un tomate al comprender que el motivo del escalofrío había sido una ola de placer al yo extenderle la crema en la zona baja del abdomen .

El hombre me miró con una sonrisa enorme y soltó una carcajada al verme así.

- Perdóname , no quería incomodarte.

- No no , no hay problema - lo corregí de inmediato y respondí haciendome un lío - tu también.. es decir.. tu piel.. tu estás..

- ¿ estoy ? - preguntó divertido por mi confusión.

- Eres muy atractivo - resumí apartando la mirada de él y recogiendo a toda prisa las cosas.

Escuché su risa a mi espalda mientras salía de la habitación de vuelta a la recepción de la consulta.


PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora