Hale
Tragué saliva nerviosa.
Iba a conocerlos a todos. A su familia. A los dioses de la mitología griega.
Para mi , eso era algo increible.
Pero para ellos , yo sería una desgracia para Poseidón , el poderoso dios de los mares con una insignificante humana.Y ni siquiera era destacable entre los de mi especie.
- Eso no es cierto - resopló él .
- No me leas la mente - me enfurruñé.
- Cariño, ahora todos van a hacerlo. No pienses en cosas que puedan alterarlos - me dió un leve apretón en la mano .
Unas centinelas le reconocieron , pero no me dejaron pasar.
- Es una humana - escupieron con asco.
- Cuidado con lo que decís - susurró furioso y lo vi intentando contenerse - es mi invitada.
Ellas inclinaron la cabeza , aunque podía ver que me seguían echando miradas de odio. Volví a tragar saliva. Como todos los recibimientos fueran así...
- Discúlpame - me miró apenado - Hale , probablemente vayas a escuchar muchas cosas desagradables sobre ti. Por favor , no te creas ni una sola palabra . A mis ojos , eres perfecta. Te quiero.
- Y yo a ti - me tembló la voz .
- Bien , ahora cuando entremos - se detuve frente a una puerta enorme . Por mucho que esforcé la vista no alcancé a ver el final - vas a ver todo en unas dimensiones desorbitadamente grandes. Incluso a mi.
- ¿ No tienes esta altura en la realidad ?
- No . Recuerda que , aunque sea más grande , vaya vestido diferente y actúe distinto , sigo siendo yo . Se fuerte - me besó los labios , y abriendo la pesada puerta de oro , entré tras un gigante Poseidón en el mismísimo Olimpo.
Eché la cabeza hacia atrás para mirarle a los ojos , y él miró hacia abajo . Parecía divertirle el hecho de que fuera tan chiquitita.
Entramos en una especie de sala circular con doce sillas a su alrededor. Sillas que ya estaban ocupadas. Y sabía quienes eran todos ellos.
Mientras que cuchicheaban sobre mi , Zeus era el único que se mantenía callado.
Me sentía más diminuta que la más pequeña de las hormigas.
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Poseidón
FantasyHale creía en el amor. Incluso en el amor a primera vista. Simplemente , no era para ella. Se sentía sola. Pero al menos tenía a los libros , a la música , y sobre todo tenía el mar como compañeros de vida. Hale amaba la mitología. Y aquel día de...