Capítulo 2

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Faltaban 3 días para la mencionada celebración y aún no me decidía si ir o no, si no salgo de aquí no haré nada más... Mi celular sonó y me sacó de mis pensamientos. Lo tomé, era Anabelle quien llamaba:

— Hola. - contesté entusiasmada.

— Hola, ¿lo pensaste? ¿Irás? Por favor ven conmigo, la pasaremos grandioso si no te gusta, prometo ya no insistir más. - me quedé en silencio por unos segundos y contesté:

— Esta bien iré, pero regresaremos a casa a las 12:00 am.

— Pero... - no le di tiempo de terminar porque enseguida contesté muy agresiva:

— Sino no voy. - y ella se quejó en lo más profundo (la conozco) y después bufó.

— De acuerdo, tú ganas, te pasaré a buscar a las 8:00 pm. - dijo derrotada después de insistir. — Te quiero mejor amiga, siempre lo haré. - sonó romántica.

— Gracias y también te quiero m.a, así será hasta el día que muera. - colgué y me revolví en la cama. - ¿Por qué accedí a ir? Porque necesitas salir de este lugar, ser social, pero de seguro que ni amigos harás por lo fea que estás. - mi subconsciente de nuevo atacando y de repente tenía una lagrima desfilando por mi rostro.

Decidí comentarle esto a mi madre y se puso muy feliz, por su puesto me dio dinero para lo que necesitara, ropa, maquillaje, lo indispensable para una chica y esas celebraciones a las que va mi mejor amiga y los demás sociales y populares. No perdí tiempo y enseguida salí disparada al centro comercial de la ciudad. No puedo negar lo feliz que me siento por ir, solo me preocupa lo que vaya a ver o como me vean los demás, aunque eso es lo que menos importa, era la primera vez que asistiría a algo así. Al llegar bajé del taxi y me adentré a la plaza, visité unas cuantas tiendas de ropas y nada me gustaba, cuando iba a darme por vencida pensé en unos jeans y una playera, es algo inapropiado, pero es de jóvenes no creo que sea formal. Salí de la tienda directo a comer una hamburguesa, no había comido nada en todo el día y mi estómago reclamaba; mientras comía estuve observando a algunas personas y a un pequeño grupo de chavos pero me aburrí, cuando terminé tiré la basura en el bote y me fui a casa, como aún era muy temprano me fui caminando aunque fueran 3 kilómetros, me despejaría y distraería observando la ciudad, como las personas son diferentes, pondría mi mente a trabajar sin importar que pensara en lo más estúpido me divertía a mí misma imaginarme a las personas calvas, en el próximo libro que leería, en como sería el viernes por la noche. Cuando me di cuenta ya estaba frente a mi casa, saludé a mi madre, subí y me encerré en la recamara sin la intención de volver a salir de ahí hasta el día siguiente, me sentía muy cansada por la escuela, ir a comprar ropa, la caminata que hice. Que agotador.

No sentí cuando caí en un sueño profundo hasta que desperté, tomé mi celular y eran la 2:13 am y volví a dormir.

*****

Miércoles por la mañana, no había nada que hacer así que decidí salí a caminar; me puse una blusa de tirantes grueso, pants y mis zapatillas deportivas. Fui al parque que se encontraba saliendo de mi casa, observé el paisaje, cómo un padre jugaba con su hija con mucha alegría y me puse triste.

— Yo nunca conocí tan bien a mi padre y sólo me queda un mal recuerdo. - dije para mí misma. - Mamá siempre me decía que era un buen hombre a pesar de todo, pero sabía que no era así, su rostro cambiaba cada que hablaba de él, a susto, tensión, y tristeza, pero nunca he tenido el valor de poder enfrentarla.

Me senté en la orilla de la laguna que se encontraba en el parque, alcé la mirada y los vi del otro lado, aquellos chicos que ya había visto en el centro comercial, pero esta vez había alguien más no pude mirarlo bien, estaba de espaldas, era alto, piernas gruesas, espalda ancha y corté casi al ras del cráneo. Reaccioné y me di cuenta de lo que estaba haciendo ¿por qué rayos me dirijo hacia ellos? ¿estoy loca? Pensarán que soy una niñita estúpida que está en busca de su mami, así que pasé desapercibida, había un escalón, no lo vi y caí, caí y que vergüenza, a lo lejos escuché las risas de aquellos, uno salió corriendo y venía hacía mí ¡A MÍ! ¡DIOS MÍO!:

— ¿Te encuentras bien? ¿puedo ayudarte? - dijo con cara de preocupación y media sonrisa.

— Sí gracias. - dije con lágrimas en los ojos.

— ¿Seguro? - me tendió la mano para ayudarme y acepte.

— Seguro gracias, debo irme. - me di la vuelta y él fue más rápido que yo.

— Espera, tranquila, me llamo Josué. - sonrió.

— Hola Josué, me llamo Daniel. - dije tímida y sonrojada.

— Ven, te presentaré a mis amigos. - sujetó mi antebrazo y me llevó hasta ellos.

— Pero tengo que... -dije preocupada y nerviosa, me calló con:

— Sólo será un momento. - su media sonrisa apareció de nuevo. — Chicos, ella es Daniel. - yo me quedé perpleja queriéndome ir de ahí. — Daniel, ellos son Tomas y él Alfonso. - los dos alzaron la cabeza como si estuvieran asintiendo y yo sonreí nuevamente con las mejillas ardientes. — Y este último es Jonh. - le tendí la mano y no hizo más que poner los ojos en blanco.

Jodido imbécil dijo mi subconsciente, bajé la mano. ¿Qué demonios le había hecho en menos de 2 minutos para que se comportara así?

— Mucho gusto chicos. - sólo miraba a los que si no mal recuerdo eran Josué, Tomas, Alfonso y Jonh (nefasto). — Tengo que irme. - ellos asintieron. Sentía mucho calor, me siento avergonzada y nerviosa por la situación. ¿Qué había sido todo eso? ¿por qué hable con extraños? ¿lo hice? Pudo haberme pasado algo.

ESTÚPIDO JONH (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora