Mi Arivela
Ojos negros, piel canela
Quiero ver tu sonrisa a la luz de las velas
Y es que quién no te querría contemplar
como si la luna fueras
Cada segundo, cada respiración
Te siento en mí, siento pasión
De solo inhalar tu aroma estalla mi corazón
Y es que si fuera mi decisión
pasaría mi vida a tu lado
pero el destino es cruel
y tal vez nos quiera ver separados
Sea o no el caso de tal destino paso,
pues prefiero vivir un instante contigo, y que luego me destruya el ocaso
Escasos segundos en ti me bastan
para inundar mi alma de aquella cálida sensación
de esa ambrosía de los dioses
que pone a volar mi imaginación
que alimenta el caos, muerte y destrucción
que nos hace ser partícipes de la creación
¿Qué deseas? ¿Qué esperas?
A ti, mi Arivela, te daría lo que quisieras:
Un sol para darte calor
una luna para acompañar tus noches
Estrellas por montones,
Para que con tus deseos y sueños tu las derroches
No hay regalo que cubra tus dotes
No hay pago a ningún Dios que se compare con las dádivas que se te han otorgado
Claro que tienes errores, eso no se ha negado,
Pero eso te deja crecer, cultivar lo que en ti se ha plantado.
Y no me enfado
Si admito que por ti, mi alma he entrelazado,
Y no lloro
Porque tú eres aquello que yo tanto añoro
Mi tesoro, mi mano derecha
Aquel oro que con esmero la montaña pelecha
Aquella caricia que entre nosotros siempre se torna estrecha.
Es aquella sensación de éxtasis
que me acelera el pulso y destruye mis sentidos
Es tu mirada ahogándome
Mis ojos en ti profundamente sumergidos
¿Qué hago yo sin mis cinco sentidos?
Si mi olfato se muere por tu cuerpo olor a miel
Mi gusto nunca se cansa de probar tu piel
Mi vista se pierde en tu océano de pensamientos
Mi oído solo escucha tu nombre, tu voz diluida en el viento
Y mi tacto, ese se desvive por acariciar uno a uno tus sentires, tus vivires, tus sentimientos...
Oh, mi dulce Arivela
Por ti paso noches en vela
Por tu inocente amor, regreso a la escuela
Por ti desearía un matrimonio y que más adelante conmigo, seas madre y abuela.
Que cada noche nuestros cuerpos se pierdan
en simulacros de aquello que será nuestro placer luego de morir
Que cada día mi mente piense en ti,
y esperándote, se me olvide lo que es vivir
¿Es mucho problema a la vida exigir?
Que tú seas mi todo, ¿Qué más podría pedir?
Ojalá el cielo me escuche,
y por fin tú seas mi Arivela
Aquella con la que en miles de vidas desearía mi amor compartir.
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Pergaminos de sanación
Storie breviConjunto de escritos para alegrar una tarde, o aprender de lo pequeño. Escritos varios.