cita o algo así

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Estamos andando en el coche y Adams me obliga a pasar al asiento del copiloto. Conduce correctamente y sin mirar mi rostro comienza a preguntar cosas...

-¿Entonces, desde cuando estas en esto, Anna? Mis ojos se abren cómo platos y no puedo creer lo que estoy a punto de hacer.

-Desde hace unos años. Escupí

-Anna, no creo que seas una chica vulnerable, ¿Qué fue lo qué te llevó a esto? Eres tan lista, y tienes esa pizca de picardía que te hace sobresalir, definitivamente no llegaste sola a éste estado.

-Tuve una mala experiencia con una persona. Digo tranquilamente

-¿Esa persona te metió en esto?

-sí, esa persona me torturó por años, me obligó hacer cosas que no quería y ahora, estoy en esto, soy esto que tienes a tu lado. Es la primera vez que hablo con alguien de esto, alguien que no sea mi psiquiatra, es también la primera vez que no llegan pensamientos sucios de Heisel a dañar mi mente cuando hablo de esto.

-¿Qué pasó con esa persona?

-Murió.

Al decir esto último, pensé que Adams actuaría distinto, pero nada en él cambió, su expresión siguió igual que antes, estaba tranquilo. pasan unos minutos y finalmente dice algo

- Nuestra primera parada, señorita, una zapatería.

Adams baja del deportivo y se dirige a mí, abre la puerta que nos separa y me toma en sus brazos

Entramos a una zapatería de esas a las que estoy acostumbrada, muy lujosa y con sandalias y zapatos hermosos. Adams me coloca en una silla mientras toma un par y hace señas a una mujer que está babeando sólo de verlo. La chica tiene un uniforme caro, cabello rubio y ojos café, una cara de barbie barata y cuerpo alargado.

-A su orden . Dice la mujer con ojos tímidos.

- ¿Tiene éste par en talla media? Suelta Adams dejándome atónita ¿Cómo sabe mi talla de sandalias? Suelto una media sonrisa cuando toma uno de mis delicados y largos pies para frotarlo mientras dice

-Anna, tengo que pedirte disculpas por mi actitud tan atrevida, ¿Te sientes cómoda conmigo?

- Es divertido salir con alguien que me agrada, resulta gracioso Adams, estoy muy cómoda hace mucho que no me sentía así.

Llega la mujer con unas sandalias hermosas y perfectamente blancas, Adams toma el par y pasa a pagarlos, me deja esperando hasta que llega por mi y me toma en sus brazos nuevamente.

- ¿Me extrañaste? Dice con una cara llena de picardía.

- Dr seguro tiene muchas pacientes que lo extrañan por su grata compañía, lamento decirle que ese no es mi caso. Digo con burla

- ¿Entonces, prefieres salir descalza? Y suelta una risita.

- ¿ Sabes? Te extrañé.

Salgo de la zapatería en los brazos de Adams y este me lleva en sus fuertes brazos y mi cabello liso se enreda en su pecho. Me coloca en el asiento delantero y él se dirige a manejar.

Mientras maneja me coloco las sandalias y él sólo ríe al ver que no se equivocó. Pasa un incómodo silencio y pregunto

- ¿A dónde vamos?

- primero a desayunar y luego a pasar un día agradable ¿Te parece? Dice con picardía.

-me parece bien, pero no quiero presiones ¿Vale?

Adams ríe y sigue manejando

No estoy nerviosa por comer frente Adams, me siento muy tranquila hoy y quiero disfrutar al máximo.

Llegamos a un café y todos nos miran, estoy acostumbrada a recibir miradas pero con Adams todo es

Nos sentamos en una mesa muy hermosa, un extraño Mesonero nos pide la orden y Adams toma mi mano para decir

- ¿Qué deseas para desayunar? Mis ojos se abren cómo platos y siento un escalofríos recorrer mi cuerpo

- sólo una ensalada césar y jugo de naranja por favor. Digo después de un rato.

- yo quiero una ración de quesadillas y algo de café.

El Mesonero se va y Adams suelta de inmediato mi mano.

- ¿Qué demonios fue eso, Adams? Digo algo confundida

- ¿No viste cómo te miraba? Anna estás conmigo, no permitiré que cualquier baboso venga a molestar o faltarle el respeto a mi acompañante.

Me quedo atónita y suelto una risita.

- ¿Nada más? ¿Sólo eso? Adams, me parece que intentas conquistarme y no sé cuál sea tu objetivo, pero comienza a divertirme. Digo con una cara de burla

- No tengo ningún objetivo con la hija del socio de mi padre. Suelta con un rostro muy marcado, se nota que está algo enojado

Cruzo mis piernas en la silla y luego me levanto, paso al baño sin nisiquiera decir permiso un usuario

Me lavo la cara y luego me miro al espejo, soy hermosa, tengo un hermoso cuerpo, dinero, pretendientes pero definitivamente estoy muerta por dentro, este hombre quiere algo, no sé que muerda sea pero lo quiere y precisamente de mí, ¿Qué no se da cuenta que estoy a punto de morir? A leguas se nota que la anorexia me está matando, eso no me interesa en absoluto pero me molesta que personas intenten ignorar mi crítico estado. Vale, me siento un poco mejor estos días pero no me he olvidado de mi estado.

Tomo una toalla seco mis manos y vuelvo a la silla, cuando regreso Adams habla por teléfono y decido quedarme detrás de él, no se ha dado cuenta y sigue hablando

-Es demasiado volátil, creo que quiere jugar conmigo, pero me agrada, es exactamente cómo la describieron, Anna es una aventura. No se preocupe trataré a su hija cómo lo que es una princesa, es un placer colaborar con ustedes.

Lo tengo, Adams estaba hablando con mis padres y ... maldita sea no sale conmigo por que le gusto sólo es un maldito favor a mis padres. Necesito una explicación ya.

Camino hasta mi silla y con una sonrisa pregunto

- ¿Y la comida?

- ¿Tiene apetito señorita?

- No, pero después de todo comer es mejor que pedirte una explicación por la llamada de hace rato.

Sus ojos se abren y suela un suspiro

- Anna, tengo que contarte algo pero primero a comer ¿Vale?

Asiento con la cabeza y recibo la comida que trae el baboso en unas bandejas.

Intento comer un poco y siento aquel ardor en la garganta pero lo ignoro y me como toda la ensalada de manera muy rápida. Adams me mira gracioso y dice

- ¿Realmente quieres saber, no?

- Sí. Digo y siento la ensalada subir y bajar por mi garganta, sinceramente no puedo más y debo ir al baño, salgo corriendo hasta el escusado y ...

Comienzan a correr lágrimas por mi rostro mientras camino hasta el lavabo, me miro en el espejo, lavo mi cara y agacho la cabeza, intento pensar en algo, pero tengo la mente en blanco, cierro los ojos y me quedo allí estática, cuando siento unas fuertes manos tomar mis caderas.

-Anna, nos vamos. Dice la voz del ángel que siempre me tranquiliza.

No puedo hablar y dejo que esas manos me alzen y lleven muy lejos.
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No quiero sufrir másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora