No quiero sufrir más

Día seis

Todo se vuelve negro y comienzo a divagar en mi cabeza. La idea de ser engañada es tan decepcionante, la idea de ser una simple cuerda desgastada que está a punto de romperse me hace sentir tan poca cosa. Mis pensamientos son cada vez más rápidos y todo está volviéndose más claro, abro los ojos y me consigo con la pesadilla de todas mis pesadillas, pero esta vez no tengo miedo, sé que es mi cerebro el que juega sucio...

- Hola, Heisel. Digo sin mirarla

- Hasta que por fin vienes, basura...

- No estoy por mi cuenta, eres tú la que siempre me busca de una u otra forma. Suelto con una sonrisa en los labios, Heisel aparece frente a mí, pero no muestro tenor hacia ella, más bien miro sus huecos hijos y continúo diciendo.

- ¿Tanto así me extrañas?

- Sabes que siempre serás mi esclava, maldita... Ya casi es la hora nena.

Heisel tiene una sonrisa curtida y sus manos están torcidas haciendo una señal de muerte sobre su cuello.

- Ya nada te salvará, pequeña Anna.

-lo sé, digo indiferente. Ya no me interesa morir o seguir con vida, sólo me llega la imagen de Adams a la cabeza, realmente me hubiera gustado salir y tener una aventura por primera vez con él.

- Heisel... pregunto en tono tranquilo

- ¿Si?

- ¿Qué sentiste al morir? El rostro calaverico de Heisel muestra una enorme boca llena de algo pegajoso, la piel arrugada de su rostro se estira mientras su boca hacen una especie de círculo gigante, más grande incluso que su cabeza.

Mis ojos no pueden retener la impresión y caen en cuenta de lo demoníaca que resulta toda la escena. Tengo la piel de gallina mientras mis oídos zumban con un pitido, por último escucho entre suspiros

- lo que tú sentirás ahora, lo que tú sentirás ahora, lo que tú sentirás ahora, lo que tú sentirás...

Estoy estática y me pregunto ¿Qué es lo que sucede? Tengo miedo y no puedo retenerlo, siento que estoy muriendo y nadie hará nada para salvarme.

Comienzo a gritar desesperadamente

- Mamá, papá, keylor. Grito sus nombres una y otra vez hasta que...