...

19 0 0
                                    

Llego a casa y mientras estaciono el auto recuerdo la cara de estúpido que colocó aquel hombre, ¿Quién será? Su cara es de unos 30, ¿O menos?, bah tengo mucho con que lidiar. Salgo del auto y entro a casa, sin esperarme que la loca de mi madre me daría un susto

-¡Nena! Ann, querida el socio de tu padre está en casa y trajo a su hijo con él. Pasa, pequeña, cocine un poco del pollo horneado que no te gusta, pero preparé ensalada para tí.

-Ah, gracias.

Mamá da media vuelta y la sigo, no sé por qué se empeña en asustarme así, ya parece una sombra, me sigue a todos lados, incluso cuando voy al baño. Antes de sentarme dejo las llaves del auto y el bolso en la habitación, bajo a la cocina y allí está el socio de mi padre que no sé su nombre y su hijo un gil de más o menos 24 años con cara de niño rico. Respiro profundo y me siento al frente de mi madre, mi padre está en la cabeza de la mesa, mi madre a su derecha, Keylor al lado de mi madre, luego el socio de mi padre, su hijo y por última estoy yo.

- corazón ¿Cómo estuvo la Universidad? He traído a uno de mis socios es el gerente de mi nueva compañía de seguros. Dice mi padre contento y con una sonrisa gigante.

-mucho gusto soy Augustus Isler. El señor me tiende su mano y estoy tan tensa que dudo al tomarla para luego decir mi nombre. -Un placer Sr Isler, soy Anna Sophia Grant.

- y.. yo soy Daniel. Dice el gil muy apurado. Le sonrío y dirijo la mirada a mis papás.

-muy bien comencemos a comer. Mi madre alza los brazos y todos comienzan a devorar la comida, veo como sus bocas se llenan de comida, masticando, hablando, tragando. Soy incapaz de mover un dedo, estoy observando como la saliva y sus lenguas masajean la comida de manera asquerosa, necesito salir de aquí, quiero correr, estoy nerviosa, el sudor corre por mi frente, dejo salir un poco mi cara de asco cuando siento unos ojos posarse en mí.

- ¿Por qué no comes? Pregunta el Sr Isler. - lo siento no tengo apetito. Intento levantarme y mi padre me toma el brazo, mi madre enseguida coloca ensalada en mi plato y los dos dicen al mismo tiempo. -te quedas a compartir. Keylor me mira y sus ojos son de tristeza, el sabe que no puedo, el sabe mi dolor, el entiende que me es incómodo estar allí.

-madre, dije que no tengo apetito. Sigo en posición de levantarme, pero mi padre aprietas mi brazo y me obliga a sentarme.

-¿Entonces Augustus, como va la compañía? Dice mi padre para disimular la escena.

-pues, todo está muy bien, los empleados muestran mucho interés en el trabajo y el incremento de seguros está muy alto. Mi hijo mayor entró como doctor principal y más cotizado a una de las clínicas afiliadas a la compañía.....

El viejo comienza hablar con mis padres y continúa el almuerzo de manera tranquila, el gil está tragando como un animal y metido en él teléfono, yo sólo estoy mirando a Keylor y nervioso me dice en susurro « tú puedes hermana»

Alzo el tenedor y la garganta me quema, necesito comer esto, necesito salir de acá. Cierro los ojos y comienzo a tragar la comida sin masticar, trozos de tomate y lechuga pasan por mi garganta seca lastimado toda la tráquea hasta llegar al estómago, lo hago una y otra vez hasta dejar el plato vacío, siento como dan punzadas en mi estómago y se dilata mi pupila, de inmediato se que no puedo contenerlo más.

-Disculpen todos, tengo que estudiar mucho. Digo apurada, me levanto y casi corro hasta mi habitación.

Al llegar busco una toalla y me voy al baño, comienza mi vida a dar vueltas y yo a vomitar toda maldita comida, esto me está matando... ya no puedo ¡Ya no puedo más!. Las lágrimas corren por mi cara, coloco mis manos en el rostro y continúo llorando, lamentandome, pidiendo perdón por querer morir y por haber caído en esto.

¡Soy débil, soy muy débil! Es por eso que no logro salir de esto ¿Por qué no muero de una vez? ¿Por qué?, Dios, ayúdame, necesito que me ayudes por favor...

Mi cuerpo ya no puede más y siento que mis piernas no me sostienen, caigo de rodillas frente al acusado y aunque ya no tengo nada más en el estómago sigo con las contracciones del vómito... miro mis manos, están llenas de saliva y restos de comida, no puedo parar, sigo vomitando y está vez sale sangre, mucha sangre, mis ojos se abren como platos y luego ya no veo nada.

No quiero sufrir másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora