Capítulo 1

1.7K 93 24
                                    

Era muy tarde, cerca de las 10 PM. Tenía la tarea de cuidar a mi pequeña hermana, Aria, mientras mi mamá estaba en una reunión de trabajo.

Como era muy tarde, Aria ya estaba descansando en su habitación, lo que provocaba un silencio sepulcral en toda la casa. Me negaba a dormir, pues quería esperar a mi madre y también me mantenía despierta por si mi hermana necesitaba algo. 

Como vivía cerca de una arboleda, podía escuchar el silbido del viento y algunas ramas golpear las tejas del techo como si fuese un ritmo musical.

Me disponía a encender la tele para mantenerme despierta y cortar el silencio de mi casa cuando un golpe seco se escucho en el piso de arriba. Parecía venir del cuarto de mi hermana .

«Sera algún juguete que se calló» Pensé para tranquilzarme mentalmente. 

Subí al cuarto de mi hermanita, todo estaba en completa oscuridad, temía que fuese algún intruso. Los vecinos mas cercanos están a algunos kilómetros de distancia y la policía, en la cuidad por lo tanto el socorro no llegaría pronto.

Me asome al cuarto de mi hermana armada con una pequeña navaja y pude ver con el reflejo de la luna que se colaba por las cortinas de la ventana una pequeña caja mágica sonando a duras penas desde el suelo del cuarto.

«Que raro, Aria no tiene una caja mágica»

Con cuidado de no despertar a mi hermana fui hacía la pequeña caja con colores llamativos y la cerré. La música dejo de sonar y el silencio sepulcral se sintió muy pesado.

Siento una respiración ronca en mi nuca, absolutamente todos los vellos de mi cuerpo se erizaron. Temía la peor, temía que el dueño de la respiración atentara contra mi o peor, contra mi hermana. Me giré, y lo que vi me dejo anonadada. Un enorme payaso de dos metros estaba en la esquina del cuarto con una sonrisa escalofriante en su rostro.

—¿Quien.. eres? —Susurré. Estaba algo impresionada de que me saliera la voz, intentaba parecer fuerte aunque no lo lograba.

—Soy Laughing Jack —Respondió con voz chistosa. 

—Aléjate de mi hermana —Brame lo mas firme que pude.

—¿Y tu me obligaras? —Pregunto cambiando su voz a una mas terrorífica y dibujando una tétrica sonrisa en su rostro.

—Haré lo que sea con tal de que no dañes a mi hermana —Pedí suplicante y casi con lágrimas en los ojos. Mi hermana era lo más preciado que tenía y no podría vivir pensando que fue herida y yo pude evitarlo.

—Esta bien —Acepto con aun su sonrisa en el rostro —. No dañare a tu hermanita —Solté todo el aire de mis pulmones al escuchar esa frase —. Pero —Hizo una pausa donde su sonrisa se ensancho aun más —. Tendrás que venir conmigo y vivir en mi casa. Solo podrás irte al ser mayor de edad o cuando logres escaparte —Finalizo para luego reír como un maniático.

—Esta bien —Dije segura. Si es el precio que debía pagar para que no dañe a Aria, lo haría.

—Bueno mi payasita, nos vamos —Agrego apuntando a la puerta mientras hacia una reverencia como mayordomo.

Antes de ir hacía mi terrible destino, besé la mejilla de mi hermana. Posiblemente el último beso que le daría por un largo tiempo. Susurré en su oreja de forma casi inaudible "Laughing Jack".

—Ya nos vamos —Hablo de forma impaciente mientras tiraba de mi brazo hacía la puerta.

    Mientras entrabamos al bosque, pude divisar la camioneta blanca de mamá aparcándose en el garaje y una solitaria lágrima calló por mi mejilla, la cual limpie rápido, algo decía que no podía mostrar debilidad frente a laughing.

     Caminamos por varios minutos, intentaba no mirar a Laughing. El volteaba varias veces a verme y yo solo clavaba mi vista en el camino. Hasta que llegamos a una mansión en un claro del bosque, parecía muy bien cuidada, casi una mansión moderna, aunque algunos rasgos antiguos sobresalían a simple vista.

—Casi llegamos a nuestro destino —Agregó de pronto haciendo que me sobresaltara.

Le dedique una mirada vacía y caminamos hacía la entrada.

¡Gracias por leer!

Síndrome de estocolmo EN EDICIÓN (8/30)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora