Síndrome de estocolmo EN EDICIÓN (8/30)

Capítulo 3

No podía creer que un asesino como Laughing viviese en una mansión tan bonita, era tan delicioso el aroma a pinos que inundaba el lugar y la pequeña corriente que se hallaba al final de la casa era simplemente hermosa. Es muy extraño, pero en ese lugar me sentía increíblemente cómoda, algo que jamas logre en mi casa. 

Laughing abrió la gran puerta marrón, la cual estaba sin llave y casa por dentro era muy bella, la decoración parecía hecha por una mujer. La decoración se resumía en una vibra muy relajante, incluso el aroma a pinos re sentía dentro de la casa.

—Anna. —Llamo mi secuestrador, sobresaltándome —Tu cuarto es el tercero a la derecha en el segundo piso.

Solo me limite a encaminarme al cuarto indicado. Pensaba en no hablar con laughing aunque fuese completamente necesario, al fin y al cabo, no durare mucho en esta casa.

   El cuarto parecía de otra época, el empapelado estaba casi desgastado y algo sucio. Me trajo recuerdos de mi madre, ella adora la decoración de antes y sin dudas hubiese decorado de esta manera su cuarto. 

    Había algo que no encajaba en la decoración, y era un enorme armario blanco desgastado a tal punto que parecía que en el mínimo toque se caería. Este último me llamó la atención y me dirigí al mismo, esperaba encontrarlo vacío, pero me encontré con muchas ropas antiguas de mujer. Eran prendas muy bonitas.

     Estaba agotada por todo lo ocurrido, seguramente debía ser más de medianoche. La cama se veía increíblemente cómoda. Me acosté y sin pensarlo caí en el bello mundo de los sueños.

     Desperté al medio día, un bello canto de pájaros se colaba por la ventana. Era muy bonito despertar de esa manera y no con el zumbido horrible del despertador. En cierta manera era muy bonito vivir en esta gran mansión.
  
    Noté que había una puerta que llevaba a un baño personal en el cuarto. Tomé unas toallas blancas que se encontraban dobladas en un banco a un lado del retrete y me duché, pensando en lo largo que sería este día. Una vez ya bañada, me dirigí al armario blanco y tome un bello vestido de flores.

    Mi estomago gruño por hambre, pensé dos veces antes de bajar, aunque desde que desperté no escuche ruidos, tal vez laughing no se encuentre en casa. Baje con cautela a la cocina. Me encontré con una casa totalmente vacía y una nota en el refrigerador que decía "Mi linda payasita, salí de caza con Ben y Jeff, no volveré pronto. PD: Ya le dije a todos mis amigos que eres mía, ya sabes para que no te maten antes que yo JaaJAaJAa L.J" Solo arrugue la nota y la tire al basurero.

    Pensé en cocinar unos Waffles para desayunar y comencé a cocinar cuando sentí un ruido de vidrio rompiéndose, asustada tome uno de los cuchillos mas grandes de allí y me dirigí en donde escuche ese estruendoso ruido. Al llegar note que estaba la ventana abierta y uno de los floreros de cristal se encontraba hecho pedazos por todo el suelo. Me tranquilice pensando que fue el viento y volví a mi comida.

    Al llegar a la cocina me encontré con un chico con mascara blanca, uno con una negra y uno con unos lentes color naranja y un bozal. Parecían los asesinos que conocí el día anterior en la cabaña.

— ¿¡Quienes son!? —Grité exaltada con el cuchillo en alto en seña de defensa.

—Tranquila cariño, yo soy Masky.  —Habló el de mascara blanca—El es Hoddie. —Apuntó al de mascara negra —Y el es Ticci Toby. —Apuntó al que tenía medio Waffle en su boca —Somos proxys de Slenderman y no te haremos daño.

       Rendida, dejé el cuchillo sobre la mesada y volví a mi comida o lo que quedaba de ella.

—Venimos a hablar con Laughing Jack. —Hablo Hoddie sentándose en la barra y sacándose su pasamontañas.

—No esta en casa —Respondí terminando de hacer más waffles —¿Si sabias que los waffles estaban crudos, no? —Le pregunte al chico que se trago un waffle a medio cocer.

       Todos miraron al chico con una mueca de asco y el de mascara blanca rió, el chico solo se encogió de hombros y siguió comiendo.

—¿Te molesta si lo esperamos?  —Preguntó Masky tomando asiento en la barra y sacándose su mascara.

—Como deseen, no es mi casa. —Respondí comiendo un waffle — Y tu. —Hable mirando a Toby —Me debes un waffle. 

  —Lo siento, tengo un problema con los Waffles. —Dijo haciendo un pucherito que me resulto muy tierno.

(***)

¡Estaba desesperada! ¿¡Dónde estaba mi hija!? Y peor ¿Cómo estaba?

Seguro ese psicópata no la soltara hasta que allá cumplido su cometido o sea mayor de edad. Las reglas de Laughing las conozco mejor que nadie. 

Laughing Jack, Mi ex-mejor amigo ¡Te encontrare cueste lo que me cueste!

(***)

Pase el resto de la mañana con los chicos, eran muy graciosos. Miramos películas e hicimos palomitas. Tal vez aquí no la pasaría tan mal después de todo.

—¡Hey Masky! ¡Hey, Hey Masky! Masky ¡He...

—¿Que quieres Toby? —Hablo el antes nombrado algo desesperado por los "¡Hey Masky!" de Toby.

—Es que... ¡Quiero ir a dormir! ¡Tengo sueño! ¿Cuando viene Laughing? —Respondió el chico.

—Tú siempre tienes sueño aunque hayas dormido toda la noche. —Murmuro Hoddie.

—Mira la televisión y quédate quieto. —Pidió Masky. Como un padre regañando a su hijo.

    De pronto Toby paró en un canal informativo donde el locutor relataba: "Cadáveres mutilados aparecen inexplicablemente en el medio de la carretera. Lo más extraño es el rostro de estas victimas las cuales tienen una particularidad y es una gran sonrisa marcada en sus rostros. No sabemos con exactitud quienes fueron esos asesinos pero por el momento, rogamos cuidado".

   Solo nos miramos entre si y antes de que alguien pudiese agregar algo, 3 asesinos bañados en sangre entraron por la puerta con miradas de satisfacción en sus rostros. Mi secuestrador, al verme, miro con furia a mis acompañantes.

  —¿¡Se puede saber que hacen aquí!?  —Gritó Jack a los chicos dirigiéndose a zancadas a donde nos encontrabamos

  —Venimos a hablarte de un tema algo serio —Respondió Masky y el rostro de Jack se transformo completamente.

¡Gracias por leer!