Prólogo

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Camino desesperanzado por las calles, cruzo la pista sin fijarme en los carros. No me importaría morir ahora, las decepciones me han destruido totalmente. 

Me han convertido en un muerto viviente, estoy muerto por dentro.  Siendo sincero, mi corazón está roto. Está en millones de pedacitos.

 ¿La razón? Me traicionaron. Mi ahora ex-novio está ahora mismo revolcándose con otro hombre. Es de lo peor, pero eso no es todo. Yo los he visto, no detuvieron su "diversión". Me vieron, pude observar sus rostros con detenimiento. 

Los hermosos ojos grises de, quién me juro amor eterno hace unos meses, Chris me reconocieron. Intentó acercarse a mí. Yo estaba congelado, había un joven encima de él. Tenía un cuerpo esbelto y muy bien trabajado, tal vez con el cual sedujo a Chris, y unos cabellos castaños algo largos. 

No quise creerlo, no pude creerlo. Sentí como la sangre se subía a mi cabeza y, en cuanto mis piernas reaccionaron, corrí. Sentía que así podría olvidar lo que había visto. Tal vez esto nunca había pasado. 

Y aquí estoy ahora, en un solitario parque. Me senté en una banca y llevé mis manos hacia mi cabeza, descubrí que en mis mejillas habían muchas lágrimas. No podía dejar de sollozar mientras maldecía a Chris. Por traicionarme, pero más me maldecía a mí mismo por el hecho de amarlo.

Después de un par de horas de llanto, decidí llevar mi maltrecho corazón a mi casa, por suerte no vivíamos juntos. Aunque me entristece recordar que en unos meses íbamos a hacerlo. 

Al llegar a casa, me dirigí a mi dormitorio y me desmoroné ahí. Seguía llorando, soltando todos los sentimientos que aún tenía hacia él. No sé por cuánto tiempo lloré, pero me quedé dormido mientras lo hacía. Desperté con el sonido de mi celular, era una llamada. No hice caso a mi móvil, dejé que sonara y sonara, no quiero hablar con nadie.

Entre el bullicio que hacía mi celular y los dolorosos recuerdos que venían a mi mente, me dormí de nuevo.

Cuando desperté en la mañana, revisé mi celular. Tenía muchas llamadas perdidas. Todas de una persona. Chris.

Lo bloqueé de todas las redes sociales y hasta quité su número de mis contactos. No quiero saber nada de él. Sabía que necesitaba ayuda, el dolor seguía presente en mi pecho.

No es la primera vez que me traicionan, eso me llena de enojo. No he tenido muchos novios, pero desgraciadamente la mayoría me ha traicionado. Decidido, llamé a Kirstie. Ella es mi mejor amiga desde que éramos niños.

-¿Aló? ¿Mitch?-Escuché su voz por el móvil, por su tono de voz podía saber que se encontraba relajada, ojalá pudiera yo estarlo también.

-Hola Kirst... -Respondí con desgano, luchaba para que no se notase mi voz rota.

-¿Sucedió algo malo? ¿Qué pasó, Mitch?- Sentía su preocupación, eso no me gustaba. Era de las personas que piensan que no deben estorbar a los demás con sus problemas, pero necesito ayuda... en verdad la necesito.

-Necesito hablar contigo. En la cafetería de siempre, a las 3 pm.-Le dije rápidamente.

-Está bien... Ahí nos vemos, Mitch-Su voz estaba algo decaída ahora. ¿Soy yo el culpable? Creo que sí.

(...)

-Dime que sucede, Mitchell. -Dijo seriamente apenas puse un pie en la cafetería.

Llevaba unos lentes oscuros, para ocultar el color rojo de mis ojos por el llanto. Me puse cualquier cosa que encontré, no tenía ánimos de nada. Hasta por un momento quise cancelar la reunión con Kirstie, pero luego recapacité un poco.

Me senté en frente de ella, podía ver que estaba preocupada, me trataba de analizar y yo luchaba por no volver a desmoronarme en ese lugar.

-Chris me engaño.-Espeté rápidamente y acto seguido agaché la cabeza.

-¿Y?-Alcé la vista para verla, esa no era la reacción que esperaba de mi mejor amiga.-  Mitchy, ese idiota no merece que estés tan triste.

-Lo sé... pero en verdad yo... aún lo amo.-Traté de cubrir mi rostro con mis manos, pero sus palabras me detuvieron.-

-Mentira.

-¿Qué estás diciendo? ¡Por supuesto que lo amo!-renegué contra ella por sus palabras.

-Quieres a alguien que te proteja, Mitchy. Eso no era amor.-Extendió la mano, dándome un pañuelo. Sin darme cuenta he vuelto a llorar, no puedo evitarlo, recibí el pañuelo y ella continuó hablando.- Era necesidad.

Me quité los lentes, pude ver que sus ojos estaban algo tristes. Me sequé las lágrimas y la miré, por varios minutos sin decir nada. No era un silencio incómodo, pues analizaba cada una de sus últimas palabras. 

"Necesidad". ¿Yo lo necesito? ¿Acaso no lo amo? Entonces, ¿por qué mi pecho se oprime de dolor al recordar la "escena" de ayer?

-Deberíamos salir esta noche, ¿qué opinas?-Me miró, trataba de animarme. 

-No sé si deba...

-Oh, vamos. No pienso aceptar un "No" por respuesta.

Asentí con la cabeza, tal vez eso era lo que necesitaba. Salir a despejarme. Sin novio y, sobretodo, sin más preocupaciones. 

-.-.-.-

Ante todo, muchas gracias a:

YouAreMyPotato_89  

@karlaJB7

Animarme a escribir esto. 

<3 Estaré eternamente agradecida, en serio. :'D











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