- Un chardonnay, por favor. - me dirigí al bartender.
Ahora mismo estoy en una discoteca, para ser directos, gay. Han pasado meses desde el engaño de Chris. Soy un completo desastre.
He encontrado una mala forma de olvidarme de él. Dicen que "un clavo saca otro clavo", intenté obedecer dicha frase; intenté cambiarlo por otras personas, pero todas mis relaciones terminaron.
Y, como de costumbre, la mayoría me engañó. No me afectó mucho porque no los llegué a amar, entre nosotros había una fuerte atracción física.
Kirstie ha estado en todo momento conmigo, no sé que haría sin ella. Sin duda, ella ha sido de gran ayuda para mí. Hice bien en llamarla.
-Aquí tienes.- dijo el bartender colocando una copa enfrente mío.
En seguida comencé a libar de aquella copa.
Kirstie no está conmigo ahora mismo, ella tiene a Jeremy. Seguramente ahora están juntos, ¿qué derecho tenía yo de apartarla de su novio?
Debo admitir que tengo cierta envidia. Ella pudo encontrar el amor en los brazos de un buen hombre, mientras que yo estoy solo.
Tal vez no fui hecho para el amor. ¿Por qué en la mayoría de relaciones que he tenido resulto herido o, al menos, traicionado? He sido engañado tantas veces que, si me dieran un billete por cada traición, sería millonario.
Kirstie, Kirstie, Kirstie; repetía en mi mente. En un lugar donde me moría de aburrimiento, sólo pensaba en mi mejor amiga, con ella me divertía y lograba pasar un buen rato.
-Hola, lindo. -Escuché la voz de alguien, no me digné a mirarlo.-¿Una noche aburrida?
-Hola, sí que lo es. -Respondí con desgano.
-Por cierto, mi nombre es Travis.
-El mío es Mitch.- Le dediqué una corta sonrisa.
Mi dedo comenzó a rodear el borde de mi copa que, por cierto, estaba vacía. No era mi primera copa, tampoco sería la última.
Miré al bartender y abrí la boca para hacer un pedido, pero Travis me interrumpió.
-¿Quieres algo? Yo invito.- Sentí como me guiñó un ojo, tenía una voz muy agradable.
Comencé a reírme internamente, eran las clásicas frases de ligue. Me daba gracia el que alguien se interesara en mi.
-Un chardonnay no estaría nada mal. - Dije con una traviesa voz.
-Entendido.
Pidió mi bebida y también algo para él. Continuamos hablando entre nosotros, seguía sin mirarlo, no sabía en por qué.
- ¿Sabes? Pareciera que me estás ignorando...
-¿Por qué dices eso? -sentí como mis mejillas se sonrojaron un poco, hace mucho que no tenía un acercamiento con otro hombre, he dejado de creer en el amor y esas tonterías.
-Hasta ahora no me has dirigido la mirada - Sujetó delicadamente mi mentón para que lo mirara, mientras dejaba una copa de mi vino preferido-
Tenía unos hermosos ojos café, casi gris. Sus cabellos eran castaños, casi rubios. Honestamente, era mi tipo.
-¿Qué pasó?¿El gato te comió la lengua? - Bromeó él entre algunas risas.
Había bebido mucho, mi cuerpo comenzaba a calentarse. Creo que comencé a devorarlo con la mirada y, al parecer, él a mi también.
Me acerqué a él, su respiración chocaba contra mi cara. Nos besamos con desesperación. Seguíamos en la discoteca, pero aún así nos importaba poco el como nos verían.
Al terminar el profundo beso, él me habló.
- ¿Qué te parece si continuamos en mi departamento, precioso?
Él sólo quiere sexo...
-Vamos... - susurré en su oído con una voz seductora.
Y yo también.
Tomamos un taxi para ir a su departamento, sabía que habría diversión esa noche.
Al llegar a su morada, después de pagarle al taxista, me condujo al interior de su departamento.
A penas puse un pie en dicho lugar, comenzó a besar mi cuello y sus manos comenzaron a explorar mi cuerpo.
Él alcohol surtía efecto, mi cuerpo respondía sus toques. Pronto me vi con una erección, Travis también tenía una.
Nos desprendemos de nuestra ropa con lujuria, estaba seguro de que mi cuerpo deseaba sentir a un hombre, lo necesitaba.
Entre caricias y jadeos de parte de ambos, tuvimos sexo. El alcohol que corría por mis venas me había hecho actuar así.
Sé que el sexo casual no es muy bueno, uno puede resultar lastimado. Es como un juego, quien se enamora,pierde.
A la mañana siguiente había despertado en una cama ajena, en un departamento que no era el mío.
Y, sobre todo, en los brazos de alguien que no conocía del todo bien.
Entonces sólo una pregunta atravesó mi cabeza en medio de la dolorosa resaca:
Mitchell Grassi, ¿qué mierda hiciste anoche?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola (?)
El capítulo no se ha subido completo, así que tuve que reescribir todo.
Lo cual fue difícil, porque tengo una memoria de pollo.En fin, aquí está el capítulo. Denle una estrellita, comenten y , así, me harán muuuy feliz.
~Bye~
Pdt: No puse escenas fuertes porque esto es un fanfic Scomavi.

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Entre tus brazos
FanfictionMitchell Grassi, un joven de voz aguda y contextura delgada, a sus 21 años ha sufrido muchas decepciones amorosas. Tratará de superar su última decepción amorosa junto con su amiga Kirstie, pero una noche sin la compañía de ella le hará cometer un t...