Ese día

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Mi casa está ubicada en un lote muy tranquilo. Uno puede pasar, y todos te saludan, los niños pasean en sus bicicletas, algunas niñas y niños pasean en skate, hay mucha gente, y casi todas son alegre, excepto una señora.

Ella para muchas veces triste, por lo que me ha comentado mi madre, perdió a su hijo en un accidente, él tenía 14 años, cuando murió.

Desde ahí, la señora, cada vez que ve a los niños o adolescentes, se siente mal, siente nostalgia, a veces siente que salir afuera, es peor.

No la juzgo, puesto que si mi hermano, algún día se fuera, sufriría mucho, solo lo recordaría, y eso me dolería, así que no me imagino el dolor que ha de sentir por dentro. Creo que ella es lo más resaltante de este lote, puesto que hace una diferencia de todos los que vivimos aquí, aunque creo que esa diferencia, podría cambiar, y convertirse en algo positivo.

Como siempre pasé por ahí, y la vi, como siempre, desde su pórtico miraba su entorno, y luego regresaba a su casa.

Seguí mi camino. Había unos niños con su patineta, y entonces se la pedí prestada.

-Oye. ¿Me prestas tu patineta?

-¿Y por qué debería hacerlo?

-Bueno fue solo una pregunta.

-No, mentira, claro que te la presto.

-¿En serio?

-Claro, creo que ni pararte en ella sabes.

-Estás retándome niño, y... okay. Acepto tu reto.

-Entonces comienza.

Me subí a la patineta, y pues, obvio yo sé manejar una, así que cuando subí a ella, me fui, y ellos desde lo lejos me miraban como si fuera un extraterrestre. Cuando di la vuelta y regresé adonde estaban. Ellos, en especial el niño que me reto, me aplaudieron y dijo que con práctica, podría hasta hacer algunos trucos.

Quizás lo decían solo porque la podía montar o al menos pasear en ella, por así decirlo, y bueno, no los culpo, como para que me digan que soy buena, significa que no han visto a los verdaderos genios en esto.

Me despedí de ellos, y justo me iba, el pequeño me preguntó mi nombre.

-¿Y cómo te llamas?

-¿Yo? Bueno, mi nombre es Matt. Hasta luego chicos, diviértanse.

-Chau Matt.-dijeron en coro.

Seguí en camino a mi casa, aunque bueno como se habrán dado cuenta, hay varias cosas que me distraen por un momento, y luego sigo mi curso, sí, lo sé, soy una persona demasiado olvidadiza y un tanto distraída.

Pero, bueno eso no me quitaba de la cabeza, que tenía que llegar a mi casa, o si no me castigarían de por vida, aunque siempre lo dicen y no hacen nada, pero de todos modos, no quiero esperar el día en que lo cumplan.

Y después de caminar un par de casas más adelante, llegué a mi casa, a mi hogar dulce hogar.

Tenía demasiado cansancio y quería dormir, aunque ya sé que recién eran las 2:00pm, pero igual, cuando tiene sueño duerme donde sea y como sea.

-Hola papi. ¿Cómo estás?

-Hola hija, estoy bien. ¿Y cómo te fue en el colegio?

-Pues... No fue igual a los demás días.

-¿Y qué tuvo de nuevo?

-Algo malo padre, algo realmente malo.

-Dime hija, ¿Qué pasó?

Mentirle a un mentirosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora