El Dulce Recuerdo.

2.5K 87 55
                                    

La arena de los relojes continúan su curso, sin detenerse, dentro de El Cuarto de la mente y el tiempo. Más conocida como La Habitación del tiempo.

Aquel día por la mañana, no hubo más incidentes que ameritaran tomar importancia dentro del inmenso lugar. Poco después de que Vegeta abandonara la cocina, aún con su risa resonando con fuerza por todo el lugar, Goku se quedó sentando. Miró como el príncipe se alejó con paso firme a un duro entrenamiento.

Sin embargo, poco después de perderlo de vista, una radiante sonrisa se instaló en su rostro. Brillante, risueña, avergonzada y por qué no, de completa satisfacción.

No importaba que ciertas partes de su cuerpo dolieran como el mismo infierno, el saber que ese mismo cuerpo le había pertenecido por unas horas al ser más especial es su vida, de alguna forma, le hace sentirse completo.

Lo miedos, que por la mañana se presentaron en su cabeza sobre si Vegeta lo ignoraría o algo peor, se perdieron tan rápido como llegaron. Se deslizaron fuera de su mente. Como el agua entre los dedos. Fácil.

Es extraño para él, el sentirse de esta forma.

-Son cosas que no entiendo-. Dejo escapar en voz baja cuando su cabeza quedo recargada contra la mesa.

Nuestro querido héroe sufría un poco, en toda su...corta vida se había dedicado a no pensar mucho, por lo que ahora parecía que en cualquier instante la cabeza le reventaría.

"¿Los amigos hacen esto?"

Una pregunta bastante interesante. Una pregunta, que al fin y acabo Goku tenía una respuesta.

No.

Nunca hizo esto con Krilin, Ten o Yamcha, ni algo semejante a lo que sucedió con él príncipe. Incluso, llevaba años conociendo a estos tres y en ningún momento sintió el cosquilleo en su cuerpo, aquel que parece permanecer cada vez que está cerca del cuerpo de Vegeta, cuando Krilin lo abraza. Menos ha tenido la necesidad de besar los labios de Yamcha con insistencia. Y ni que decir de querer toquetear a Ten.

No, los amigos no hacen eso.

Sin embargo, sí había otra persona con la cual había hecho esto.

Chi-Chi.

Pero no se podía comparar. Absolutamente eran dos partes completamente diferentes.

Goku no podría describir su relación íntima con la pelinegra. Porque para ser sincero consigo mismo; no hay nada que describir. Jamás tomó importancia de sus momentos junto a ella. En ese aspecto, debe dejarse en claro.

No significaba que no sintiera nada por ella, al contrario, le quería mucho. Después de todo le había dado un hijo.

Por otra parte, su relación íntima con el príncipe saiyajin podría describirla como; Agradable, intensa, placentera, ardiente, pasional. Un sinfín de términos, muchos más de los que el moreno pudiera recordar o saber. Sólo sabía que con Vegeta, las cosas más simples e insignificantes resultaban estar llenas de vida propia.

Un roce, un beso, una caricia, una sonrisa o su siempre ceño fruncido a modo de enfado, tiene como efecto en Kakaroto que todo a su alrededor quede bajo una sombra que oculta todo a su paso. Porque cuando Vegeta aparece no hay nada más ni nadie más a su alrededor.

Y con más razón no había nadie en su cabeza cuando era uno solo con el príncipe.

Goku quitó las bolsas de hielo de sus zonas privadas, la cuales ya se encontraban mejor, dejándolas sobre el fregadero para que se deshicieran. Sin importarle, el estar desnudo, aunque tampoco es que importase ya que estaba solo, se dirigió al baño para asearse correctamente después de lo de anoche y puesto que se sentía un poco incómodo ahí abajo luego de estar en hielo.

La Habitación del Tiempo  [ EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora