CAPÍTULO VI
Bien, respira profundo.
Sólo hazlo, toma una buena bocanada de aire y tranquilízate de una vez
Sigo con mi intento de calmarme pero simplemente no da resultado.
Se preguntarán... ¿por qué rayos estoy tan alterado?
Esto se debe a que estoy en mi auto conduciendo. ¿Qué lo hace diferente de todas las veces que conduje en mi auto? Bueno, esta vez Cassi estaba de copiloto, atacando mi cuello.
Enserio, ¿qué tiene esta chica con mi cuello?
Después de que salimos de clases, ella me vio en la entrada del instituto y prácticamente se pegó a mí como un chicle. No me ha soltado desde entonces.
― Hey geek, ¿no crees que deberíamos ir a mi casa hoy? Ya sabes, para variar un poco ― menciona pícara.
― No lo creo, en mi casa tengo todos los libros referentes a física y mis materiales ― respondo intentando hacerla cambiar de idea. Siento que si vamos a su casa pasará algo que no debe pasar.
― Solo será por hoy, lo prometo ― dice tomando mi mano y haciendo círculos en mi palma.
Eso se siente bien.
― Bien, sólo por hoy ― acepto.
Luego de 15 minutos de caricias por parte de Cassi, digo, camino...salimos del auto y espero a que Cassi saque sus llaves.
― Un segundo, las buscaré ― informa y revuelve su cartera.
1 minuto.
3 minutos.
5 minutos.
7 minutos.
Okay, o su cartera tiene un portal a Narnia o no tiene sus llaves.
― No tengo mis llaves ― dice frustrada.
― Bueeno, supongo que después de todo vamos a mi casa ―digo haciendo un ademán hacia el auto.
― Eso sí que no, me ayudarás a entrar ― dice en tono afirmativo.
― ¡Alohomora! ― Grito apuntando a la puerta intentado imitar a Harry Potter ― Lo lamento Cassi, no funcionó ― digo divertido.
― Esto es serio, vas a tener que ayudarme a trepar ― dice seria.
― De acuerdo, te levanto y tú usa el portón como sostén ― informo mi plan.
― Perfecto ― dice ella empezando a acercarse a mí.
― Pero qu... ―antes de poder pronunciar una palabra ella ya tenía sus manos agarrando las mías.
― ¿Qué haces? ― Le digo confundido.
― Te ayudo a ayudarme, tomatito ― dice riendo.
No me había dado cuenta de que estaba sonrojado.
Ella mueve mis manos. Una a su cadera y la otra en su espalda.
― Vamos geek, levántame ― dice esperando.
― Oh, claro, lo siento ― digo atropelladamente.
La levanto sin dificultad, es muy delgada y no cuesta mucho esfuerzo. Ella enreda uno de sus pies en mi cadera, por lo cual me sobresalto y la aprieto más contra mí.
Ella enlaza la otra pierna en mi cintura, quedando mis manos prácticamente en su trasero.
ESTO.ES.DEMASIADO.

ESTÁS LEYENDO
NERD ALERT
RomansaUno no puede controlar los sentimientos hacia alguien, pero puede controlar en que pensar. Y yo, Shane Wood, no puedo dejar de pensar en mi "alumna", Cassandra. Este es un gran dilema, puesto que ella es, sin lugar a dudas, la más popular de la prep...