Ya estaba oscuro el cielo pero no debían ser más de las cinco, el día no acababa. Meera y yo estábamos sentadas frente a frente en mi gran cama con dosel, mientras sentía que ella quería reírse de mí.
―Ya casi, milady― rió.
Aprendí algunas palabras en noruego, pero casi nada. Estaba más difícil de entender que el doble enlace de los hidrocarburos... o lo que fuera.
―Te lo dije, soy un asco de alumna... aprendiz― me corregí ―, y hablando de aprender... ¿Dónde está el esposo de Ella?.
―Amo dijo que iría a visitar a hermana, debe estar llegando ya, no puede pasar mucho tiempo separado de mi ama Elayna.
―Bien ¿crees que puedas...?
Alguien tocó la puerta y no me dejó terminar la pregunta. Meera se adelantó para dejar pasar a un criado delgado e intercambió algunas palabras con él.
―lady Ella dice que la espera en el comedor para la cena― anunció cuando estuvimos solas.
―¿Conoceré al tal Garrett?― le inquirí, como si ella tuviera todas las respuestas del mundo.
―De seguro, milady.
Puse los ojos en blanco ―Eva― corregí.
Meera rió suavemente ―Eva― asintió.
Bajé la escalera, seguida por Meera, pero a paso de caracol, y me detuve al bajar los primeros cuatro con la vista en el iluminado comedor.
Mi doncella se desconcertó al llegar a mi izquierda ―Eva...
―Un segundo― pedí, tragando saliva. Estaba nerviosa por algo, y por alguna razón, no quería dar otro paso más allá para conocer al flamante marido de Ella. Esa mujer era tan mala por dentro como bella por fuera. Era arrogante. Este sentimiento era un tanto extraño para mí ya que no creo haberlo sentido, pero lo reconocí como... rencor. Derivado del odio.
Bajé mis párpados. De pronto sentí a Meera tensarse a mi lado.
―Av Freya― se lamentó en voz baja.
Miré hacia atrás sobre mi hombro. Apenas podía creer que fuera cierto. Era por mucho más alto que Theo, y su cabello largo y rubio oscuro se acentuaba con el color verde de sus ojos. Ese hombre tan guapo y bronceado, que parecía ser el Príncipe Encantador, no podía ser otro que Garrett Haraídsson.
Una vez quise saber cómo eran los vikingos. Ahora quería salir corriendo para meterme debajo de mi cobertor. Iba ataviado con una túnica debajo de un rústico chaleco de cuero ajustado. Sus pantalones oscuros también iban ajustados ¿Quién hacía la ropa para este hombre? Demasiado musculoso.
Alzó una ceja en mi dirección ―¿Hvem er ditt, liten?― Era siniestra. La voz de Theo eran los cantos de Katherine Jenkins al lado de la de este hombre.
Mis labios se entreabrieron pero no salió nada. Mi cerebro quedó en blanco al tiempo en que él bajaba escalones para quedar frente a mí.
Tuve que alzar el mentón, que llegaba a la boca de su estómago, para verlo a los ojos ―Liten― estaba impaciente.
―No hablo noruego― dije incómoda, por no decir "aterrada".
Él juntó sus finas cejas.
―Y no lo hablarás de un día para otro―
Ella apareció a mi rescate subiendo las escaleras. Vestida con un fino vestido sin mangas color gris-verde, el detalle que más se destacaba era una ajorca de oro con un dragón en relieve. Era hermoso. Ella era hermosa.
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Eternal Soul
AdventureEva, de aún dieciséis años, con su alegre sonrisa y sus ganas de vivir una aventura es una apasionada de la historia y ahora contempla entre sus dedos su nueva posesión; una daga que es su herencia y sobre la que pesa una maldición. Y ante sus ojos...