Capitulo 8: familia

154 12 0
                                    

Una vez ajena a todo gracias al sueño los dos caballeros dorados hablaban acerca de la situación por la que les había hecho pasar.

-Así que ella es tu aprendiz- dijo leo mientras apartaba su mirada de la puerta de mi habitación y regresaba a ver a Sísifo

-Es una gran chica, pero ella misma no sabe valorarse, cree que no vale nada-

-Pues está muy equivocada, al parecer oculta algo, y algo grande-

-Por esa misma razón la acogí como mi aprendiz. Necesitare de tu ayuda, Regulus, ya que tienen la misma edad tal vez, solo tal vez, si se vuelven cercanos ella te cuente cosas que a mí no me cuenta-

-¿Solo por eso quisiste que tomara el puesto de caballero dorado?-

-Vamos Regulus, si solo hubiese sido por eso te hubiese abandonado a tu merced como aprendiz, aunque hubieses llegado a tu actual puesto en cuestión de semanas o meses, pero estoy seguro de que mi hermano hubiese querido hacer lo mismo que yo-

-¿Mi padre? Si mi padre hubiese sido el maestro de Yume la hubiese confundido más, sabes cómo era en cuanto a sus explicaciones, además no me negué a ayudarte, simplemente te pregunte las razones por las cuales me trajiste al santuario-

-¿Entonces me ayudaras?-

-No me estoy negando pero tampoco estoy aceptando-

-¡Regulus! A mi parecer eres idéntico a mi hermano-

-¡Solo bromeo! Pero primero deberías atender sus heridas, comenzare ayudándote desde mañana *bostezo* estoy agotado. Bueno, me voy a casa, nos vemos mañana-

-Si claro, nos vemos mañana-

De esta forma el caballero dorado de leo abandono el lugar y Sísifo se dispuso a atenderme las heridas, así que le toco despertarme para que le abra la puerta de mi habitación.

*golpea la puerta* - Yume necesito que me abras para poder- *suena el seguro de la puerta* - Gracias-

Mientras Sísifo entraba y cerraba la puerta a sus espaldas yo volví y me senté al filo de mi cama.

-Muy bien Yume, dime cuáles son tus heridas, las heridas más graves primero-

-Veamos, mi tobillo derecho y una costilla izquierda rotas y mi hombro derecho dislocado-

-¿Cómo es que puedes seguir en pie a estas alturas?-

-Es gracias al entrenamiento y a que estoy tan agotada que ya me da igual todo-

-Recuéstate, usare mi cosmos para ayudar con tu tobillo y con tu costilla-

-¿El cosmos también sirve para eso?-

-Sí, pero yo particularmente no lo eh tenido que usar-

-Mejor voy a pedirle ayuda a Shion-

-¿No confías en mí?-

-No-

-¡Recuéstate!-

"Teme la ira del hombre amable" dicen por ahí, y no se equivocan.

Me recosté y cerré los ojos e inmediatamente el cosmos de Sísifo, aquel cosmos cálido, cubrió mi cuerpo creando una capa alrededor mío, en pocos momentos sentí como los huesos rotos se movían y volvían a su lugar. Además mis cortes y moretones desaparecieron.

-Listo, casi como nueva, necesitaras unos días para que los huesos se suelden por completo, solo falta una cosa, tu hombro dislocado-

-¿Por qué no lo arreglaste de una vez?-

-¿Qué me ves? ¿Cara de médico, mi cosmos es infinito, mis habilidades perfectas? No. Además quería hacerlo manualmente-

-No, ni se te ocurra, Rukbat, no vas a tocar mi hombro-

-¡¿Qué es eso?!- *apuntando fuera de la casa*

-¿Qué es qué?- *volteando a ver*

No les miento al decir esto, una vez que voltee sentí la mano del idiota de mi maestro en mi hombro, supe que fue mi más grande error, entonces, escuche un CRACK que quedo retumbando en mis oídos y sentí nuevamente la sangre pasar a través de mi brazo.

Recuerdo haber pateado a Sísifo con mi pie bueno pero como era de esperarse no fue tan grande su dolor.

-Muy bien, lo más grave ya está arreglado, con los raspones y moretones solo los desinfectaremos y vendaremos-

Ahora sinceramente ya no quería quejarme o hacerlo enojar, así que deje que atendiera el resto de heridas para luego poder descansar.

Así termino uno de los peores días de mi existencia, tal vez no el peor pero se acercaban.


Regulus y Antares [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora