Danza De Sombras

ABRAZANDO LA OSCURIDAD

La habitación estaba sumida en sombras, pero Alexander pudo moverse a través de ella con sutiles movimientos, hasta llegar a la cama en la que estaba recostado Caleb. Se acercó a su oído, y murmuró.
- Caleb, despierta, debes ver algo importante - Caleb, creyó que estaba soñando, pues la voz de Alex era incomprensiblemente suave.
Lentamente, Caleb se sentó en la cama, y no pudo ver muy bien a Alexander.
- Que quieres?, apenas ha pasado una hora - dijo Caleb, frotándose los ojos para poder ver mejor a Alexander.
- De hecho, Caleb, han pasado seis - Caleb alzó su brazo y pudo ver en su reloj que si habían pasado más de seis horas.
-Ah, lo siento,pero me sentía muy cansado, necesitaba dormir - <<y aún lo necesito>>
-

Pónte esto, no andarás por toda la base con esa ropa - Alexander le tendió a Caleb un traje, se puso de pie, encendió la luz.
Caleb notó que Alex llevaba un equipo de batalla, un traje azul ocsuro que sólo dejaba al descubierto su cabeza, armado con varios tipos de pistolas, distribuidas por todo su cuerpo.
- Que es esto?
- sólo pontelo, vuelvo en un par de minutos - Alex salió de la habitación sin decir más.

Savin, Sinthya y Kurt, siguieron juntos hasta la casa del último, para concretar los detalles de todo lo que había sucedido la noche anterior.
La casa de Kurt, que era más bien una mansión era del tamaño de una manzana completa, tenía una piscina tan grande como una cancha de fútbol, 10 habitaciones, un garaje con capacidad para 7 vehículos... Todo un palacio. Aunque Kurt se consideraba alguien del común, se negaba a que sus padres lo enviaran en auto a estudiar y prefería caminar.
- Bueno, esta es mi casa - dijo Kurt cuando los tres entraron por unas grandes puertas dobles.
En el interior, todo relucía. Era una casa digna de admirar, las paredes, llenas de obras de arte, el techo, lleno de grabados.
Y, el suelo, con baldosas de un tono beige.
- Con que, aquí vives - dijo Savin sorprendido.
- Lo mismo digo - se unió Sinthya a la conversación.
- Vengan, vamos a mi cuarto - Los otros dos lo siguieron por unas amplias escaleras alfombradas, hasta una gran puerta que quedaba al frente.
Ya en el cuarto de kurt, que parecía más una biblioteca, pues estaba llena de estantes repletos de libros, y, en el suelo, estaban desperdigados varios libros más. Y, claro, había una cama, un par de asientos, y un escritorio con una moderna computadora.
- Vaya, eres un chico adicto a la lectura - dijo Savin
- Bueno, la verdad es que cuando no estoy estudiando, o, con Caleb, siempre estoy aquí, leyendo algo.
- No sabía nada de esto, bueno no sabía mucho de ti, salvo que eras un buen amigo de Caleb...por qué nunca...???
- Porque qué?, por qué nunca di una fiesta, por qué nunca los invité a venir?, por qué nunca dije que tenía todo esto?... Pues, Sinthya, no lo hice porque todos ustedes siempre fueron unos desgraciados conmigo. Caleb fue el único que los detuvo.
- Esta bien, cálmate, no pasa nada - dijo Savin, tratando de tranquilizar al ahora enfurecido Kurt.
- Oye, lo admito, si hemos sido un poco groseros contigo, pero eso no significa que no nos interesaras - dijo Sinthya en su propia defensa.
- Basta!, no vinimos aquí a llorar por el pasado, vinimos a averiguar la forma de encontrar a Caleb - interrumpió Savin.
- Por mi esta bien, ahora, Sin, cuentanos todo.

Caleb se puso el traje que Alexander le había llevado, se vio al espejo, y lucía como un auténtico guerrero. El traje venía con muchos sitios en los cuales se podrían poner armas, pero Alex no le había dado ninguna.
Caleb se preguntaba por qué su traje era negro, si el de todos los demás era azul.
Alexander abrió la puerta de la habitación, y vió a Caleb a los ojos.
Desvió la mirada.
- Parece que estas listo. Es hora de irnos.
- Lo estoy, pero, irnos a donde?
- A comenzar tu entrenamiento, a donde más? - Caleb estaba muy confundido en ese momento.
- Entrenamiento?, Entrenamiento para qué?
- Pronto lo sabrás, ahora, acompáñame.
Alexander condujo a Caleb por el Nido, casi durante una hora, para llegar al lugar al que debían ir. Los lugares de la base por los que pasaban, dejaban a Caleb sin palabras, pues nunca había visto nada así en toda su vida.
- Qué es todo esto? - le pregunta Caleb a Alexander.
- Esto, es lo que se interpone entre el caos y la destrucción del círculo y el mundo en el que vivías hasta hace 24 horas - le respondió a Caleb.
- El círculo...¿te refieres a los motociclistas que nos perseguían la otra noche?
- Más o menos. Verás, el Círculo es una organización dedicada a la simple idea de dominar al mundo por la fuerza, pero requieren controlar dos fuerzas específicas para poder lograr su objetivo.
La luz y la oscuridad. Para esto, hace 700 años encadenaron ambas fuerzas a las almas y cuerpos de dos hombres. Y así empezaron la conquista del mundo. Pero no fue hasta que los dos hombres, Lucían y Dakr descubrieron que podían usar esa fuerza para impedir que el Círculo dominara al mundo, que no empezó a haber esperanza. Usaron toda su fuerza contra el Círculo, pero no lograron vencerlo, pues los ocho caballeros se alimentaban de la luz y oscuridad contenida en los hombres. Ahí fue cuando tomaron la decisión de sacrificarse para negarle el poder al Círculo, se decapitaron al mismo tiempo, mientras ardían en llamas. Pero lo que no sabían era que su poder no desaparecería, sólo buscaría a otro portador. Así, cada 100 años, aparecían dos portadores, en diversas partes del planeta.
- Y...yo que tengo que ver con esto?, y, ustedes que diablos tienen que ver en esto? - le preguntó Caleb.
- Pues la única hija de Dakr, Asagh, y los dos hijos de Lucian, Vladimir y Thiromir, crearon una resistencia al Círculo, una que fue creciendo con el paso de los años, hasta convertirse en lo que hoy se conoce como El Sistema Internacional de Seguridad, la cual protege al mundo de variadas amenazas, como el Círculo, y también hemos protegido a los portadores a través de la historia, dándoles una vida tranquila y alejada de las garras insaciables de los ocho caballeros.
- Ah, me parece bien, pero,¿ que tengo que ver yo en todo esto?
- Pues, tú, Caleb Sinclair, eres un portador.
- ¿Qué?.