Lena era una chica recién independizada, tranquila, amable con todo el mundo, amiga de sus amigos, defensora de los animales... pero tenía un grave defecto, o una gran cualidad. Era tan buena persona, que no sabía decir que no. Una tarde había decidido salir a dar un paseo, cuando, al pasar por una calle que solía estar siempre desierta, comenzó a tener que apartar a la gente con un brazo susurrando un tímido "disculpe", sin darse cuenta de que el corro que colapsaba la calle tenía toda su atención puesta en un hombre que se encontraba sentado en el tejado de su casa, amenazando con saltar, cuando el susodicho se puso a gritar como un loco:
-Váyanse, no hay nada que ver.
Minutos después y como era obvio, ya no era un suicida en aquel tejado, sino dos. El hombre y Lena.
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Mucho Por Contar
De TodoUna colección de cuentos cortos que voy escribiendo, que puede que te gusten.