Capítulo 12

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N/A: Les traigo el capítulo algo corto, porque no tengo internet y tengo que estudiar para un último examen.

Sufro porque no pude ver el capítulo de ayer de Castle... esto de no tener internet es una mierda... así que, saludos desde mi salón de clases

Agradezco sus comentarios (ff) a mily, Martha AlwaysCB, brennangirl y writerdetective

Disfruten!

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Kate se encontraba de pie frente al espejo de baño de Rick, vestida con una blusa amplia color azul fuerte y unos leggins negros. Acababa de tomar un baño y se estaba cambiando la venda que tenía en la frente. Cerró los ojos cuando se encontró con la fea cicatriz que había dejado el accidente. ¿Cómo podía ser que se sintiera tan mal por una herida? Esta era diferente a la del día del tiroteo, se sentía diferente. No por el dolor, o por las razones que la llevaron a tenerla, pero sí por la manera en la que la miraba. Cubría 5 cm de su frente izquierda, terminando antes de su ceja y, sobre todo, estaba completamente visible. La cicatriz que tenía en el pecho podría cubrirla con su blusa, probablemente con un sostén, ¿pero esa? ¿Con qué podría cubrirla? ¿Con su cabello?

Kate soltó una amarga risa sin despegar la vista de la línea rojiza que tenía, y que apenas comenzaba a sanar. Hacía un par de días que le habían quitado los puntos pero seguía pareciéndole horrible. Y quizá en esos momentos en los que la incertidumbre de no saber lo que sucedía con su caso la estaba matando, el sentirse atractiva para Rick era lo único que le quedaba. Y no sentía estarlo logrando. Compartía con él la casa, la cama, la mesa y nada más. Nunca había dejado que la mirara con menos ropa que una blusa de tirantes y unos shorts. No dejaba que él mirara los moratones que tenía en el vientre a causa del impacto con el volante, o que la ayudara a bañarse a pesar de la dificultad que le causaban de vez en cuando sus costillas.

Era testaruda y él no se había atrevido a contradecirla a pesar de querer consentirla y mimarla como debía. Eso provocaba muchas tensiones. Kate con su instinto de retraerse y él tratando de acercarse. A la hora de dormir o de la ducha era un constante campo de batalla que a veces él prefería evitar. Sin lograrlo. Kate Beckett podía ser muy berrinchuda, como Jim le había advertido en su primera visita al loft. Y también los había enfrentado.

-Así que tú y mi hija están juntos -Dijo Jim Beckett con calma pero reteniendo una carcajada. No es que se burlara de ellos, pero le parecía bastante gracioso que trataran de ocultarlo aun cuando todo los ponía en evidencia; el hecho de que ella estuviera en casa de él, las miradas, los roces, la tensión, la complicidad. Todo. Y no pudo evitar sentir satisfacción al ver la cara de Kate y por supuesto la de Rick al encararlos de esa manera.

- ¿Pe... perdón? -Kate casi se atragantó con su propia saliva, y se vio obligada a darle un gran sorbo al vaso de agua que siempre tenía junto a ella. Rick permaneció callado, observando con el ceño fruncido a Jim.

- ¡Oh, por Dios, Katie! No vayas a negar lo que claramente está frente a mis ojos. Ustedes dos están juntos, ¿verdad? -Kate se sonrojó mirando a Castle, el cual permanecía aún en silencio. Jim lo miró también-. ¿Me vas a decir cómo le hiciste para que esta niña testaruda aceptara sus sentimientos? -Ésta vez fue Rick quien casi se atragantó con la saliva. Luego de recuperarse de la tos, se acomodó mejor en el sofá y tomó la mano de Kate, haciendo que volviera a sonrojarse pero esta vez esbozando una enorme sonrisa.

-Bueno, sí. Estamos juntos, y... en realidad no creo haber hecho nada especial, ¿o sí? -Castle giró su mirada hacia Kate y ésta volvió a sonreír.

-Sólo espero que sean felices. Ambos lo merecen -La pareja sonrió distendida, sabiendo que su relación acababa de avanzar un par de pasos más.

- ¡Kate! -Gritó Castle del otro lado de la puerta del baño, tocando con los nudillos despacio. Kate se sobresaltó un poco y contestó con un rápido ya voy, terminando de cepillarse el cabello antes de que la puerta de abriera y apareciera Rick con las mangas de su camisa hasta los codos y sonriendo ligeramente-. Tenía tiempo hablándote. ¿Estás bien? -Kate asintió echando una última mirada al espejo y aceptando la mano que él le tendía, dejándose guiar hasta la cama, en donde se sentaron.

Kate se mordió el labio con nerviosismo. Sabía que debía hablar de lo que le estaba pasando en los últimos días, su estúpida inseguridad que la hacía sentir una adolescente en la secundaria.

- ¿Qué sucede, Kate? Te noto, no lo sé, ¿distante? Es como si me evitaras -Beckett apretó los dientes conteniendo el llanto. En verdad se sentía tonta, porque él lo había notado, y se moría de vergüenza. ¿Cómo decirle que no se sentía del todo segura después de atreverse a confesarle muchas cosas en los últimos días? Duró bastante tiempo para decidirse y sufrió tanto cuando él se fue que le parecía una tontería arruinarlo todo por la manera en la que se miraba.

Rick la apretó contra su pecho pero cuidando sus heridas. Los últimos días ella se negaba a que la abrazara para dormir, a que la mirara quitarse la camiseta, cualquier cosa que requería intimidad. Después de un tiempo se dio cuenta de que eran por las heridas físicas, no porque no quisiera. Se dio cuenta de su inseguridad y eso le enterneció. Supo que tenía que hablar con ella para dejarle en claro muchas cosas.

-Eres hermosa, Kate -Le dijo contra su cabeza, aspirando el deliciosos olor de su cabello y sintiéndola temblar en sus brazos. Kate lo abrazó del torso, sintiéndose reconfortada. Esas dos simples palabras la hicieron esbozar una enorme sonrisa. Él lo sabía, y lo quiso aún más por ello-. Eres la mujer más hermosa que he conocido, y no me importa si tu cuerpo está lleno de cicatrices o marcas. Porque yo te quiero a ti, como eres. Por favor, no me apartes, déjame cuidarte -Kate sintió que las lágrimas se acumulaban en sus ojos y no supo cuándo había comenzado a ser tan vulnerable.

No supo cuándo la dura detective Beckett fue desplazada por sólo Kate. Sentía que con Rick podía reír... y llorar. Era como si sus sentimientos estuvieran siempre a flote, y no le molestaba en lo absoluto. A veces se sentía algo tonta, pero no tenía por qué, ¿o sí? Rick siempre la hacía sentir mejor con sus palabras, con sus abrazos... con sus besos.

-Lo siento mucho, Rick. De verdad lo siento. Yo... me siento tan mal. Lo único que quiero es sentirme plena, y no estoy segura de serlo -Verbalizar lo que sentía le dio una sensación de alivio, como si le hubiesen quitado un peso de encima. Como si todo el dolor de repente se hubiese esfumado.

-Deberías serlo, Kate. Estás viva, y eso es lo que importa -Fue ella quien acercó sus labios a los de él para besarlo, sintiéndose desplazada a un lugar en donde todo era mejor. Los labios de él la hacían sentirse mucho más liviana, más relajada. Era como transportarse a un paraíso. Pero el deseo había aumentado. Toda esa tensión acumulada a lo largo de los años que aún no había sido soltada. Todo ese flirteo que habían llevado a cabo infinidad de veces y que aún no habían consumado.

Las manos de Rick se colaron bajo la blusa de ella y Kate no pudo evitar soltar un jadeo en medio del beso que había dejado de ser tierno para pasar a ser urgente y apasionado. Sus labios danzaban juntos, con hambre y deseo. Fue como si todo el raciocinio se hubiese esfumado de repente, dando paso a la pasión desmedida que pronto acabó con la camiseta de ella. Rick la veneró en silencio, pasando sus dedos suavemente por sobre las marchas violáceas que cubrían su vientre y Kate se vio obligada a cerrar los ojos con fuerza, las tenues caricias superándola. ¿Cómo podía ser que él causara tanto en ella con tan solo simples roces en su piel? Se sentía tan bien la yema de sus dedos en los moratones que ya no dolían en lo absoluto.

-No quiero lastimarte, Kate -Dijo Rick minutos después, en un tono bajo, casi en secreto, hablando sólo para ella-. Tus costill... -Pero Kate lo acalló poniendo un dedo en sus labios, acercándose para besarlo momentos después, dejándole en claro qué era lo que quería. Lo quería a él. Lo necesitaba a él. Quería que la hiciera olvidarse de todo lo que estaba pasando a su alrededor.

-Shhh... Yo estoy bien, Castle... -Dijo en un susurro, implorándole con la mirada que continuara acariciándola-. Hazme el amor, Rick -Suplicó con un hilo de voz antes de sentir los labios de Castle sobre los suyos.

N/A: Espero les haya gustado...

*Grace*

Desearia que pudieses ser honestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora