Stay with me. || Noragami •Yukine y tu•

||capítulo 5||

Gou's POV

No recuerdo mucho lo que pasó ayer después de bajarme con Yukine al salón, pero lo que sí estoy segura es que no cené porque nada más abrir los ojos siento como me urge la barriga.
Me dispongo a incorporarme pero al notar como no estoy en mi habitación me quedo algo petrificada, y más aún cuando miro a mi izquierda y me encuentro con el cuerpo de Yukine junto al mío.

- ¿Yukki..? - susurro para no despertar a Hiyori, quien se encuentra en el otro sofá. Al ver que no me contesta pronuncio su nombre una vez más mientras le toco un poco la pierna - Yukki despierta...

- ¿Eh? ¿Qué pasa..? - responde algo soñoliento abriendo los ojos.

- ¿Por qué estamos en el sofá? - pregunto algo confusa con el mismo tono de voz que antes.

- Te quedaste dormida y no quería despertarte, además yo también me dormí porque estaba algo cansado, desde el accidente no pegué ojo porque estaba preocupado por tu - dice dedicándome una sonrisa.

- Gomen... Me he comportado como una tonta - digo con un hilo de voz cubriéndome la cara con las manos.

- Daishobu - contesta cogiéndome las muñecas y apartándome las manos del rostro - lo pasado pasado está - termina guiñándome un ojo.

No puedo evitar reírme ante la situación porque me parece muy graciosa:
Él sujetándome las manos y guiñándome y ojo mientras ambos estamos a pocos centímetros. Nos quedamos riéndonos por varios segundos hasta que soy consciente de su próximo movimiento.
Siento como sus labios chocan con los míos. No me lo puedo creer... ¡¿me está besando?!
Pocos segundos después se separa de mi mirándome fijamente, haciendo que yo me ruborice y me mierda el labio inferior. Mierda no se que decir...

- Gomen - dice tras varios segundos de espera, dejándome con una cara de confusión total - me refiero a... el beso, me deje llevar - aclara formando una sonrisa, aunque puedo ver que en ella hay una mezcla entre tristeza y felicidad.

- E-Etto... ¿dejarte llevar? - pregunto no muy segura de mi misma.

- Bueno sí... da igual, olvídalo - responde levantándose. Después de haber estado toda la noche juntos me da un poco de frío cuándo se separa - iré a hacer el desayuno.

Mierda, mierda y más mierda... ya la he liado... Tendría que haber reaccionado pero, ¿cómo? ¡Era mi primer beso, cómo quiero reaccionar a eso!
No es que no me agrede Yukine, es un hico encantador y es mi mejor amigo, y nunca me ha parecido un chico feo, la verdad es que es bastante guapo.
Y el beso... no se que decir. Obvio que me ha gustado porque ha sido suyo, sí llegase a ser un beso de algún desconocido pues...

- ¿Gou? ¿Estas bien? - la voz de la medio ayakashi logra sacarme de mis pensamientos - ¿En qué piensas?

- Ah n-no etto... no es nada - contesto rápidamente y añado una sonrisa para disimular.

- Vale, me alegro de que estés bien al fin - prosigue con una sonrisa - ¿dónde esta Yuki...? - no puede acabar la pregunta ya que es interrumpida por el timbre de la vivienda - un segundo - dice levantándose y caminando hacia la puerta.

Me he salvado...

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Yato's POV

Llegué a casa de Hiyori hace menos de una hora, cuando vi que estaban saliendo Yukine y Gou a cuidar del árbol, para poder preguntarle una duda que me ha surgido.
Esta mañana me dolía la abraza bastante, por supuesto sabía que era de la resaca de anoche, pero aún así decidí mirarme a ver sí tenía algo y de eso se trataba.
Toda mi nuca y parte del cuello tenían un tono púrpura que significa que estoy infestado.
No es debido al rozamiento de algún ayakashi ya que no hemos luchado con ninguno en ningún recado reciente ni tampoco por la calle, por lo que sólo puede ser por un motivo. Yukine.

- ¿Qué pasa Yato? - pregunta Hiyori con una sonrisa en el rostro, que por cierto me mata.

- ¿Qué ha estado haciendo Yukine últimamente? - respondo con otra pregunta.

- Pues no se, lo normal. Deberes, ayudar en las tareas y ayudar a Gou a cuidar del árbol.

- ¿Estas segura de que no ha hecho nada malo? A escondidas o algo parecido.

- Eh... no, ¿por qué? ¿Pasa algo malo Yato? - pregunta esta vez con algo de preocupación.

- No nada, sólo tengo que tener controlado a mi tesoro sagrado - respondo con la sonrisa más grande que cabe en mi cara.

Supongo que no tengo más remedio que habla con él personalmente.