||capítulo 4||

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Gou's POV

Pasaron dos semanas desde que Yukine y yo nos hicimos aquella promesa de vernos todos los días y cuidar del árbol juntos.
Durante ese tiempo hemos empezado a conocernos mejor mutuamente, sabemos cosas simples como el color favorito o los hobbies... pero también nos hemos revelado algunos secretos. Por supuesto, aún sigo siendo un poco reservada con él, pero aún así me esfuerzo por no ocultar le las cosas.
Aparte de conocernos él y yo, también he formado lazos de amistad con Hiyori, Yato, Kofuku, Daikoku... e incluso con la de diosa de la guerra Bishamon y sus tesoros divinos. Aunque sea un poco antisocial y deprimida, ellos han hecho como si no les importase, me han tratado como una más de su extraña familia...
Pero no todo lo bonito dura para siempre, las cosas buenas no duran toda la vida, lo recordé justo hace unos días al volver al orfanato después de pasar otra tarde junto con mis amigos.
Toda la alegría y fuerza que tenía dejo mi cuerpo en cuestión de milésimas de segundo.
Mis piernas no podían aguantar más el peso de mi cuerpo haciendo que cayese al duro suelo de rodillas mientras derramaba lágrimas que se deslizaban por mis mejillas.

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Fuego. Llamas. Es lo único que recuerdo de aquella espantosa experiencia antes de que Hiyori me encontrara en el suelo sollozando y me llevara a su casa con ella.
Después de lo ocurrido no he abandonado ni por un minuto la habitación del Onii-chan de Hiyori, casi no toco la comida ni tampoco hablo con nadie, ni siquiera con él...
Un par de toques en la puerta logran sacarme de mis pensamientos, sé que es Hiyori por lo que me quedo en silencio y permito que se adentre en la habitación.

- Hola Gou... - dice cerrando la puerta suavemente y acercándose con una bandeja de comida en sus manos - te he traído un poco de arroz con pollo para que cenes...

Yo como hago normalmente desde después del incidente, me limito a asentir y colocar de nuevo mi cabeza sobre las rodillas.

- Gou... necesitas comer no has comido casi nada estos días - nada, ni me muevo - sé que esto es duro para ti... y no puedo decir que te entiendo, pero por favor sabes que estoy a tu lado para apoyarte.

- Arigatou... - digo en un simple susurro, a lo que ella sonríe por escuchar de nuevo mi voz.

- Mis padres están de viaje y no volverán hasta dentro de dos meses, así que he invitado a Yukine y los demás a venir. Puede que quieras verlos, te estarán esperando abajo, ¿vale? - finaliza dejando la bandeja en el suelo y abandonando la habitación.

Reconozco que te o algo de hambre, pero siempre que comienzo a comer a los pocos bocados se me encoge el estómago y no puedo seguir alimentándome.
No me gusta ver mal a mis amigos por mi... y menos a Yukine. Él y yo éramos muy unidos y llevamos días sin vernos, debe de estar preocupado...

Yukine's POV

Sólo llevamos en casa de Hiyori unos minutos. Conmigo se encuentran los dioses Yato, Bishamon y Kofuku, junto con sus tesoros Daikoku y Kazuma.
Todos estamos en el sofá con un plato de comida, algunos como Yato y Daikoku ya han empezado a devorar, pero los demás estamos esperando la llegada de Hiyori.

- Le he avisado de que estáis aquí, pero aún así no se ve muy animada como para bajar...

- No me extraña - dice Yato con la boca llena - primero pierde a sus padres sin siquiera conocerlos y ahora que es feliz se encuentra el orfanato en llamas con sus compañeros dentro ardien...

- ¡Insensible! - le interrumpe Bishamon gritándole - la pobre esta sufriendo y tu como sí nada. ¡Baka!

- ¡Tu cállate la boca estúpida diosa semi-desnuda! - contraataca el aludido, comenzando como siempre una discusión.

- Hiyori, ¿crees que bajará? - pregunto algo apenado ignorando la pelea de los otros dos.

- No creo Yukine... - responde esta sentándose a mi lado.

- ¿Y por qué no subes tu? - comenta la diosa pelirrosa.

- ¿Puedo? - vuelvo a preguntar dirigiéndome a la medio ayakashi.

- Supongo, no pasa nada por intentarlo - contesta con una sonrisa.

- ¡Arigatou! - agradezco poniéndome en pie y subiendo rápidamente.

Al llegar a su habitación toco dos veces y pregunto:

- ¿Se puede? Soy Yukine.

- Adelante... - logro oír a través de la puerta después de unos segundos de silencio.

Cuando abro la puerta me encuentro a la joven sentada en la esquina de la cama con la cabeza escondida en las rodillas.
Me acerco a su cuerpo y me siento a su lado apoyando la espalda en la pared.
La conozco bien, por lo que en vez de preguntar un "estas bien" me quedo en silencio hasta que ella quiera desahogarse conmigo.

- No puedo... - consigue decir con un hilo de voz tras algunos minutos, para mi eternos.

- Claro que puedes - contradigo sonriéndole aunque no me vea.

- ¿Y tú como lo sabes? - levanta la cabeza mirándome con lagrimas ya presentes en sus ojos.

- Porque te conozco, porque sé como eres y se quien es Gou. Gou no se pasa el día deprimida, ella intenta vivir la vida al máximo ayudando a los demás. Le gusta estar con sus amigos y les hace felices. Tu me haces feliz - termino sin dejar de sonreír ni en un sólo momento.

Se queda mirándome asombrada, como sí todo lo que hubiera dicho fuera mentira. Su siguiente acción me deja a mi también en shock. Me esta abrazando fuertemente intentando dejar de llorar de llorar sobre mi hombro.

- Tranquila - susurro en su oído abrazándola también.

- ¿Os he preocupado mucho? - pregunta contra mi ropa.

- Un poco, a mi bastante pero, ¿sabes que lo puede mejorar?

- ¿Qué? - pregunta levantando el rostro de mi hombro.

- Que me acompañes abajo para estar con nuestros amigos, ¿te vienes?

- Esta bien... - dice aún abrazada a mi.

- Esa es mi Gou - animo besándole la frente y levantándome junto con ella - Vamos.

- Vale.. - dice cogiéndome de la mano.

Dios no se por qué pero ahora siento mucho calor en mis mejillas...
Bajamos junto a los demás y nos acomodamos en el sofá junto a ellos, con Gou colocándose a mi lado sin soltar ni por un segundo mi mano.

- ¡Yukine! ¿¡En qué estas pensando!? ¡Me duele la cabeza! - salta Yato desde el otro lado de la habitación. Genial, esta ebrio...

- ¡No estoy pensando en nada, estas ebrio! - replico sonrojándome aún más.

- ¡Baka! ¡No te desvíes del tema! - grita también Bishamon, quien se encuentra junto al dios con chandal igual de ebria que él.

- Oye Gou, ¿tienes hambre..? - giró la cabeza con la intención de verle el rostro, pero me sorprendo al verla dormida con la cabeza sobre mi hombro aún con su agarre en mi mano.

No puedo evitar sonreír al verla tan plácidamente dormida después de haber estado días sin dormir.

- Buenas noches Gou - digo besándole la frente y cerrando los ojos junto a ella.

Stay with me. || Noragami  •Yukine y tu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora