Me levanté sobre las once del medio día, ya que era festivo. Intenté sentarme en la cama pero la resaca pudo conmigo. Finalmente decidí levantarme, me dirigí hacia la cocina, donde encontré a Joan dormido a pierna suelta con un solo calcetín y la misma ropa que llevaba ayer. Pensé en drjarlo dormir pero ka idea de asustarle era divertida.
-¡Eeeyyy!, ¡despierta de una vez!- dije mientras me reía.
-Joder, déjame cinco minutos más por favor- dijo apenado.
Entonces, para ponerle nervioso, se me ocurrió decirle que era lunes y que tenía que trabajar.
-Tu verás, si no te levantas llegaras tarde al trabajo y te despedirán.
-¡Ostias!, es verdad. ¡Corre prepara el desayuno mientras yo me ducho!
Saltó al suelo y corrió a la ducha, cuando salió vestido corrió a la puerta, se giró un momento y me vio reírme.
-¡Serás cabrón!
En ese momento solté una carcajada. Sentí que me pasé con la broma pero al instante se le olvidó. Después de desayunar nos sentamos a ver la televisión.
-Ayer en el bar te vi con una chica- soltó Joan como si nada.
-¿La viste?- le pregunté.
-Si. Me pareció muy guapa.
-Ya...
-¡Te gusta!- gritó de repente
-No es cierto
-Si lo es. Está noche volveremos a ese bar a ver si la vuelves a ver
Como no me aparecía discutir me limité a asentir con la cabeza y a mirar a la televisión.