capitulo 7

48 2 0
                                    

Capitulo siete

-¿Por qué no quieres irte?

-Sahara he esperado mucho tiempo para volver a casa. Regrese apenas hace dos meses y hemos pasado un aniversario maravilloso.

-Cariño lo sé. Pero sabes cómo están las cosas con tu madre. ¡No puedo seguir aguantando sus insultos!

-Amor lo comprendo. Pero necesito tranquilidad después de estar casi un año en Libia y Afganistán quiero paz, tranquilidad. Se lo difícil que es para ti cariño.

-¡Ja! Tu madre ha aprovechado estos últimos siete meses para insultarme e insinuarme cosas. No es justo.

-¿Qué cosas?

-Olvídalo.

-No. Dime que te dijo.

-Que soy una inservible poca cosa para ti-.dijo con lágrimas en los ojos-. ¿Y sabes que es lo peor? ¡Me sacó en cara que no puedo darte hijos David!

-¡Ese demonio! Mañana le pondré un alto a esto. No te preocupes, me asegurare de que no te vuelva a molestar.

-Solo marchándonos de aquí nos dejara en paz.

-Sahara te juro que lo que menos quiero es que sufras. Quiero que seas feliz. Pero entiende que aun no he terminado mi servicio en la Marina. Dame tiempo.

-Pero puedes hacerlo desde otro lugar. ¡Maldita sea! Daniel.

-¡Sahara entiende aun no podemos! Por favor. Me ha costado mucho sacrificio mantenerte en buenas condiciones, pagar tus estudios, darte una casa decente…

-Y mantener al demonio de tu madre por ejemplo-bufo.

-Es mi madre después de todo, no puedo hacer las cosas diferentes. E estado siete meses en Libia luchando, partiéndome el lomo, peleando en batallas, ¡han costado vidas! E visto a mis compañeros morir, he tenido que matar. Lucho el día a día para no volverme loco Sahara. Porque la culpa no me deja dormir, vivir. Todo lo he hecho por ti, por tu bien ¡Porque te amo!

Todo era borroso y sólo podía escuchar las sirenas de las ambulancias sonar. No sabía dónde estaba, que pasaba. Estaba confundida. Recordaba una discusión con David.

-David-.gimió.

Estaba en el suelo de la carretera, habían paramédicos a su alrededor gritando.

Se arrastro como pudo hasta su esposo exigiendo a los paramédicos que s e hiciesen a un lado. Casi muere cuando vio a su esposo convulsando, lleno de sangre, con un fragmento de cristal enterrado en su hígado y un trozo de metal enterrado en su pecho.

-Sah-.dijo agonizando-. Per-do-o-na-a-a-me.

-No,no,no,no,no David. No pasa nada.

-Te-e am.

-Calla mi-i-i vida. Todo estará bien.

Negó con la cabeza.

-Pe-er-doonn. Mi viiida-.dijo agonizando.

-¡No! David, mi amor, ¡Te amo!-.esa fue la última vez que vio sus ojos chocolates. La última vez que vio su amor-.No, no, no ¡No! ¡David! No meee dejes. Por favor despierta, no duermas. ¡No!

-Señora por favor. Sáquenla de aquí-.dijo el paramédico.

-¡No! ¡¿David por qué?! Dios mío. ¡No!

-¡Mi hijo! Dios mío mi hijo-.dijo su madre tapándose la boca. Lo toco y estaba frio-¡Tu! Tú tienes la culpa. Maldita, tú mataste a mi hijo-.dijo mirándola con furia. Sacando al demonio que lleva dentro.

Oportunidades del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora