Capitulo 3

42 5 0
                                    

Capitulo tres

Sahara se sintió aliviada cuando llego a su casa de trabajar, sus pies la estaban matando. Cuando llego su perra Ninna estaba a punto de brincarle encima pero la detuvo antes de que lo hiciese. Daniel se la había regalado de cumpleaños el mismo año en que murió. Ella era su única compañía. Era viernes así que era día de ver película. Ya había pasado cuatro días desde la consulta, todavía recordaba sus ojos…« ¡no puedes pensar en eso Sahara!» Su casa tenía una decoración estilo egipcio en la que tanto había deseado. Tenía fotos junto a su esposo en todas partes, era tan hermoso. ¿Por qué se tuvo que haber ido? Ella fue la que debía haber muerto. Necesitaba una ducha tibia, aunque sabía que debía ser fría pero la, odiaba.

Después de una larga ducha se puso una pijama corta de algodón color aqua, busco palomas de maíz, pan, chocolate y soda. Menos mal que su madre le mandaba comida, frituras y refrescos, aun no se había acostumbrado a la gastronomía de Nueva Zelanda, Europa no tenía una gran variedad como Latino América, tenían comida de todos lados. Como extrañaba su hogar, su familia paisajes, comida, tradiciones, su casa, su verdadera casa y su esposo.

Ella había huido para disminuir su soledad pero el pasado seguía vivo como epidemia sin cura. ¡Maldición, maldición! ¿Por qué, porque ella, porque él? Dios, Daniel te amo tanto dijo con dolor en su corazón. Media hora después había parado de llorar sentó en el sofá junto a Ninna.

-¿Bueno que veremos hoy?-dijo dirigiéndose a Ninna.- ¿qué te parece esta de misterio, o de comedia, amor, Mmmmm ciencia ficción? ¡A! No de acuerdo entonces veamos épicas. ¿De acuerdo?-entonces ladro.

« ¡Pero qué fastidio! »

Ninna salto del sofá poniéndose en guardia. ¿Quién estaría llamando a su puerta a las diez y media de la noche? Seguro seria la señora Procovitt. Pero Ninna estaba gruñendo asique no podía ser. Se estaba muriendo de miedo aunque Ninna era muy recelosa asique no había mucho que temer.

Liam estaba frente a la puerta de la casa de Sahara. Debería estar loco para ir allí. ¿Y si su esposo se encontraba? ¿Qué diría? No tendría ninguna excusa que dar. Debía marcharse pero ya había tocado la puerta. Le sudaban las manos.

Contando hasta tres Sahara abrió la puerta y por poco le dio un infarto al ver a la persona que tenía en frente. Ninna se puso a ladrar como loca, iba a atacarlo pero le dio la orden de que se sentara, aun así estaba muy inquieta.

-¡Acaso estás loco! Lárgate, vete, no te quiero aquí!

-Espera, cálmate.

-¿Qué me calme? ¿Qué haces aquí Liam?

-Solo vine porque…porque…-maldición si quiera sabes a que viniste-. Bueno yo vine porque quería hablar contigo.

-Conmigo ¿de qué? No tenemos nada de qué hablar, aun falta semana y media para mi cita. Vete ahora o llamaré a la policía-.dijo desafiante.

-Pero ¿por qué?- dijo atónito. Las cosas se estaban saliendo de la raya.

Cuando Zahara trato de cerrar la puerta pero él lo evitó, entonces Ninna no tardo en abalanzarse sobre él como buena loba feroz. ¡Por Dios lo iba a matar! El trataba de aguantarla mientras ella lo rasguñaba con sus grandes patas y lo mordía.

Sahara toco su pito y Ninna se detuvo se sentó a su lado con expresión triste chillando. Ella la acaricio con ternura, sabía que las estaba defendiendo. Cuando vio a Liam estaba todo rasguñado con una manga rota y una mordida en el brazo bastante herida.

-Hay por Dios ¿estás bien?

-Sí. Valla que es un Siberian Husky fuerte.-dijo haciendo una mueca de dolor.

Oportunidades del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora