Parte 6

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Ryoga sacó las llaves de emergencia y así abrió la puerta, Tsuzuku solo lo veía asombrado, entraron los dos chicos y después cerraron la puerta, Ryoga dejo las medicinas en la mesa pero antes de salir vio el teléfono de la chica en la mesa, sin batería, en ese momento deseó verla.

Ryoga: Tsuzuku, voy a ir a verla.

Tsuzuku: Pero rápido.

Ryoga: Como digas Tsu.

Ryoga entro al cuarto que compartían MiA y Yuuki, esperando ver a Yuuki dormida y así poder verla tan solo por unos breves segundos, al abrir la puerta pudo sentir se corazón partirse en pedazos, so ira aumentar por cada milisegundo, jamás se borraría aquella imagen de su cabeza, unas lagrimas salieron de sus ojos al ver tan horrible escena, sentía un odio, una repugnancia a aquel causante de esto. Un grito salió de su garganta mientras se acercaba a la chica.

Ryoga: ¡MALDITO! –El grito fue tan alto que hasta Tsuzuku, quién estaba en el pasillo fuera del departamento lo escucho.

El cuarto estaba ordenado sí, pero el problema era la cama, quien estaba en ella, una chica pelinegra con mechones azules, con los ojos cerrados, sus muñecas amarradas juntas en una esquina de la cabecera de la cama, desnuda, solo con la sábana cubriendo su cuerpo, con heridas y marcas en todo su cuerpo, su cara hecha un asco por tanto llorar, había estado tres días completos en ese estado.

Antes de que el joven entrará la chica ya estaba completamente perdida, tres días completos en ese estado, tres días sin comer, solo con un poco de agua que MiA le daba, se sentía un asco, quería morir en ese momento, no entendía que había hecho para que la vida le tratase así, perdió toda esperanza, sabía que pronto moriría ahí, se odiaba por ser tan idiota, por ser tan estúpida, por ser tan sumisa, quería perder la vida, ya no veía esperanza alguna, quería morir, se sentía como un objeto sexual, uno que después de usarse mucho se desecha...

Ella estaba tratando de dormir, no había dormido bien en los últimos tres días, al escuchar la puerta abrirse pensaba que era MiA, había regresado el demonio al infierno, sabía lo que venía, al escuchar un grito no reconoció de quien era, solo se mantenía ahí quieta, ya que sabía que si hacía algo, algo malo para ella venía.

Yuuki: ...no... no más... por... favor... -dijo la chica débil, con los ojos aun cerrados. El chico se acerco a ella, tomo el mentón de la chica, un quejido fue escuchado por parte de ella.

Ryoga: Tranquila, soy yo, Ryoga. –Al escuchar eso la chica abrió los ojos.

Ella lo veía, pensaba que solo era un estúpido sueño, o una ilusión creada por su cabeza, ¿Acaso su cabeza la odiaba? Pero al verlo así, poder sentirlo, parecía todo tan real, una pequeña luz había llegado para salvarla de la oscuridad, un ángel bajo a los infiernos para rescatarla y llevarla devuelta a los cielos, unas lagrimas salieron de los ojos de la chica.

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Yuuki: Déjenme –Dijo la chica mientras retrocedía lentamente e intentaba buscar una salida, estaba rodeada por cinco muchachos de su colegio, la chica llego hasta estar contra la pared, sin salida, ya estaba completamente rodeada, no tenía salida, la chica de 16 años no sabía qué hacer, tenía mucho miedo, uno de los chicos se acerco.-

-Vamos, Mohiro-chan, lo vas a disfrutar.- dijo el chico que ya estaba lo suficiente cerca para poder acariciar uno de los pechos de la chica con su mano, pero rápidamente fue desprendida ya que alguien había golpeado al chico-

Ryoga: No la vuelvas a tocar más.

Dijo eso y así comenzó a golpear a los otros cuatro haciendo que los cinco saliera huyendo.

Ryoga: ¿Estás bien?

Yuuki: -Ella asintió y así abrazó al chico- Gracias Ryoryo.

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Yuuki: Ryo...ga... -El chico comenzó a desatar los nudos de las ataduras en las muñecas de la chica, en ese preciso instante entra Tsuuzku.

Tsuzuku: Joder, dime que esto no es real...

Ryoga: Ese idiota me las va a pagar. Tsuzuku, trae ropa para Yuuki y busca las pertenecías de ella.

Tsuzuku: ¿Porqué?

Ryoga: ¿Porqué? ¿¡Porqué!? ¡Ella no puede seguir viviendo aquí! Se irá conmigo.

Yuuki: Ryo...ga... yo...

Ryoga: No digas nada, Tsuzuku, Por favor – Dijo abrazando a la chica, el pelinegro asintió e hizo lo que el otro le había pedido- Yo te voy a cuidar. Pequeña.

En ese momento Yuuki se durmió, por primera vez en tres días estaba durmiendo sin molestias, sin temor. Se sentía protegida. Ryoga la vistió y así la cargó para después irse con las pertenencias... al llegar a su departamento dejo a la chica en su cama y así dejo que Tsuzuku cuidará a Yuuki mientras él salía a hacer algo, él regreso al departamento de MiA y así dejarle en la mesa una nota, en donde decía lo maldito que era y que ya no se acercará más a Yuuki, una carta donde dice que Yuuki lo deja, más una carta de restricción, no se podía acercar a Yuuki, tenía que tener por lo menos un metro de distancia, y que si sobrepasaba ese límite irá a la cárcel por abuso domestico. También dice que Ryoga pago la multa por violación a la propiedad ajena, al igual que todo esto está completamente en una situación confidencial, para no hacer que los medios supiera sobre la verdad del guitarrista de MEJIBRAY.

Al regresar a su casa se despidió de su amigo y así regresar a ver a la chica, unos minutos después un sonoro golpe lo alarmó, alguien golpeaba la puerta, se acercó a la puerta y para así abrirla, un MiA se encontraba totalmente enojado con la carta y la nota en su mano.

MiA: ¡Dónde está!

Ryoga: ¡Lárgate!

MiA: ¡Maldita seas! ¿¡Dónde está!?

Ryoga: ¡QUE TE LARGUES O LLAMO A LA POLICIA!

MiA: ¡Me iré! Pero, no sé qué hará esa desgraciada, ella no tiene nada, se mantenía con MI dinero.

Dicho eso se fue, a él no le importaba, él tenía lo suficiente o hasta más para mantenerlo, igual, él ganaba un poco más que MiA, en fin, La niña perdida regreso a su lugar, junto a su ángel guardián.


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