1

43 13 5
                                    

Me abrace a mí misma y comencé a pensar en mi madre, ella siempre me cantaba para calmarme, comencé a imaginar que ella cantaba la hermosa melodía que calmaba mi ser.

Mi cuerpo, mi corazón y mi mente volvieron a la normalidad.

Mi nueva familia sólo me miraba preocupados.

—Me pongo mal cuando me tocan, no me gusta, por favor no me vuelva a tocar — Suplique lo último con miedo.

No me gusta sentirme así.

— Lo siento no quería hacerte sentir mal — dijo la chica con culpabilidad.

Mire mis manos, estaba temblando, las imágenes seguían en mi cabeza y aunque tratara de borrarla mi mente se negaba.

—La superior nos mencionó sobre que algo así iba a pasar, como con las otras familias — dijo la señora Rebeca.

Trate de controlar mi respiración y mis recuerdos.

— Y creemos que eso es malo— continúo Lukas.

¿Me van a regresar tan rápido?

—Lo sé, sí quiere regresarme a la casa de paso no hay problema— dije.

Rezaba para que dijeran que no, no quería volver a ese lugar y esperar que alguien me adopte, odiaba esperar sabiendo que mi madre está a fuera, al menos aquí podría escaparme y verla.

—No vamos hacer eso al menos que tú quieras— dijo el señor Lukas.

Suspire y negué de inmediato más tranquila.

—No es normal que sientas eso Cristal por eso hemos decidido que lo mejor sea que veas a psicólogo— dijo la señora Rebeca.

Esas cosas no son para mí, yo no estoy loca.

— No estoy loca— Dije.

— Perdón que interrumpa pero Cristal los Psicólogos no son solamente para locos, ellos puede buscar la causa de tu comportamiento o modo al contacto humano— dijo Broke.

La mire y negué con ansiedad, no quiero ir donde alguien y contarle mi vida.

— Mira, piénsalo, no te vamos a obligar sí no quieres y además es tu primer día con nosotros, hay que conocernos, dejemos eso de lado —dijo el señor Lukas.

—Está bien— dije un poco incómodo.

Todavía sentía lo espasmos del ataque de pánico de hace unos minutos.

Agarre con nerviosismo mi suéter logrando tapar mis manos.

— Ven, vamos a mostrarte tu nueva habitación— dijo el señor Lukas.

Caminamos hasta llegar a la primera puerta.

Había un letrero sencillo con mi nombre.

—No sabíamos cómo decorar la habitación, ya que no sabemos lo que te gusta, así que hicimos lo que parecía más agradable para ti — dijo el señor Lukas abriendo la puerta dejando ver un amplio cuarto.

Las paredes estaban pintadas de un color verde claro, mi color favorito.

Una cama matrimonial, creo que ahí podrían dormir como cuatro personas.

Se veía tan cómoda, tan nueva, nunca había tenido una cama así.

Cuando vivía con mi madre me tocaba dormir en un sofá y en las casas en las que vivido y hasta la casa de paso, donde dormía era una simple cama de un cuerpo que hasta podría jurar que llevaba mucho tiempo de existencia.

SHE IS SCARED #AAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora