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No podía dejar de pensar en mi madre, necesitaba verla, hablarle, escuchar su voz, sentir el cariño maternal de ella.

Sé que se ha equivocado mucho, que se ha dejado llevar por su vicio pero ella no es mala.

Pero todos la alejan de mí sin tomar en cuenta que eso me hace mal.

—Cristal ¿estás bien?—dijo Broke mientras tocaba la puerta del baño.

Por andar en mi mundo no medí el tiempo.

—Sí, ya salgo—dije mientras salía de la tina y cogía la bata para taparme.

Salí del baño no sin antes secar mi cabello con una toalla.

—Mira esa es la ropa que elegí para ti— dijo Broke mientras señalaba el vestido que había en mi cama.

Un vestido blanco de encaje con mangas largas y unos zapatos estiló bailarina de ballet de color negro.

—Note que te gusta agarrar la manga de tu camisa hasta tapar tus manos, así que elegí este vestido la mangas larga, espero que te guste pero sí no te gusta podrías elegir tu misma—dijo Broke de manera amable.

Esta chica me hacía sentir segura.

—Me gusta, gracias—comente.

Pero no era porque me gustara usar siempre cosas que ocultaran mis brazos, solo lo hacía porque tenía cicatrices, quemaduras que provocaban repulsión a muchas personas, marcas del dolo que me hicieron sufrir en el pasado.

—Lo hago con gusto, te dejo para que te cambies— dijo antes de salir de la habitación.

Me cambie rápidamente por el frio, este mes el clima ha estado muy descontrolado.

Peine mi cabello y me hice una cola de caballo.

No me gusta soltarme el cabello, no me gustaba como se coloca cuando se seca, no me gusta mi cabello está tan dañado que me da cosa peinarlo.

Salí de la habitación y fui directamente a la cocina, mi garganta estaba reseca.

Ahí estaba el señor Lukas cocinando.

–Te vez muy bien, Cristal ¿necesitas algo pequeña? —dijo el señor Lukas de manera amable.

Era la primera vez que sentía que palabras como esas son sinceras.

—Gracias, es que tengo sed— dije.

—Siéntate pequeña— dijo el señor Lukas.

Me senté en la silla que estaba más cerca de él.

Me entrego el vaso de agua.

— Gracias—dije antes de beber el agua.

– ¿Te sientes bien aquí? — pregunto el señor Lukas sin dejar de cocinar.

Era la primera vez que me preguntaba eso.

—Sí, tan sólo llevo unas horas aquí y me siento como si fuera una princesa con todas sus atenciones, de verdad le agradezco mucho—dije.

—Me alegra que te sientas bien porque esa es lo que queremos todos, que estés cómoda aquí—dijo el señor Lukas.

¿Estaré soñando? Todo esto no puede ser real...

— Señor Lukas ¿mañana podría visitar a mi madre? —pregunte.

–Tú sabes que tiene orden de alejamiento y no te puedes acercar a ella a menos que ella decida ir a un centro de rehabilitación— dijo el señor Lukas.

SHE IS SCARED #AAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora