8. Andiamo a vedere la bella Italia (Nos vamos a ver la bella Italia).

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Esta vez ns fuimos a Italia, concretamente a Roma no, al monte Etna, en Sicilia (la isla que está al lado de la punta de la 'bota' de Italia). Total, que nos habían comunicado que había una base de indígenas ahí.
-Atención, aquí la base. En esta base que se encuentra una gran concentración de indígenas. ¿Por qué? Son los únicos que aguantan esas temperaturas sin asfixiarse sin llevar el equipamiento adecuado. Para poder sobrevivir en ese entorno tenéis unos equipamientos específicos que veis en el suelo del pelican.
Sí, en verdad sí los había.
-Entendido, Lasky-dijo el jefe-. Seguro que estos equipamientos nos arreglan la vida en ese entorno.
Total, eran un basurero. Era simplemente unos controladores térmicos que nos refrigerarían ahí abajo. Pero luego descubrí que era mejor de lo que esperaba. Si no hubiera sido por esto habríamos muerto asfixiados por llevar la armadura. Os preguntareis por qué no nos la quitábamos. Pues por la simple razón de que la enorme radiación de ahí abajo nos desintegraría sin las armaduras. Lo primero que hicimos fue subir a la cima a ver si se podía entrar por ahí. Nota mental: Nunca intentéis subir a la cima de un volcán. ¿Por qué? Por la simple razón de que eso es un matadero. Hay que tener mucho equilibrio o si no despedíos del mundo porque hubo varios que casi se caen, yo incluido. Luego nos pusimos los controladores térmicos y comenzamos la bajada. Era enorme, de unos cien metros como mínimo.
-¿Cómo se supone que vamos a bajar a la base si lo que hay abajo es lava?-dijo furioso Óscar.
-Jefe maestro llamando a base, ¿me reciben? Repito, jefe maestro llamando a base, ¿me reciben?-preguntó el jefe.
-Alto y claro, John-dijo Lasky-. ¿Qué es lo que pasa?
-Lo único que hay abajo es lava, eso es lo que pasa.-dije.
-Lo que sé es que a unos cincuenta metros contando desde la parte más alta por debajo de vuestra posición hay una entrada que es básicamente un agujero.-dijo Lasky.
-Entendido, fin de la transmisión.-dijo el jefe.
Total, ahí sí que empezamos la bajada y, efectivamente, a los cincuenta metros había un agujero que tenís rasgos de los indígenas. En parte era por la decoración y porque había dos indígenas montando guardia, solo que dormidos. Entramos y lo primero que hicimos fue pegarles unos tiros en la cabeza.
-Penosos guardias tienen, ¿eh?-dijo Óscar.
Seguimos avanzando por las inmediaciones de la entradas a ver qué encontrábamos que nos fueran útiles y a ver si venían más. Estuvimos buscando planos de la base si es que los había. Por supuesto, los había, solo que muy ocultos. Y con ocultos no digo escondidos tras un montón de cajas, sino que estaban camuflados en la pared. Lo que quiero decir es que literalmente estaban grabados en la pared. Estuvimos buscando durante una hora y media hasta que el inquisidor gracias a Dios vio el grabado.
-Ey chicos que aquí no es dibujado, aquí los graban en la pared. En las bases volcánicas del covenant son igual. Aprovechan las irregularidades de las rocas volcánicas para camuflarlos y cuando lleguen no sepan cómo llegar al centro.
-Perfecto-dije-. Gracias a Dios que tú entiendes de esto.
-

En realidad solo hay que tener un poco de sentido común. Pero sí, si no me hubiese acordado de esto la historia sería diferente.
-¿A qué te refieres con diferente?
-Estaríamos aquí liados todavía buscando el plano de la base o nos habríamos rendido y nos guiaríamos por nuestro propio sentido común.
-Voy a mirar el plano-dijo el jefe-. Interesante, se llega al núcleo por una extensa red de caminos. Es más grande de lo que creía.
Estaba excavada en la roca, ¿Qué nos íbamos a esperar? ¿Una base de sólo entrada, pasillos cortos y núcleo fácilmente accesible? Difícilmente iba a ser así, pero ojalá.
-¿No deberíamos conservar alguna imagen del plano?-pregunté.
-La imagen está en mi cabeza.-dijo el inquisidor.
Interesante, que se pasasen de bando los élites nos viene ahora como anillo al dedo. Comenzamos la caminata todos tras el único alienígena, y pronto empezamos con la batalla. Vino una patrulla de 10 indígenas que nada más vernos comenzaron a disparar. Pero vamos, fallaban más que una escopeta de feria, con lo cual fue fácil matarles. Fue unos cuantos tiros matar a nueve y el último intentó huir y tropezó con algo que le hizo caer y dispararse con su propio fusil. Fácil. Seguimos avanzando y matando grupos de indígenas que venían de patrulla hasta que llegamos a la puerta del núcleo. Estaba blindada y a prueba de explosivos.
-Fin del camino.-dijo Sarah.
-Seguro que hay alguna forma de abrirlo.-dije.
-Las hay-dijo el inquisidor-. Son en concreto dos. Una desbloqueando el código que hay aquí en la puerta y otra desde dentro. Lamentablemente la más viable es desde aquí, porque no nos van a abrir desde dentro. Pero nadie sabe la contraseña, así que...
-Y, ¿no podríamos subir por el conducto de ventilación?
-Buena idea, sólo tiene un defecto-dijo el jefe-. Que no se puede entrar fácilmente. Está a diez metros.
Con lo cual la decisión que tomamos fue esperar a que vinies otra patrulla y capturar a uno para ue nos soplara la contraseña. Sólo vino uno seguramente de allí dentro a inspeccionar qué pasaba fuera. Le capturamos y le hicimos responder. Nos dio la correcta y le matamos. Abrimos la puerta y ahí estaban el líder indígena y cuatro soldados. Matamos a los soldados con toda la facilidad del mundo y al líder os preguntareis qué le pasó. Le capturamos y le sacamos mientras reventaba la base. Luego le mandamos en pelican a nuestra base central. A partir de este capítulo empezará la aventura que cambiará mi vida y la de todo el equipo.

Halo: La historia de un Spartan II: La salvación del universo empieza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora