Cap. 6-Malentendido y buenentendido

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 Luna y Sophie se dirigieron a una tienda de ropa de confianza. Bueno, aunque algunas prendas no sabían si eran de tela o de alambre, la cantidad antes que calidad era notable.

 Tomaron un taxi, y eran las 6 pm cuándo llegaron al local (que por cierto era dirigido por Becky). Al entrar vieron millones de opciones para la cita, pero no tenían mucho tiempo. Debían ser rápidas.

 Y todos conocemos los líos al comprar ropa. Luna estaba entre estilo formal, revelador, de fiesta, tranquilo, su mente era un embrollo aunque decidiera con sus amigas. Pasó 1 hora entera, aunque para las chicas fueron 10 minutos. Finalmente Luna se decidió, llevó un vestido largo rojo y brillante, no muy escotado. Y zapatos color verde fluo (era la prenda del día. Si habían OFERTAS, Luna las compraría. Aunque Becky los había rebajado porque nadie las compraba). Ah, y además se compró lencería "fina" que se había puesto debajo del vestido y condones luminosos que coloco en su bolso animal print. Así como para jugar Star Wars con Brandon y hacer guerra con su "sable de luz". ;) 

 Pagó, se bañó rápidamente en la casa de Becky, ubicada convenientemente al lado de la tienda, Hermozah. (¿Por que el nombre? No pregunten, Becky lo quiso así). Se maquilló, compro sushi y se fue lista a lo del Sr C.

 El edificio de Brandon era enorme y muy lujoso, demasiado para alguien con un lavaautos. A Luna le parecía extraño, pero decidió no darle importancia.

-Bien-pensaba Luna mientras subía por el ascensor al piso de Brandon, justo a las 7:55-no se que ocurrirá ahí arriba, pero sea lo que sea, la voy a pasar bien, conocer más a Brandon, ya sea en cualquier aspecto, y luego tirar estos zapatos horribles.

 Llegó al último piso, el penthouse. Se aproximó a la puerta de Brandon. Una mezcla de emociones se encontraban en ella. Miedo, ansias, nervios, emoción, deseo, placer y ganas de sacarse esos tacones horribles.

 Entró y pudo ver al hombre que anhelaba. Y además de tener la apariencia perfecta para Luna, el vestía una hermosa camisa acuadrille con unos jeans ajustados que volvían loca a Luna cuál animal en celo.

-Eh..estás muy linda hoy-murmuró Brandon.
-Jeje, vos también. Me gusta mucho tu camisa-respondió Luna en voz baja.
-¡Gracias! Pasá, tomá asiento mientras acomodo todo.-dijo Brandon con la voz que a Luna le parecía cautivante y no podía sacarle los ojos de encima.
-Eh...eh...está bien-dijo Luna con voz tímida. La verdad pensaba que ocurriría esa noche, si avanzaria la relación, hablarían de su nuevo puesto, o simplemente comerían y verian Netflix como dos ratas antisociales.

 Luna tomó asiento en uno de los sillones más cómodos de su vida. Mientras Brandon se "preparaba", ella aprovechó para ver la casa. No era ni muy poco ni en extremo lujosa. Era muy linda, con predominancia del blanco. Y mamita querida, tenía una vista increíble desde un 40avo piso.

-¡Volví!-dijo Brandon con un cálido tono que ponía a Luna aún más nerviosa, aunque a la vez se sentía en el paraíso con él.
Traía una picada simple con empanadas, esa sería la cena. ¿Y el sushi? A la basura. Literal que Luna se había gastado la mesada de sus padres de 2 meses en ese sushi.

 Cenaron, y disfrutaron en extremo una hora de charla y buenos sabores. Además, Luna se sentía en su cielo privado con él, y Brandon era como su caballero, la tenía junto a ella, en una manera muy candente. Brandon comenzaba a sentir algo extraño por Luna. Lo mejor era como Luna sentía como el varonil perfume de Brandon se le había pegado a la ropa. Y eso le podía muchísimo. Aunque bueno, su vestido rojo ahora era marrón con pedazos de carne, como algo que Lady Gaga usaría. Pero eso no lo arruinaba para nada.

-¡Hora del juego!-gritó Brandon tan fuerte que hizo que a Luna se le caiga el helado en sus zapatos.
-¡Sí! Por fin una escusa para sacármelos-pensó Luna, sin estar lista para lo que venía.
  Se estaba empezando a sacar el vestido lentamente cuando Brandon le dio un control de Xbox 360 en la mano.
-Emm...¿y ésto?-dijo Luna confundida.
-¡Para los juegos!-exclamó Brandon mientras encendía la consola.

 En ese momento fue cuando Luna notó lo que pasaba. De lo que le había hablado, de los juegos violentos, eran VIDEOJUEGOS. Luna no dijo nada y se acomodó el vestido. Y la verdad, es que no la pasó mal esa noche. Ella seguía amando a Brandon, incluso más. Era muy divertido. ¿Pero sería lo que ella esperaba de ser esa noche? ¿Una máquina de ñiqui ñiqui insaciable? Luna no lo sabía, pero seguía anhelando a Brandon con el alma y lo descubriría cuando llegara el momento, quizás se había apresurado al pensar eso. Por suerte, Luna empezaba el trabajo mañana y de esa forma, se conocerían mejor y se aproximarían más a ESE momento. Ella iría lento, pero seguro.

No Se Cuantas Sombras Del Sr. CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora