Había pasado una semana desde el incidente y hoy era un día muy triste en especial. Estaba lluvioso, había una gran atmosfera gris, y era la tarde del domingo(el día más patético de la semana). Luna se iba a encontrar con Brandon en el cementerio por un asunto muy serio para él. Y aunque Luna estuviera muy nerviosa por la nota y sabía OBVIAMENTE de quien era (porqué era estúpida pero no tanto), seguiría con Brandon y lo ayudaría a pasar este momento.
Luna llegó al cementerio donde Brandon la recibió. Él le dio la mano y la llevó hasta un rincón oculto del lugar. Ella estaba muy asustada. Aunque fuera de día, ella tenía miedo. Por el aire frio del lugar, las tumbas y los vagabundos que se juntaban ahí a fumar y contar pasto.
La linda parejita llegó a una colina donde encontraron como 20 sillas llenas de peluches al lado de una lápida cubierta con 40 ramos de flores de todos los colores que llevaba las inscripciones:
RIP
Misifus
1995-2016Amado peluche,
Siempre suavecitoBrandon le había organizado un funeral a Misifus, resulta que el había sido su mejor amigo de la infancia. Hasta había agarrado un peluche y le había cosido un disfraz de cura y puesto una barba falsa. En ese instante, Luna solo quería putearlo por gastar plata en eso con todos los 450 insultos que sabía. Ya que en su pasado ella en vez de prestar atención en la escuela, leía libros de insultos y los memorizaba. Sí, así de loca era.
Tuvo que aguantarse las OCHO laaaargas horas que duró el funeral. Pero bueno, era por su amado. No sabía que le molestaba más: si ver cuanto había gastado él por un peluche o ese pasado tan fracasado de Brandon.
Se habían hecho las 8 pm. Luna y Brandon salieron del funeral en extremo cansados. Luna estaba algo enojada, ella también quería algunas flores. Era muy celosa, y ahora mismo lo era de un peluche moribundo. Que nivel de fracaso.
Sin embargo, ella seguía viendo a Brandon como su hombre ideal, no dejaría que ese defecto le afecte. Pero luego pensaría en eso, tenía hambre y quería hablarle a Brandon de la nota.
Para las 8:30 iban por la avenida nocturna caminando cuando ella por fin sacó el tema. No le tomó nada, solo una semana. Parecía que sabía usar mejor la boca para besar que para hablar.-Emm...Brandon, quería hablarte de una cosa hace mucho.
-Lo que sea decime, pero antes te quiero preguntar, ¿Qué te pareció el funeral?
Ella no quería ser brusca, no quería problemas.
-Algo extravagante, ¿no fue muy caro? No preferirías gastarlo en...... no se......¡una pileta!...O...un auto de mi color favorito...o...un anillo del tamaño de mi dedo...-murmuraba ella con más indirectas que Twitter.
-Mmmmmm...no se. Me pareció normal. Quizas el ataúd de oro haya sido mucho ahora que lo pienso-respondió el, que tenía algo ya planeado.
-Pff...nooooo. Super discreto-dijo Luna, que se estaba pegando un tiro en su cabeza.
-Cambiando de tema, tenemos que comer, vayamos a algún lugar barato, no hay que gastar mucha plata.-agregó.
-Bueno mira, yo conozco un lugar, seguime y vayamos rápido, estoy seguro que te va a gustar.Corrieron como desquiciados por la lluvia, ya que había llovido todo el día y las calles parecían El Amazonas, con música romantica del celular de Luna de fondo. Parecía una escena de película. Excepto que Luna se cayó en un charco de barro, le cagó una paloma encima, la salpicó un auto, la atacaron las ratas de cloaca y le escupió un viejo.
Estaban a punto de llegar, y era el momento de Brandon de pedirle a Luna que se tape los ojos. Le tenía una sorpresa.
Luna entró al restaurant. Abrió los ojos y pudo ver un salón enorme, con decorados de todas las piedras preciosas que conocía, millones de ramos de flores, cuadros de artistas que no conocía y un enorme escuadrón de mosos junto a una barra de bar.
En el centro del lugar, había una mesa dorada con velas y un champagne que le parecía muy caro, aunque el alcohol era algo que le gustaba mucho a Luna. Quizás porque de chica le daban licor en vez de agua.
Luna estaba atónita. Ahora entendía todo. Y pensar que había estado celosa. Le dió un beso enorme y apasionado a Brandon, y ambos tomaron asiento, debajo de un candelabro más grande que todo el departamento de Luna.
Un camarero llamó a Luna para que se cambiara. No quería usar algo parecido a una bolsa de papas en esta ocasión. Estaba en un sueño hecho realidad. Sin embargo, el sueño se cortaría un poco cuando charlaran sobre la nota en la mesa. Ella no quería, pero debía hacerlo. Muy decidida, tomó mucho aire y volvió a la mesa.
Al llegar, ella vio a Brandon y a su lado estaba un asado enorme que ella tenía MUCHAS, pero MUCHAS ganas de probar. De hecho, había sido carneado por la mismísima May, que también tenía una granja. No perdería esa oportunidad solo por una charla estúpida. Asado es asado, pensó. Mejor guardar el tema hasta el final de la cita.
Prácticamente no habló en toda la noche. Brandon solo la miraba comer 6 costillitas de cerdo al mismo tiempo, mientras se ahogaba la boca en el jugo de la carne, que chorreaba por todos lados. Un mozo vomitó por ver esa desagradable escena, parecía algo sacado de Animal Planet. Y a pesar de que Brandon moría del asco, él se mantenía sonriente. Si ella era feliz, el también. Aunque se había gastado 1000 dolares en un vestido que ella había llenado de chimichurri.
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No Se Cuantas Sombras Del Sr. C
HumorDicen que hay un amor ideal para cada persona. Y la Srta. Luna está a punto de descubrir el suyo de maneras algo alucinantes, humorosas y fuertes en esta historia. (Bastante ATP)