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Sahara despertó había dormido realmente bien. tomó un baño y después bajo a desayunar, en el comedor se sentó junto a la señora quien se mostraba de un muy buen humor.

--- me pareció magnifica la fiesta de anoche ¿no lo crees así Sahara?

-- si señora, a mí también me gustó mucho.--- sonreía de oreja a oreja, pero su felicidad no duraría demasiado

Cuando estaban sirviendo el desayuno, Sahara escuchó una voz muy familiar que hizo que se exaltara un poco, esa voz tan masculina, no podía ser...

--- buenos Días madre---

Al levantar los ojos, Sahara vio al joven de la otra noche, no podía creerlo era el hijo de la señora, era su jefe y le había hablado de aquella manera, acababa de ganarse su pase de despedida.

-- !oh! hijo me da mucho gusto que estés con nosotros-- dije la señora levantándose para darle un beso. Sahara subió la mirada y los ojos de aquel hombre la observaban fijamente con la sonrisa más picara del mundo, la había reconocido.

-- madre veo que tenemos invitados, ¿quién nos acompaña con su presencia?---

--- oh, si claro lo olvidaba, ella es Sahara es mi nueva empleada, es mi dama de compañía---

---- mucho gusto Samara--- le dijo levantando un poco sus cejas. había  pronunciado su nombre mal a propósito

Sahara recordó que no debía verlo a los ojos, así que bajó la mirada y solo le contesto

--- mucho gusto Senior --- sus mejillas se sonrojaron, pero solo por la vergüenza que había pasado el día anterior, no sentía el mínimo remordimiento por cómo había actuado, era obvio que se lo tenía bien merecido por tratar a una mujer de esa manera. Sahara no pudo desayunar, no pudo disfrutar ni un solo bocado,  ya que el hijo de la señora, no dejaba de mirarla en todo momento, pero si creía que la situación no podría empeorar, estaba muy equivocada ya que la señora añadió.

--- Mi hijo, nos estará acompañando por unos meses, eso solo porque no quiere quedarse más tiempo, no sé que hace viviendo en América, de todas formas no pierdo esperanzas Sahara, Si él necesita algo, atiéndelo, a y recuerda de lo que hablamos--- la señora le guiño un ojo definitivamente estaba de buen humor hablaba de que consiguiera una mujer para su hijo y así podría quedarse para siempre. Si ahora tendría que ser Sahara la casamentera para el señor casanova. Quien la veía con una sonrisa burlesca

--- por cierto antes de lo olvide,Sahara estaré ausente por una semana, en ese tiempo Marisol no necesitará mucho de tu ayuda, por lo que puedes tener el sábado libre---

--gracias señora—a Sahara le alegraba el hecho de que podía salir a investigar un poco de su padre.

--- Eso es todo,Sahara te puedes retirar---salió rápido del comedor, un poco asfixiada por la idea de tener que atender a él tal Carlos, pero no importaba ,de menos tendría dos días para ella.

Después de que despidieron a la señora, Marisol le pidió a Sahara que saliera al jardín y consiguiera algunas manzanas, ya que le haría al señor su pie preferido. 

Los jardines eran hermosos, observar los árboles de manzanas era relajante y más en una tarde de verano. Sahara intentaba tomar una manzanas en uno de los árboles pero sintió que tropezó con algo, haciendo que cayera al piso o al menos eso hubiera sido preferible porque ahora Sahhara se encontraba encima de Carlos que había estado sentado debajo de ese árbol leyendo, Carlos la miro fijamente durante un momento, su expresión no le decía nada, pero sus ojos, le decían que era muy diferente al hombre que aparentaba ser, Sahara se levantó como pudo, y el sonrió, era muy lindo, pero todo se estropeo cuando habló

SAHARA EDITADA (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora