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Era un canalla,  por más que lo pensaba Sahara llegaba a la conclusión de que, lo único que Carlos quería era acostarse con ella, sus palabras no eran verdaderas, todo lo que le dijo en el centro comercial había sido mentira, Carlos  era igual con todas las mujeres, durante toda la semana lo único que hacía era andar con Michelle, se reían, se besaban, jugueteaban en la alberca, jugaban al golf, Sahara no podía entender por qué odiaba tanto verlos, si se los topaba rápidamente se daba la vuelta a diferencia de la señora quien estaba sumamente complacida con Michelle, y se pasaba felicitando a Sahara por su buen ojo al parecer ahora hasta fecha para la boda buscaba, pero por Dios solo se conocían hace un mes. El mismo tiempo que Sahara lo conocía, pero estaba decidido a que no le importara, la vida era tan bella y tan corta como para sufrir y tenía cosas más importantes en que pensar en vez de enamorarse y mucho menos enarmonarse de un mentiroso.

La señora le había dicho que le daría libre el viernes, ya que el sábado tenía que acompañarla a conseguir un vestido para una gala anual muy importantes que sería dentro de tres meses , al parecer era una de las fiestas mas importantes de año, la verdad era que los ricos lo único a lo que dedicaban su tiempo libre era a socializar en fiestas.

Era viernes por la mañana, Sahara estaba recostada en su cama con la moneda que su abuela le había regalado. iba dejar  su destino a la suerte, si la moneda caía cara, acudiría a la dirección de la carta,  si caía en el tesoro no iría. Respiro profundamente y lanzó la moneda. Cara... tenía que ir a dicha dirección y enfrentarse de una vez por todas a la realidad, pero era cobarde y decidió no hacerlo no estaba preparada. 

Por ello se cambió y prefirió dar un paseo por la ciudad, además Amanda la había invitado a desayunar, era bueno ver el mundo fuera de esa casa, ver la ciudad era tan bella, al parecer el día se había ido rápido serían las 4 de la tarde cuando Sahara y Amanda ya habían regresado a la casa de Amanda

---- Amanda, el otro día fui....-- pero alguien la interrumpió diciendo

---- Amanda que gusto verte--- era un joven altura media con pelo rojizo castaño, no era guapo, más bien era atractivo, tenía personalidad notoria

--- hola Miguel, es bueno verte ¿cuando regresaste?---- Amanda se levanto de la silla para saludar al joven

--- apenas ayer Amanda, tu sabes pronto comienzan las clases y necesito hacer algunas cosas para empezar con el pie derecho el curso. Pero dime Amanda¿el viejo ya decidió o qué?

--- ¿cómo que si ya se decidió?---

---- si ya sabes por fin ¿te dio el anillo?—

--- no Miguel tú conoces a tu padre, además yo ya le dije, yo soy libre nada de ataduras, así vivimos mejor y la flama no se apaga—

--- bueno tranquila Amanda no continúes, lo de la flama es demasiada información, pero que mal educado no me has presentado ¿quién es tu amiga?— pregunto mirando fijamente a Sahara

---- o si cierto que torpe soy, Miguel ella es Sahara, Sahara el es Miguel es hijo de Andres mi novio

--- mucho gusto --- le dijo dándole la mano

--- no, el gusto es mío, Sahara, por cierto que bonito nombre— le dijo él mientras se sentaba en la silla de al lado

Sahara le sonrió, había algo en él que le gustaba irradiaba una especie de  paz que hacía tiempo Sahara no sentía. Así fue como fue conociendo a Miguel. pronto se hicieron amigos.

Miguel  estudiaba economía, aunque su mayor pasión era la pintura, había visto muchos de sus cuadros eran hermoso lo que pintaba, el le había enseñado todas las galerías de la ciudad, casi siempre salía con él, el hacía que ella se sintiera feliz, era como estar con su familia.

SAHARA EDITADA (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora