8 EDITADO

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el Sol se asomaba por la ventana, Sahara admiraba el techo pensativamente no había dormido mucho,  lo sucedido la noche anterior la había tenido en vela. lo que en el momento parecía un sueño hecho realidad  ahora era una pesadilla.  tenia que ser firme y no dejarse atrapar por ilusiones sin sentido. ella y Carlos, eso nunca podría pasar.

Sahara se dio un baño y se cambio para asistir a la parrillada, o al menos eso esperaba, no sabía si Carlos asistiría después de lo pasado.  mientras guardaba el hermoso vestido que había usado,  la moneda que su abuela le había regalado cayó bajo su cama.

Sahara Bajo  y la señora no se encontraba, había salido de la ciudad, había ido a darle el pésame a su futura nuera, Carlos era un completo tonto estaba a punto de casarse y ni siquiera había ido a consolar a su novia, en realidad era un desalmado, es lo que en ese momento Sahara pensaba. 

Se hacía tarde, me sentía muy nerviosa, pero ya estaba decidida, en su mano llevaba la carta de su madre y no  le importaba cómo pero ese día descubriría quier era su padre o al menos eso esperaba.

Carlos ni siquiera la miro, sólo le dijo en un tono desalmado  que subiera al coche. en cuanto llegaron a la casa de Don Javier, Carlos se separa de Sahara, no le interesaba que ella no conociera a nadie, en esa grande casa con gente de la cual no tenía nada de que conversar. A lo lejos Sahara pudo ver a Don Javier,  venía acompañado de una señora muy distinguida.

Sahara tomo asiento en una de las mesas de jardín. sin darse cuenta Sahara se topo con la mirada de Carlos , aquel hombre despreciable estaba coqueteando con mujeres como todo un canalla. o al menos eso aparentaba por que en el fondo Sahara sabía que   la verdad,  Carlos era un caballero, su sonrisa, era amable y sabía cómo tratar a una mujer, por eso todas se emocionaban con el solo hecho de escuchar su nombre y no solo ellas, Sahara también lo hacía. tuvo que dejar sus pensamientos de lado ya que alguien se sentó a su lado. Era el Sr. Javier

--- me da gusto de que vinieras Sahara--- le saludo con una sonrisa amable, Sahara se sorprendió  mucho, el hecho de que recordara mi nombre, recordó el nombre de alguien que no era muy importante.

--- si a mí también me da gusto haber venido señor---

--- ¿y por qué estas tan triste?---

--- ¿disculpe?— Aquella pregunta la tomo desprevenida, en verdad se veía triste.

--- Si, puedo ver la tristeza en  tus ojos--- Sahara no sabía que contestar

 --- ¿dime Sahara a que se debe que vinieras a Madrid?--- Aunque Sahara no sabía a que se debían tantas preguntas, tenía que aprovechar el momento, era ahora o nunca. 

--- vengo a buscar a mi padre---

--- a tu padre, ¿cómo es eso?---Don Javier en verdad mostraba curiosidad por todo lo que Sahara decía.

--- mi madre murió cuando yo era niña, yo creía que mi padre había muerto en el mismo accidente, pero hace poco mi abuela me contó que mi verdadero padre estaba vivo, la única pista que tengo es esta carta de mi madre

Sahara:

Te escribo esta breve carta porque no puedo entenderlo, ¿por qué te vas?, ¿por qué me dejas? No sabes lo mal que me siento por tu decisión, y no logro entender el motivo de esta, analizo todo, pero no encuentro que fue lo que hizo que cambiaras de opinión, si alguna vez viste algo mal en mi, algún comentario que no te pareció, te agradecería que me lo dijera, y yo le prometo que haría todo por cambiarlo, y de esa manera te quedaras junto a mí, por que sé que no tengo que decírtelo, pero debe usted saber que ere la mujer de mi vida, y que sin ti, yo no podría ser feliz, sé que me falta mucho por crecer y por madurar, pero entiende que eso solo podrá pasar si tu estas a mi lado, por lo que te repito, me muestro muy sorprendido, de que después de hablar de todos vuestros planes futuros te vayas, y desaparezca de mi vida.

SAHARA EDITADA (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora