Acabando de cenar, Alejandra se dirigió hacia su habitación, hacía mucho frío, llevaba puestas sus botas color negro, un pantalón de mezclilla, y una chamarra morada.
Se dispuso a sentarse de nuevo en el viejo sillón pero un escalofrío inexplicable recorrió su cuerpo, de repente la ventana se abrió violentamente, una extraña sensación de miedo entró por su mente, tragando saliva y acomodándose el cabello, cerró la ventana y se percató que afuera un terrible viento azotaba los árboles, no se veía nada agradable la vista hacia el jardín, así que mejor se fue a su cama a acostar mientras escuchaba música en su viejo radio.
En su habitación se hallaba una televisión que no servía, unas pinturas viejas que pertenecían a su madre cuando era joven, y unos discos de vinil super viejísimos que su abuela le regaló una navidad, cuando aún su padre vivía.
Tenía una foto de ella junto a su cama, mas o menos se la tomó hace un año, cuando tenía 15, se miraba fijamente, su cabello era color castaño claro, sus ojos eran color marrones, ella era de una tes blanca, y lo que la hacía hermosa, eran sus largas pestañas que todas envidiaban.
En verdad ella no se sentía bonita, a pesar de que muchos chicos la pretendían, se sentía sola, su mundo era un desastre de emociones y sentimientos encontrados, un día amaba una cosa, al otro, ya lo odiaba.
Pobre de aquel que la subestimara, su carácter era algo fuerte, pero cuando la conocías, podías ver lo tierna que era, lo apacible, lo atenta, incluso le gustaba ayudar a los demás.Eran vísperas de navidad, lo cual ya no le emocionaba mucho.
Desde que su padre murió, la navidad se hizo algo sin sentido, era como un día cualquiera solo que las personas aparentaban ser buenas personas, y los demás días regresar a su hipócritas vidas.
Se quedó ahí, inmóvil, viendo hacia el techo, pensando en un sin fin de cosas y al mismo tiempo, reflexionando de sus actos, en ese momento su mamá tocó a la puerta.
-Alejandra, ¿puedo pasar?
-Pasa mamá
-Estuve comprando algunas cosas para noche buena, y mira, te compre ropa.
Se sentó en la orilla de mi cama, y de una bolsa sacó unas cuantas blusas y un saco.
Me gusta que mi mamá me compre ropa, pero ese día me sentía rara, como vacía, sin saber que decir o pensar.
-Gracias mamá, la usaré en noche buena
-No hay de que cariño
Se levantó de mi cama y se dirigió a la puerta
-Ve a dormir, mañana es el ultimo día de escuela, buenas nochesCerró la puerta, y en lo que me acomodaba en mi cama, escuche una ligera brisa golpear la ventana, después de eso, me quede profundamente dormida.
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Ladrón de estrellas
De TodoLa mejor forma de perder el tiempo, es haciendo lo que más te gusta, para Alejandra, ver por su ventana es su pasatiempo favorito