Capítulo 11: "Salta" (Parte 2 de 2)

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El joven miró a su alrededor, hacía casi un día y medio que había visto la luz del día (y su propio mundo), no había podido dormir, la sensación de agobio era demasiado fuerte, aunque, para entonces, ya estaba casi rendido.

Lo último que recordaba antes de aparecer en esa puta cueva de paredes rojas, con hogueras que iban tremando hacia un techo muy por sobre sus cabezas, era estar hablando con una nada que desprendía una luz azul, una nada muy bajita.

No recordaba el diálogo, pero tenía la sensación de que había aceptado sin más, como si esa cosa lo hubiese estado controlando, había aceptado muy fácil. No por nada le decían que era terco como su madre, algo le debían haber hecho.

Pero ya no importaba en sí, ahora estaba ahí, y sin la mínima posibilidad de salir (esa idea era tan remota que jamás la había pensado, incuso cuando se despertó con las manos atadas a la espalda y los pies inmovilizados).

Cada tanto aparecían estos seres infernales: altos, puros huesos negros, con dos grandes pozos de llamas como ojos, pocas abiertas con colmillos, y cuernos que lo hacían ver más largos todavía, solían venir de a dos, se llevaban una persona de la cueva (eran alrededor de cuarenta cuando él llegó, siempre había nuevos, pero estos llegaban unos minutos después de que uno se fuera, ese que se marchaba no volvía a aparecer, y el número siempre terminaba igual, entraban inconscientes y ya atados, por una entrada en el lado opuesto de por dónde salían), la última persona de las cuarenta que había visto por primera vez era una chica con el pelo azul eléctrico, que había sollozado unas cuantas horas.

Si él de por sí estaba sediento con ese sauna, la chica que había estado llorando sería un desierto por dentro, pensó que la joven había gastado toda su agua y ya no quedaba nada, como un dicho que le decían a su hermana menor cuando ella se enojaba: "Llorá todo lo que quieras, hasta que ya no te queden más lágrimas para el resto de tu vida", y eso evidentemente nunca calmó a su hermana.

Se preguntó si ellos habían llorado por él.

De nuevo, volvieron esos seres horribles, tomaron a la chica de pelo azul, la levantaron y se la llevaron por donde habían entrado.

Ahora él era el último.



En la superficie, Slenderman marcaba con un tentáculo el pentagrama que sería portal, mientras Hipster cargaba sus hojas para ver que estaba haciendo todo lo que decían las palabras: Un círculo, palabras en el idioma de los Demonios de Zalgo, la estrella, y unos signos en cada punta de esta.

– ¿Por qué todos los putos portales tienen esa estrella? –dijo Jasi.

–Porque en la vida falta originalidad– dijo Wicked.

–Ni que fueran las Reliquias de la Muerte en las películas de Actividad Paranormal– dijo Hipster.

– ¿Qué cosa?–dijo Jasi.

–Tu vieja en tanga– respondieron las dos hermanas, Hips evidentemente ofendida.

–Niñitas– las llamó Slender, para anunciar que el portal estaba terminado.

–Bien, perfecto, hermoso– dijo Hipster con una sonrisa, comprobando que estaba tal y como lo decían las hojas.

–Tengo que admitirlo– dijo Wicked–, con tus habilidades de dibujo dudaba que lo hicieras bien.

Slender se frotó su no-rostro.

–Solo esto y nos las vuelvo a ver en mi puta vida– dijo por lo bajo con tono de desesperación.

–Ahora solo hay que quemarlo– dijo Hipster.

– ¿A qué? –Dijo Wicked–, ¿a Slender? Si tenemos que poner un sacrificio que se vaya Jeff...

–Shhh– dijo Hipster–. Ustedes, inútiles, sirvan de algo y busquen palitos– añadió, señalando a Jeff y Toby.

Colocaron las hojas de papel en las líneas (que eran profundas y casi hacían pozos), arriba pusieron las ramas, Jeff, como siempre, traía un encendedor.

–Si no con qué prende los porros–dijo Wicked, Toby soltó una carcajada.

–Es para hacer hermosa a la gente– dijo Jeff, algo ofendido.

–Todos sabemos que ya no haces eso– dijo Toby–, solo te gusta matar.

–Y la droga– dijo la rubia.

–La droga es mala– dijo la mayor.

–No abusen de la droga...–dijo Jasi.

–O van a terminar como Jeff– terminó Toby.

–Cierren todos el pico– dijo él, apartándose cuando el fuego ya estuvo prendido–, de no ser por mí esto no funcionaría.

–No te hagas el que vales mucho, Jeff– dijo Wicked.

Jeff murmuró una burla.

–Bien– dijo Hipster, le hizo una seña a Luna y Ewie para que se acercaran–. Para entrar tienen que saltar hasta el centro de la estrella: caerán en el territorio de Zalgo.

>>Con las posiciones: Luna, vas al frente, después voy yo, Wick en el medio, Jasi atrás de ella, y Ewie cerrando todo. Si es necesario separarnos lo haremos, pero nosotras tres – dijo, mirando a Jasi y Wicked–, tenemos que estar juntas.

>> ¿Preguntas?

– ¿No te vas a sacarla campera? –Dijo Wicked–, vamos a descender al infierno y vas a estar con esa fea bolsa– puso cara de asco.

–No, rubia– dijo Hipster.

Se volteó y se acercó al borde del portal, ahora las llamas estaban encendidas en todo el contorno, lo que indicaba que ya servía.

–Vamos ahora– dijo–, tenemos hasta que las brasas de esto se extingan, luego de eso el portal se cierra. Luna, adelante.

Y se voltearon hacia la chica, Luna, las miró con grades ojos azules, entre sorprendida y confundida, posiblemente nunca sabrían qué le había robado la memoria, pero estaba ahí para ayudarlas, aún sin conocerlas de nuevo.

Ella se aferró al arco, tenía las flechas a su espalda, y el cuchillo de reserva atado al muslo.

Y tomó carrera y saltó.

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Multimedia: Skrillex.

Ya me pongo sentimental :'C este es anteúltimo capítulo

No es por ser mala, o para dejarlos en tensión, pero esa gran "noticia" se las voy a dar con el Epílogo, que se va a estrenar el 31, también, el último capítulo se dará en 6 días (navidad), ya están escritos, en su versión final, si no estuviesen terminados no podría darles fecha.

Por otro lado empecé la pileta °w°, así que me verán conectada a partir de estas horas.

-HermanHipster





Luna The Arrow 3: El UnderworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora